Laredo inicia el desalojo de los comerciantes del Mercado de Abastos

Sin embargo, el auto judicial niega tales efectos. Lo dice así. «Respecto a los perjuicios irreparables o de difícil reparación, son de contenido económico, por lo que en caso de dictarse sentencia estimatoria, no perdería el recurso su finalidad legítima, al ser susceptibles de cuantificarse y, por tanto, indemnizarse». La duda razonable que esgrimen algunos de los actuales asentadores es cómo se cuantifica el daño si, por causa de tener que desalojar sus puestos actuales, el negocio queda extinguido. Esgrimen la peculiaridad de una configuración del mercado en el que las tasas a abonar por ocupaciones en precario distan de forma notable de los precios que operan en el mercado de alquileres con carácter general. «Vender pescado 'de bote' o productos de la huerta de casa es lo que justifica la razón de ser de este tipo de mercados, que están hechos para abastecer de producto de proximidad a los vecinos, lo que en muchas ocasiones se logra sacrificando al máximo la rentabilidad», exponen.

A la espera de saber el desenlace final, el decreto de la alcaldesa fijó para ayer martes el desalojo de Flores Carmina y Frutería Ali. Para hoy miércoles contempla la salida de Pescados La Flechera y la frutería Eduardo Santander. Mientras que el jueves será el día límite fijado para el desalojo de José Maza.

Cientos de personas arroparon a los comerciantes el 18 de diciembre en una multitudinaria concentración que reclamaba su continuidad en el mercado tras las obras, y su reubicación durante su desarrollo. La respuesta del Ayuntamiento de Laredo a esta oleada de solidaridad, sustentada además en 1.700 firmas ciudadanas recogidas a pie de plaza en tan solo cinco días, fue abrir un plazo de alegaciones para que los comerciantes aportasen documentos que avalasen su continuidad, descontado el detalle de que algunos llevaban quince años con la concesión caducada y abonando las tasas que el Ayuntamiento les giraba puntualmente. Con su lanzamiento del Mercado de Abastos, algunos se verán abocados al cierre. Y otros valorarán si, metidos en gastos de reformar y alquilar un local, les merece la pena regresar a la plaza tras su reforma. Todos se sienten víctimas y maltratados por un equipo de gobierno que se cerró en banda para encontrar una salida digna a estas familias gracias a las que el Mercado de Abastos ha seguido funcionando estos años.