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El detenido por el doble crimen de Liaño, José Reñones, insiste en su inocencia. En su segunda comparecencia ante el Juzgado de Violencia sobre la Mujer Nº1 de Santander (la primera vez se acogió a su derecho a no declarar) ha negado los hechos ... tal y como hizo ante la Guardia Civil. De hecho, ha mantenido la misma versión que prestó ante el instituto armado. «Yo nunca hubiera matado a Eva ni a mi hija», ha aseverado en varias ocasiones durante un interrogatorio que se ha extendido cerca de dos horas y en el que ha respondido a todas las partes, incluido el instructor.
Reñones ha llegado este miércoles al Juzgado dentro de una monovolumen de la Policía Nacional, sobre las 10.45 horas ya que su declaración estaba prevista a las 11.30 horas. Varios medios de comunicación se congregaban en las inmediaciones del complejo de Las Salesas. Antes de declarar ha pasado un reconocimiento forense.
Su letrado había solicitado al instructor del caso la comparecencia en sede judicial además de dicho reconocimiento médico.
Durante su declaración ha repetido que Eva Jaular y él habían decidido estar juntos en el domicilio de Liaño de Villaescusa «a escondidas» o hasta que saliera la sentencia, «ya que ella había quitado la denuncia y con ello la orden de alejamiento, y así empezar de nuevo» (según fuentes judiciales la orden de alejamiento estaba en vigor desde el pasado 6 de noviembre). Sobre las 16.00 horas del 16 de diciembre (un día antes del hallazgo del doble asesinato), ha recordado que la Guardia Civil, en compañía de la mujer, llamó a la puerta del domicilio y le indicaron que debía abandonar la vivienda. El encausado aseguró que sobre las 16.15 horas abandonó el domicilio y que ya no regresó.
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Sin embargo, una testigo declaró que sobre las 16.30 horas vio de nuevo a Reñones regresar a casa de la víctima. «Lo vi introducirse en el garaje y a los veinte minutos (16.50 h) escuché como partía leña dentro». Más tarde, sobre las 17.30 horas, esta vecina aseguró que su madre vio a Eva Jaular llegar a la casa. A las 18.00 horas, un agente telefoneó a la mujer asesinada, pero ella ya no contestó.
Frente a estos testimonios, el detenido ha negado una vez más que regresara a la vivienda después de ser expulsado de ella y que incluso se pusiera a partir leña dentro como declaró una testigo. «Pudo ser ella».
Fuentes de la investigación han señalado a este periódico que la declaración de Reñones, la primera que se produce ante el Juzgado que lleva el caso, deja aún «muchas lagunas» dentro de la causa y habrá que esperar al resultado de las pruebas solicitadas por el Juzgado para arrojar más luz. Entre ellas se encuentra la geolocalización del móvil del detenido y la autopsia de Eva Jaular y su bebé.
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