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Con sonido de cacerolas y pitos de coches colándose en el salón de plenos. Así se ha celebrado este viernes en Riotuerto la sesión extraordinaria a petición de la oposición (PP) respecto al proyecto de parque eólico Garma Blanca. Un pleno en ... el que los populares querían que el equipo de gobierno (PRC-PSOE) dejara clara su postura ante la polémica generada. Un objetivo que han conseguido, al menos en parte, porque el bipartito ha afirmado que el proyecto tal y como está planteado actualmente es «una salvajada» y que «no contará con su apoyo», pero no han dado la espalda a la posibilidad de que si se hacen las rectificaciones pertinentes Garma Blanca tenga vía libre por su parte.
Fuera del Ayuntamiento, una veintena de vecinos sin poder acceder al pleno, con cacerolas, pancartas y un megáfono como única vía para hacerse oír. En el interior, ocho concejales −faltaba un popular− debatiendo sobre el futuro del municipio y los gigantes con aspas que planean sobre él. «Yo venía a todos los plenos, pero desde marzo del año pasado ya nada, porque se celebran a puerta cerrada escudándose en la pandemia», decía Inés María González, vecina de Barrio de Arriba, que a su vez criticaba que «no se haya facilitado» ninguna vía para tener al pueblo al día.
Junto a ella, el resto de manifestantes este viernes a las puertas de la Casa Consistorial se quejaban de la «poca transparencia» demostrada por el equipo de gobierno. «Yo me he enterado de todo este proyecto a través de un panfleto de los vecinos y no por el Ayuntamiento, como debería ser», apostillaba Noemí Incera. Por su parte, otro vecino, Sergio Gómez, criticaba que «vivo desde siempre en el puerto de Alisas, me quieren plantar un molino a 790 metros de casa y el tendido de alta tensión pasa por nuestra finca y no nos han informado de nada».
Al otro lado de las paredes, en el salón de plenos, el ambiente estaba igual de caldeado que fuera. Desde la oposición (PP) recogían el grito de la calle. Javier Abascal, portavoz del PP, acusaba a regionalistas y socialistas en varias ocasiones de «mentirosos». Y ha reclamado, una vez más, que «se haga una exposición pública al respecto como han hecho otros ayuntamientos y no atendiendo de manera individual para que contéis la historia a vuestra manera». De hecho, se ha aventurado a afirmar que «para ciertas cosas el covid os ha venido muy bien».
Y es que el equipo de gobierno ha esgrimido, de nuevo, las restricciones actuales como motivo para no celebrar un acto público. No obstante, el alcalde, Alfredo Madrazo (PRC), ha justificado que «no se ha ocultado ningún tipo de información a nadie, porque se ha tendido a todos los vecinos que así lo desearon con cita previa e incluso por vía telefónica» y ha tachado de «desleal» a Abascal por una serie de publicaciones en redes sociales que, según el regidor, no reflejaban fielmente lo hablado en reuniones en común, por lo que, ha concretado Madrazo, desde entonces no se habla contado con la oposición para facilitar mas información.
En lo que concierne al punto que se sometía a votación a propuesta del PP, que pedía al Ayuntamiento que suspendiera cualquier convenio con los promotores del parque, el regidor aclaró que «no existe ningún tipo de acuerdo». Y al respecto, recordó las alegaciones que se presentaron desde el Consistorio al actual proyecto de Garma Blanca, tachando de «inviable», «gran destrozo», «brutal agresión» y «auténtico disparate». Y matizó que «es cierto que en un primer momento dije que nos había tocado la lotería, pero me faltaba información, y no es a cualquier precio».
Por su parte, su socio en el gobierno, el socialista Lucas Mier, lamentaba que este debate producido por los eólicos «es fruto de la incapacidad colectiva» por sacar adelante el Plan Regional de Ordenación del Territorio (PROT), que es una cuestión «que no debería recaer a espaldas de los ayuntamientos».
Abascal cuestionó entonces que «las alegaciones presentadas no son suficiente», y criticó que se habían llevado a cabo tras las quejas de los vecinos. Asimismo, recriminó a regionalistas y socialistas que no fueran más claros con su postura, ya que votaron en contra de la moción presentada y, pese a su insistencia, no aclararon que si se replantea el actual proyecto pueda tener futuro por su parte.
A la salida de la sesión, el socialista, Mier, no eludía hablar con los vecinos que de la cacerolada, como sí ha hecho el alcalde. Es entonces cuando se ha generado una acalorada disputa entre el edil y los manifestantes. Una de ella le recriminaba que «no ha habido transparencia», a lo que el socialista terminaba reconociendo quev, y lo achacaba a las limitaciones de la pandemia.
No obstante, Mier ha querido señalar a los presentes que el de ellos «no es el sentir general del pueblo», y ha remarcado que «tal vez la mayoría silenciosa no piensa como vosotros». En ese momento, otro vecino, Adrían Rodríguez retaba al político a «hacer una votación como se hizo en Miera» para averiguar qué opina la mayoría. Finalmente, en respuesta y fruto de la tensión del momento, Mier ha terminado aseverando «el parque no se va a hacer, enteraros de una vez».
Con todo, otra de las asistentes, Clara González, apostillaba que «lo que más molesta» es que «todo se haya hecho en reuniones privadas», porque denota una «forma de tratar a los vecinos que no es la correcta, como si no tuvieran la capacidad de decidir». Asimismo, valoraba que «es llamativo que en un pueblo enano como este no haya participación», y criticaba que no se hayan promovido medidas para hacer llegar los plenos a los vecinos, «con grabaciones y emisiones por internet», por ejemplo.
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