El lobo ataca ya cerca de las viviendas en Campoo de Suso

Una llamada ya de noche de un vecino alertaba, el pasado sábado, a Jorge Gómez, ganadero del pueblo de Suano (Campoo de Suso). El hombre lo avisaba de que uno de sus burros (una hembra adulta) mostraba signos de haber sufrido una mordida en un cuarto trasero. En esos momentos, el animal, según precisa el afectado, se encontraba dentro del cercado de su casa. En cuanto Gómez llegó a su residencia, pasados unos vente minutos, se encontró con la sorpresa de que, a escasos 40 metros de la vivienda, estaba muerta otra de sus burras.

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Asimismo, esa misma noche, a poco más de un kilómetro de distancia, en el pueblo de Izara, a otro vecino, José Antonio Fernández, le mataron también una yegua de cuatro años. El ganadero se encontró al animal destripado en la mañana del domingo. Además, el cierre de la finca estaba completamente destrozado, según su relato.

Se da la coincidencia de que, en ambos casos, los ataques tuvieron lugar a escasos metros de las viviendas. Por ello, Jorge Gómez, ganadero afectado que además es concejal de Vox en el Ayuntamiento de Campoo de Suso, denuncia que la situación esta llegando a «niveles insostenibles». Es por ello que reclama que se adopten medidas por parte del Gobierno central, que «no avanza con las negociaciones», y también por parte del Gobierno de Cantabria que, a su juicio, está llegando «tarde» ya para actuar «No queremos dinero, queremos criar los animales que con esfuerzo y dedicación pretendemos sacamos adelante», explica el afectado.

A su juicio, las medidas económicas «están bien» cuando los ataques son «puntuales», pero la situación actual «se está convirtiendo en una rutina» con consecuencias no solo económicas, sino también personales, «ya que el sentimiento de despreocupación y abandono hacia el sector ganadero está acabando con la ilusión, que en muchos casos es la única que nos hace seguir hacia delante», reflexiona el edil campurriano. También alude Gómez a un reciente ataque de lobo a perros de caza en Valderredible como ejemplo claro de que la situación «esta alcanzando unos niveles desorbitados».

Como medida para resolver este problema, Jorge Gómez sugiere que sea la Guardería Forestal y sus técnicos los encargados de controlar a los ejemplares. «Hemos oído cómo el problema era que los lobos se abatían en cacerías de jabalí y caían ejemplares de calidad; pues bien, que sean los propios técnicos medioambientales los que hagan esa selección genética, pero que acaben con esta carnicería en las casas».