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La Iglesia de Espinama presenta un importante grado de abandono y es por su estado que la organización conservacionista Hispania Nostra ha decidido incorporarla a su lista roja del patrimonio en peligro de desaparecer. Según describen en su ficha, el templo es el «más ... antiguo» que se conserva en la pequeña localidad de Camaleño y está dedicado a San Vicente Mártir. Su ahora frágil estructura se remonta «a finales del siglo XVI» pese a que sus orígenes suelen situarse un siglo después. Además, fue construida «por canteros trasmeranos» cuya presencia en Liébana no fue tan habitual como en otras zonas de Cantabria, de ahí que sea un edificio especial.
El pasado verano El Diario Montañés se hacía eco de la preocupación de los vecinos por el estado del edificio religioso. Una historia de abandono que se comenzó a fraguar a finales de los años sesenta, cuando se inauguró el nuevo templo parroquial en la parte alta del pueblo. Es en esa fecha cuando se cerró al culto el edificio, situado junto a la carretera de acceso a Fuente Dé. Pese a que se ha reclamado muchas veces que se recupere este patrimonio local y se le de un uso lúdico o cultural, de momento nada se ha hecho por parte de la propiedad que es el Obispado de Santander.
Según enumera Hispania Nostra, el edificio sufrió una importante reforma en el siglo XVIII. Los trabajos se llevaron a cabo en 1770 por el maestro de cantería Andrés González de Noriega, además de la contribución de los vecinos del Concejo para el acarreo de todos los materiales necesarios. El motivo de las obras fue la existencia de unas grietas en dos arcos inmediatos a la capilla mayor.
Posteriormente, la iglesia se vio beneficiada por las donaciones recibidas para su mantenimiento. «Es de destacar la realizada por Alejandro Rodríguez de Cosgaya en 1780. Esta fue empleada fundamentalmente en abovedar el cuerpo de la iglesia, embaldosar la piedra y sacar las sepulturas que estaban encajonadas por pared interior», describen. Unos años después, se realizaron nuevos trabajos en el coro, portales y sacristía.
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Pedro Álvarez
También en el siglo XX, la iglesia perdió su espadaña original y fue sustituida por una torre-campanario. Tras los daños sufridos durante la Guerra Civil, fue objeto de nuevas obras entre las que destaca la adición del pórtico arqueado.
El templo perdió su función parroquial en 1968, a raíz de la inauguración de la nueva iglesia. Desde entonces, ha estado abandonada, con una única intervención de rehabilitación parcial realizada en 1991 por la Escuela Taller de Liébana. A pesar de este esfuerzo, el edificio no recibió un uso posterior y la propuesta de albergar el Museo de la Religiosidad Popular de Liébana nunca vio la luz aunque se anunció para 2001. En 2016, parte de la sacristía se convirtió en un aparcamiento, acelerando el deterioro de la estructura.
La iglesia vieja de Espinama es un templo de estilo renacentista que data de los siglos XVI-XVII y «representa un patrimonio cultural e histórico significativo para los habitantes de Espinama y la región de Liébana», resumen desde la entidad.
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