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Como manda la tradición desde el medievo, el ganado del municipio de Camaleño hizo su entrada hoy por la mañana en el puerto de Áliva, en el interior de Picos de Europa, para aprovechar los pastos que este año se presentan escasos por la sequía. ... Entraron un total de 6.236 cabezas de vacuno, ovino, bovino, caprino y equino que, esta temporada, se tendrán que enfrentar a amenazas latentes como el problema de las malformaciones por el consumo de plantas teratógenas que crecen en la zona, así como a la presencia del lobo.
Desde muy de mañana el ganado comenzó a subir desde el pueblo Espinama por Iguëdri para atravesar los puertos de Pembes y de Mogrovejo. Un total de 6.236 cabezas de ganado procedentes de todos los pueblos del municipio desfilaron e hicieron su entrada en el interior del puerto. En el desglose de animales se contaron 2.869 cabezas de ganado ovino y caprino; 355 de equino; 651 de ganado vacuno entre ocho meses y dos años de edad, y 2.361 cabezas de ganado bovino, de más de dos años. Un auténtico espectáculo que reunió en el puerto a ganaderos y familiares conduciendo al ganado hasta las veredas donde pastarán toda la temporada. También una fiesta tradicional que, cada año, atrae a numerosos visitantes que suben para disfrutar de una jornada marcada por la tradición.
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Este año participaron un total de 74 ganaderos locales que no se mostraron muy optimistas, sobre todo por la poca cantidad de hierba que hay en los pastos debido a la sequía que padece la zona. A todo ello, hay que añadir el problema de malformaciones que genera en las hembras preñadas el consumo de plantas teratógenas que crecen en el puerto. Al respecto, el Ayuntamiento de Camaleño ha repartido ya, de forma gratuita, más de un millar de dosis de ácido fólico para prevenir la enfermedad. La presencia del lobo en la zona y las bajas que está causando este depredador es otra de las preocupaciones del sector.
Sobre estas amenazas se pronunciaban hoy varios de los ganaderos que subieron a Áliva. Es el caso de Conchi Llanes, de la localidad de Bodia, que madrugó para cumplir la tradición junto a su familia. «Iniciamos la subida con 60 cabezas de ganado vacuno, a las cinco de la madrugada, desde Camaleño» explicaba. Llanes se mostraba preocupada este año sobre todo por la sequía «porque ha afectado mucho al puerto y vemos que no hay la hierba de otros años», resumía. A la par, el joven ganadero, Diego Besoy, de Tanarrio, temía por sus 40 reses y la presencia del lobo. «Hace unos días se ha visto uno en el puerto de Pembes, y eso nos hace estar intranquilos», opinaba.
Otros dos ganaderos que no faltaron a la cita, fueron Nacho Gómez, de Espinama y Kili Fuente, de Pembes que, al igual que el resto, se mostraban inquietos por el estado del puerto. «Este año hay muy poca hierba», resumían.
Hasta el lugar se acercó también el consejero de Ganadería, Guillermo Blanco, que acudió acompañado del alcalde de Camaleño, Oscar Casares.
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