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Consternación, tristeza y lamentos. Entre el medio millar de vecinos de Villaescusa concentrados frente al Ayuntamiento del municipio para denunciar públicamente el cruel asesinato de Eva Jaular (40 años) y de su bebé, de once meses, hubo quien no pudo contener la emoción ante ... tal situación de «impotencia». Para muchos fue un crimen que «podía haberse evitado». Primero porque sobre el presunto autor de los hechos, su expareja, pesaba una orden de alejamiento desde el pasado 6 de noviembre. Segundo, porque como constató Miguel Ángel Revilla, la Guardia Civil se personó en la vivienda familiar de Liaño en al menos dos ocasiones el pasado jueves para expulsar al hombre de la casa ante la llamada de alerta de la mujer.
«Si en una tarde los agentes habían ido dos veces y él tenía una orden de alejamiento, tampoco hubiera estado de más haberle llevado al cuartelillo o haberlo comunicado al juez», insistió el presidente regional.
Para el jefe de Gobierno, la cuestión es clara: «La persona que violenta una orden de alejamiento está cometiendo un delito y, por lo tanto, debiera ser objeto de una retención y comunicación a la autoridad judicial». Sobre todo porque una persona de esta naturaleza «capaz de cometer tal atrocidad, si es que lo hizo él, evidentemente carga en sus genes con una maldad innata. El zorro puede perder el rabo, pero no las costumbres y por eso hay que trabajar para que una cosa de estas no vuelva a repetirse», enfatizó. «No sirvió de nada la orden de alejamiento. Las asesinó. ¡No se puede volver a repetir!».
La delegada del Gobierno, Ainoa Quiñones, confirmó que se ha abierto una información reservada para «esclarecer» los hechos y averiguar si el procedimiento seguido por los agentes ha sido «el adecuado» y los protocolos se han aplicado «correctamente». También avanzó que la investigación continúa su curso y que el detenido, que sigue negando la autoría del crimen, pasará previsiblemente hoy, lunes, a disposición judicial.
Durante la concentración, las autoridades se agruparon a un lado del aparcamiento frente al Consistorio. Primero el Gobierno regional, con Revilla al frente, junto al consejero de Industria, Francisco Javier López Marcano; el diputado nacional José María Mazón; y las consejeras de Presidencia y Educación, Paula Fernández y Marina Lombó, respectivamente. Por parte del PSOE, el vicepresidente Pablo Zuloaga y la delegada del Gobierno, Ainoa Quiñones. Asistió también el PP, con María José Sáenz de Buruaga; y sumándose a ellos, un nutrido grupo de alcaldes arroparon a Constantino Fernández, regidor de Villaescusa, que encabezó el acto y fue el encargado de leer el manifiesto para condenar el doble asesinato.
Confesó sentir «conmoción, rabia y, sobre todo, mucha pena». «Estamos todos en estado de shock, porque no encuentro palabras, no hay razones; pero lo importante es que estamos todos para demostrar que no toleraremos que esto se vuelva a repetir», insistió el alcalde. «Eva era una mujer que había peleado por sacar adelante a sus tres hijos y fue vilmente asesinada. Esto tiene que parar de una vez. ¡Ni una más!»
Fernández llamó a todos a «arrimar el hombro». «A instituciones y vecinos, para que se endurezcan las penas y para que haya más y mejores sistemas de control y protección para las víctimas». Enfatizó, además, que debe existir un protocolo de actuación para los casos en que la víctima decida no denunciar. «Debemos ser los vecinos los que demos la voz de alarma cuando descubramos indicios de que se está produciendo cualquier abuso de género, porque la prevención es la mejor arma para evitar que estas barbaridades vuelvan a repetirse».
Un aplauso ayudó a aliviar la turbación tras un discurso cargado de tristeza, con un alcalde que, en más de una ocasión, tuvo que respirar hondo para mantenerse entero frente a la emotividad del acto. Y luego, todos mantuvieron un minuto de silencio.
Entre los asistentes, vecinos de todas las edades –desde ancianos a adolescentes, pasando por madres con niños–, algunos portando pancartas reivindicativas: 'No puede volver a repetirse', 'No puede caer ni una más'. Entre ellos, comentaban lo poco que se sabe acerca del modo en que se produjo el doble crimen, pues la investigación está bajo secreto de sumario y aún son muchas las incógnitas que habrá de resolver la división de Criminalística de la Guardia Civil.
«Lo que está claro es que algo se está haciendo mal y necesitamos corregirlo», opinó Paula Fernández, que puso énfasis en la necesidad de «empezar a resolver este problema desde abajo, desde la educación, que es el pilar de todo».
Fue un argumento compartido también por algunos de los vecinos presentes, como María Natalia Fernández, directora del colegio del pueblo, el Marcial Solana. «Nosotras, desde las aulas, trabajamos cada año más estos campos educativos porque son el cimiento de una sociedad que no sólo debe depender de lo que se aprende en los centros, sino también de lo que se encuentra cada niño, cada adolescente, en su casa», matizó. «Este es un problema que nos atañe como sociedad y hay que abordarlo de una manera global, porque si no, no será posible que tenga éxito».
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Para ella, lo más grave de esta lacra, «que en este caso nos ha tocado aquí, cerca de casa, pero que muchos días escuchamos por la radio y vemos en la televisión, es que se ha llegado a normalizar y hay que superar eso». Estos crímenes «no pueden ser algo que se normalice».
En otro grupo de vecinos que conocían a Eva y que aún les costaba asimilar la tragedia, Oscar Méndez recordaba las veces que se encontró con el presunto asesino. «Lo conocía porque él había trabajado en el Ayuntamiento en labores sociales. Nunca tuvo una mala actitud, nunca pareció violento. Por eso lo primero que se siente cuando te enteras de la noticia es incredulidad. No puedes imaginar que esto realmente haya sucedido», comentó mientras lamentaba, una vez más, «la pérdida de una mujer tan joven, que aún tenía toda la vida por delante».
Villaescusa vivirá este lunes su tercer día de luto, con todos los actos públicos suspendidos. Y entre tanto, en los corrillos de los vecinos, se aguardaba a que la investigación concluya y arroje más luz sobre los hechos.
Comisión 8 de marzo
Las representantes de la Comisión 8 de marzo, que el pasado sábado habían protagonizado también la concentración celebrada en el centro de Santander para condenar el crimen de Liaño, insistieron este sábado en Villaescusa en la necesidad de «parar esta barbaridad». Ana Bolado, portavoz de la Comisión, argumentó que este hecho es aún más grave, si cabe, porque la víctima había reiterado su llamada de auxilio. «Hasta ahora habíamos asistido al asesinato de mujeres que no denunciaban. Esta vez el caso es más grave porque Eva se había puesto en contacto con la Guardia Civil en al menos dos ocasiones ese día para que la protegieran. Ynada de eso funcionó», criticó Bolado.
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