
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El botellón sigue siendo una batalla perdida en Noja. Ni los controles de los cuerpos y fuerzas de seguridad ni la incidencia disparada del covid ... amedrentan a los jóvenes que han hecho de la playa de Ris su particular guarida para disfrutar del ocio nocturno al margen de las normas sanitarias. El municipio es incapaz de poner freno a este problema social que se viene repitiendo todos los martes -los pubs ofrecen las copas a mitad de precio- y los fines de semana del verano, congregando a cientos de chavales litrona en mano.
La noche de este pasado martes -con continuidad a la madrugada del miércoles- no fue una excepción. En cuanto los locales de ocio nocturno con licencia mixta echaron el cerrojo a las tres de la mañana, los jóvenes tomaron a sus anchas la playa de Ris y el muro colindante para seguir la fiesta hasta el amanecer. Eran en torno a 300 personas distribuidas en distintos grupos -todos ellos muy numerosos- sin mascarilla y sin guardar la distancia de seguridad. Y compartiendo las botellas de alcohol que portaban en bolsas de plástico. «Dentro de lo que cabe ha sido una noche más o menos tranquila», explican efectivos de la Policía Local que prestaron el servicio nocturno. No hubo alteraciones del orden ni incidentes graves. Y, eso, después de varios fines de semana con peleas, agresiones a los agentes y actos vandálicos ya es reseñable, pero la situación sigue lejos de erradicarse.
Aunque no hubo altercados, los agentes locales impusieron este martes en torno a una veintena de sanciones por beber alcohol en la vía pública -en lo que va de verano ya han puesto unas 400 (están tipificadas como leves con un importe de 385 euros)- y, sobre todo, multas por ruido. «Ahora se ha puesto de moda llevar unos altavoces individuales con música a todo volumen y recibimos muchas quejas de los residentes en la urbanización de los apartamentos Regollera, que están muy cerca de la playa, porque están desesperados al no poder dormir». Son altavoces que llevan en las manos o sobre unas ruedas y en los que ponen una canción tras otra: «Suenan como una discoteca móvil».
QUEJAS POR RUIDOS
FALTAS DE RESPETO
Los tres policías operativos denunciaron a varios presentes por incumplir la normativa, recibiendo como respuesta «insultos y gritos de hijos de puta» por parte de los jóvenes, que han tomado como costumbre lanzar improperios a los cuerpos de seguridad que intentan poner orden a sus desaforadas ganas de fiesta. «No tienen ningún respeto por nada ni por nadie».
A pesar de que Noja está en el punto de mira a nivel regional por las celebraciones masivas de botellones y por continuos incidentes graves, en la noche del pasado martes no se contó con el refuerzo de los miembros de la Unidad de Seguridad Ciudadana (Usecic) de la Guardia Civil, que sí estuvieron en jornadas pasadas. «Apenas se pasaron unos minutos dos patrullas». Las que cubren habitualmente la zona que comprende desde Santoña hasta Ribamontán al Mar.
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La Policía Local reclama que se mantenga el refuerzo de la Usecic porque «esto es una lotería y nunca sabemos lo que nos vamos a encontrar cada noche» ante tal avalancha de jóvenes. Los agentes, a pesar de que el alcalde, Miguel Ángel Ruiz, dijo a este periódico no tener constancia de ello, confirman que el pasado sábado volvieron a ser objeto de la furia de los asistentes a los macrobotellones, que lanzaron de nuevo botellas de bebida al coche de la Policía Local. «Las tiraban por lo alto y desde lejos, a unos 50 metros, y rebotaban contra el coche. Nos tuvimos que largar porque se vuelven locos». Ademas, también lanzaron botellas contra el vehículo de la unidad de refuerzo de la Usecic.
Aunque el Ayuntamiento de Noja anunció el pasado viernes que iba a reforzar la seguridad del municipio con la incorporación, en los meses de julio, agosto y septiembre, de diez auxiliares de la Policía Local, a día de hoy aún no han sido contratados. Los candidatos han realizado ya la prueba selectiva y actualmente se está procediendo a la calificación del examen. En cualquier caso, los propios agentes y sus representantes sindicales defienden que la solución pasa por sacar a concurso las plazas vacantes de policías, teniendo como previsión las jubilaciones, «algo que el Consistorio no ha hecho».
Además, advierten de que los auxiliares de policía o «agentes de refuerzo» tienen limitadas sus funciones, como se recoge en el Boletín Oficial de Cantabria de 30 de diciembre de 2014. «Custodiar y vigilar bienes, servicios, instalaciones y dependencias municipales; dirigir el tráfico en el casco urbano y participar en las tareas de auxilio al ciudadano y protección civil». En ningún caso podrán ejercer la autoridad, según establece la Ley de Coordinación de Policías Locales de Cantabria. Por tanto, avisan de que es «ilegal» emplear a estos auxiliares para controlar el botellón y que lo sensato es que se dediquen a dirigir el tráfico».
Por su parte, el Pleno de Noja ha aprobado esta semana por unanimidad solicitar que Cantabria recupere los efectivos de la Guardia Civil que han sido suprimidos, lo que ha generado un déficit de agentes en zonas rurales y en municipios como la villa nojeña. La iniciativa surge después de que el Consistorio solicitara un refuerzo de estos efectivos a la delegada del Gobierno, Ainoa Quiñones, petición que «quedó sin respuesta, y que fue elevada a diferentes instancias solicitando su necesaria colaboración para poder dotar de mayor seguridad al municipio».
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