La autopsia revela que Javier Borrás perdió la vida tres días antes de que hallaran su cuerpo

A la espera de conocer la causa de la muerte -el pasado viernes el juez acordó el secreto de sumario de las actuaciones-, El Diario Montañés ha podido averiguar que la víctima falleció tres días antes de que apareciera su cuerpo «amordazado, ensangrentado y con diversos golpes». Es decir, los forenses han llegado a la conclusión de que Javier Borrás murió el domingo 7 de enero. Y creen que ese violento fallecimiento se produjo «por la noche».

Esta circunstancia ha provocado que la instrucción del caso pase de manos del Juzgado de Instrucción Nº1 de Santander, en funciones de guardia, que dirige el magistrado Jaime Parra, a las de su compañera Mercedes Compostizo, del Juzgado de Instrucción Nº5, que era quien se encontraba de guardia el día en el que perdió la vida la víctima. Como recordarán, la magistrada Compostizo es quien dirige la investigación del 'caso Obras Públicas'.

Otro de los datos que ha podido recabar este periódico en relación a la autopsia -que finalizó el mismo día que apareció el cuerpo, el pasado miércoles, pero quedaron pendientes unas pruebas complementarias que se realizaron al día siguiente- es que los diversos golpes que presentaba Borrás en su cuerpo no fueron la causa de la muerte, simplemente le provocaron alguna fractura de costillas, pero no fueron la causa directa de su fallecimiento, que «tampoco fue natural», según descartan fuentes cercanas al caso.

Teniendo en cuenta todo esto y que lo primero que descartaron los médicos forenses fue la presencia de heridas de bala o de arma blanca, pocas opciones quedan sobre la mesa. Una de ellas podría ser la muerte por asfixia, aunque puede haber más.

Después de que los forenses hayan establecido la causa de la muerte de Borrás, los investigadores de la Policía Nacional de Santander ya se pueden centrar en practicar las diligencias que sean necesarias para dar con la persona o personas que amordazaron, golpearon y, en definitiva, acabaron con la vida de este vecino, que tenía antecedentes por tráfico de drogas.

Como suele ser habitual en estos casos, las pesquisas comenzaron el mismo día en el que apareció el cuerpo sin vida de la víctima, a la que su familia llevaba buscando varios días. De hecho, un día antes del trágico hallazgo denunciaron su desaparición ante la Policía. Y fue precisamente su entorno familiar el que dio aviso de la trágica muerte de Borrás.

Cuando los agentes acudieron al lugar de los hechos, tomaron declaración a todo el entorno de la víctima, tanto a sus familiares, entre ellos su hermano, como a los vecinos y todo aquel que pudiera aportar algo al caso.

Antes de prestar su testimonio a los investigadores, el hermano de la víctima ofreció su primeras impresiones a este periódico. «No sabemos muy bien cómo ha aparecido ni lo que le han hecho. Necesitamos que nos cuente la Policía. Y la verdad es que no sé muy bien qué ha podido pasar para que le hagan esto», comentaba el pasado miércoles junto al portal de la vivienda de la Avenida de Los Castros. Ayer, tampoco sabía nada nuevo sobre el caso. Y todo parece indicar que seguirá siendo así en los próximos días, hasta que la nueva instructora decida levantar el secreto de sumario. Una medida que acordó el viernes el juez de guardia para prevenir una situación que pueda comprometer de forma grave el resultado de la investigación o del proceso.

Por el momento, solo pueden tener conocimiento de las actuaciones la jueza que instruye el caso y el fiscal que se encontraba de guardia cuando falleció la víctima. Nadie más.

Una vez que los investigadores han descifrado cómo murió Javier Borrás, quedan por despejar otras incógnitas fundamentales para esclarecer este caso de presunto homicidio. La primera de ellas es quién o quiénes son los autores del crimen. La Policía Judicial y la Científica, del Grupo de Atención al Ciudadano y de la Unidad de Prevención y Reacción de la Policía Nacional, fueron los encargados de recoger huellas y restos de ADN del escenario del crimen.

Al tiempo que logren desentrañar la autoría, los agentes tendrán que aclarar si el autor o los autores acabaron con la vida de Borrás en el mismo lugar donde se le halló dentro de un coche, en un garaje del edificio de la Avenida de Los Castros en el que vivía; o bien, lo amordazaron y mataron en otro lugar y, posteriormente, lo trasladaron hasta su lugar de residencia.

Finalmente, quedará por saber qué movió al responsable o responsables de este supuesto homicidio a llevar a cabo una acción de esta magnitud. Aunque la Policía ya adelantó hace unos días que podía estar relacionado con un asunto de drogas.

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