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Nada se sabe aún de quién o qué generó la especie de quedada de motos acuáticas del pasado sábado en El Puntal de Somo. ... No obstante, los profesionales del sector del alquiler en Cantabria y País Vasco, así como usuarios expertos en la materia de toda la cornisa cantábrica defendían ayer que «la mayoría de los aficionados cumple las reglas» y que lo que pasó fue fruto de «la casualidad» de juntarse muchos usuarios (particulares) en un punto determinado el día que todo se desconfinaba y se abrían fronteras. También admiten comportamientos «irresponsables», pero de «cuatro o cinco» haciendo «el canelo» por la bahía y que el resto fue a disfrutar de un día de sol.
El Diario Montañés se ha puesto en contacto con profesionales del mundo del alquiler, deportistas y aficionados al mundo de las motos acuáticas, algunos de ellos testigos de excepción de la supuesta quedada que se produjo el sábado en Somo. Todos ellos quieren que no paguen «justos por pecadores», pero pocos o ninguno se atreve a hablar con nombre y apellidos, tras el aviso de Capitanía Marítima de abrir una investigación.
Expertos en la materia aclaran varias premisas. La primera, que muchos de los vehículos que se vieron ese día en El Puntal están matriculados en Bilbao, pero esto se produce porque la mayor parte de estas embarcaciones hacen los trámites allí, «porque es más rápido y sencillo», explicaban.
Todos ellos decían desconocer que se hubiese producido «una quedada» en Somo y achacan lo sucedido a «las ganas» de la gente por salir al agua después del confinamiento. Sin embargo, reconocen que «había buena mar» y que se pudo dar la combinación perfecta para juntar tantas motos en El Puntal, en una zona «sin balizar» donde sí se podía aparcar. En esas circunstancias, «en una hora» una moto llega desde cualquier comunidad vecina.
No todo es de color rosa. Estos aficionados hacen ver otra problemática: el hecho de que estas motos se han puesto de moda y su número se ha «triplicado» en un par de años. Esto ha hecho florecer un tipo de público en minoría pero «algo macarra» y con disponibilidad económica y, por ello, hay quien «sale a fuego y hace el canelo». Aquel día hubo «cuatro o cinco», admiten. «De esos que no se ponen el casco y no se les ve haciendo deporte en invierno».
Las empresas de alquiler opinan lo mismo. Defienden las motos en el agua pero cumpliendo toda la normativa vigente, tal y como ellos hacen, aunque no ven mal que se regule más el sector y que esto sirva para que se haga un buen uso de estos vehículos en la bahía. Este viernes, Capitanía Marítima y Autoridad Portuaria se reúnen para regular la velocidad en este entorno.
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