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Santiago Sierra, uno de los varios portavoces de la Plataforma Transporte Santander, sostuvo el martes (tras haberse conocido el lunes que el Ayuntamiento da marcha atrás con el MetroTUS) que «no ha habido ni vencedores ni vencidos» en la batalla que han dado contra la nueva red de líneas de autobús durante seis meses largos. Y lo repite. Pero el presidente de la Asociación de Vecinos de Cueto también mantiene que el sistema al que se volverá desde el 1 de noviembre necesita ajustes y que la Alcaldía debería tener «disposición al diálogo».
–¿En qué momento se pensó en el seno del colectivo anti-MetroTUS que se podía ganar la lucha que había llevado a la calle, a los despachos y, sobre todo, a los barrios?
–En el momento en que fuimos conscientes de que todo el mundo estaba incómodo. La lógica y la sensatez así nos lo decían. Y, además, veíamos que pasaba el tiempo y la gente nos seguía transmitiendo a diario su malestar: quejas continuas de retrasos, de horarios que no se cumplían... Nosotros no planteamos esto como una cuestión de ganar o perder. Queríamos que se mejorase la situación de los usuarios y los cambios que fue introduciendo el Ayuntamiento no arreglaban. Los problemas este verano han sido grandes y teníamos muy claro que las necesidades de los vecinos son las que mandan y que la alcaldesa estaba obligada a atender a los santanderinos. Esperábamos la rectificación, a corto o a largo plazo. Aunque el lunes la noticia fue una sorpresa. Han tomado una decisión coherente.
–El martes, los portavoces de la plataforma fueron suaves con el Consistorio, pero sólo en apariencia. Porque, al tiempo, hacen una advertencia: tendrán que contar con ustedes para el futuro...
–Creo que no fuimos duros. Confiamos plenamente en la palabra de la alcaldesa y hemos retirado todas las actuaciones de protesta que había previstas. A partir de ahí, al volver al sistema del 31 de enero habrá que hablar del cómo, porque los barrios querían mejoras. La plataforma no es más que un compendio de asociaciones y no estamos pidiendo cambios drásticos, sino progresar. En algunos sitios serán paradas logísticas, en otros que se amplíen las frecuencias de los autobuses en festivo o más información en las marquesinas. En el centro están informatizadas, pero muchas del extrarradio no lo están. En breve empezaremos a informar para que los afectados sepan que se recupera el TUS anterior y para que nos expresen sus necesidades.
–¿Qué le parece que la alcaldesa haya acogido con cierta distancia su petición de diálogo a la hora de retomar el sistema de transporte anterior?
–Nosotros iremos a hablar como todos los demás. El Ayuntamiento tendrá que contactar con los vecinos y nosotros somos parte de ese colectivo. Cada grupo tendrá que elaborar una lista de lo que quiere para su área y desde la Alcaldía tendría que haber buena disposición de diálogo. Nosotros nos hemos ofrecido con la mejor voluntad. Sabemos que todos vamos a ganar volviendo a la situación inicial, aunque pediremos ajustes para ganar en accesos directos a Valdecilla, las estaciones o el centro a horas determinadas. En Cueto, por ejemplo, el 1 y el 2 van casi solapados: lo que queremos es un autobús cada diez minutos y no dos cada 20. Ese es el tipo de avances que plantearemos.
–Esta protesta ha trascendido al autobús. Las asociaciones han tenido que retratarse a favor o en contra del Ayuntamiento, algo que para algunas no ha sido nada fácil.
–Una gran mayoría de ciudadanos entendió desde el principio que el MetroTUS no funcionaba. Y si ha habido asociaciones que no han atendido las demandas vecinales, lo tendrán que valorar porque su función es de transmisión. Las que no han actuado tendrán la responsabilidad de explicarse porque los problemas hay que comunicarlos, le guste o no le guste al presidente de una asociación. Las organizaciones a veces felicitamos por las actuaciones y otras veces toca ser críticos. Nuestra labor es abrir espacios para que la gente pueda opinar. Unos han creado clima de tensión y otros hemos intentado ser constructivos.
–Este conflicto ha conseguido unir a representantes de varios barrios en una plataforma, una iniciativa que ya se quiso conseguir hace un tiempo, sin éxito. ¿Tienen ya pensadas otras reivindicaciones?
–Quienes nos hemos unido no nos conocíamos. Ahora nos hemos relacionado y hemos visto que existen preocupaciones comunes. Hay cuestiones que plantearemos conjuntamente, para lo que necesitamos estar comunicados. Es fundamental que haya espacios de contacto vecinal porque existen asociaciones pequeñas y hay que entenderlas. La ciudad es de todos y los de la periferia queremos estar en condiciones de igualdad con el centro. En la plataforma hubo discusiones, pero siempre se llegaba a acuerdos porque el objetivo de todos era beneficiar a la mayoría. El MetroTUS ha conseguido que se unieran barrios y ciudad.
La renuncia
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