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La procesión de El Encuentro tuvo su momento más emotivo cuando se unieron las imágenes del Cristo y la Virgen, en la calle de Juan de Herrera

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La procesión de El Encuentro tuvo su momento más emotivo cuando se unieron las imágenes del Cristo y la Virgen, en la calle de Juan de Herrera Antonio 'Sane'

Emoción en El Encuentro

El buen tiempo permitió salir al Cristo y la Virgen de La Amargura

Martes, 27 de marzo 2018

El buen tiempo reinante este martes, en medio de una lluviosa Semana Santa, permitió durante la tarde la celebración de la procesión de El Encuentro, en la calle de Juande Herrera, delante de la iglesia de La Anunciación, con las imágenes del nazareno con la cruz a cuestas, de la Cofradía de La Inmaculada (padres carmelitas) y la Virgen de La Amargura, de la Cofradía de La Pasión (padres pasionistas). El Señor de La Misericordia es una obra de 1924 surgida de los talleres Reixach-Campayà y la Virgen de La Amargura es una obra de 1909, cuyo autor se desconoce.

La Virgen es la imagen más antigua de la Semana Santa y ha sobrevivido al gran incendio de 1920 que destruyó la mayoría de ellas, en la vieja iglesia de San Francisco (donde hoy se sitúa el Ayuntamiento de Santander), y a los destrozos de la Guerra Civil. La sección de nazarenos desfila desde el año 1947.

Este miércoles saldrán desde su capilla de la calle de Bonifaz los cofrades de La Merced, en su procesión de El Perdón y El Silencio, con el paso Ecce Homo, portado a hombros. Una escultura del año 1943, realizada por Andrés NovoCuadrillero, reformada entre 1947 y 1948. Este año los nazarenos cambian algo su recorrido en los alrededores de la capilla por la obras en las calles cercanas. Subirán y bajarán por Gándara y no por Lope de Vega y el recorrido será por la calle de Hernán Cortés. Esta cofradía, creada en el año 1942 estaba integrada en principio por excautivos de la Guerra Civil.

Este miércoles se celebra la procesión de El Perdón y El Silencio, de la Cofradía de La Merced, y la Misa Crismal en la Catedral, presidida por el Obispo

Llevarán gran manto blanco o túnica con escapulario del mismo color y cubrerrostro y guantes blancos. El día de Viernes Santo su ropa es de color negro. Tradicionalmente llegaban hasta la Prisión Provincial de la calle Alta, con el objeto de liberar a un preso, como así sucedió durante años. Este año no hay liberación del preso, pero los nazarenos subirán como siempre por Ruamayor hasta la calle Alta, de un tirón, demostrando que la fe les da fuerzas para cargar con el paso.

También mañana, los sacerdotes de toda la Diócesis de Santander están convocados en la Catedral a la Misa Crismal presidida por el obispo Sánchez Monge. La ceremonia se inicia a las once de la mañana y es costumbre que asistan más de un centenar de sacerdotes.

El obispo «dado el profundo sentido de esta celebración», invita a todos los fieles a participar en este acto, porque «contemplarán en él a los sacerdotes de su Diócesis reunidos» y será una Eucaristía en la que se tendrán «muy presentes a los enfermos que necesitarán del auxilio de Dios a lo largo del año». Esta misa hace referencia, igualmente, a los sacramentos de la iniciación cristiana (el bautismo, la eucaristía y la confirmación) y, durante la celebración, los sacerdotes renuevan sus promesas y «entrega al Señor».

En esta misa, el obispo consagra el Santo Crisma y bendice los Santos Óleos, depositados en tres grandes ánforas. Con el Santo Crisma, de aceite de olivas y perfume, se ungirán durante el año a los recién bautizados y también servirá para sellar a los nuevos confirmados y para ungir a los sacerdotes que sean ordenados. Con los Santos Óleos son signados los catecúmenos como preparación y disposición previa al bautismo y se imparte el sacramento de la Unción de Enfermos para que éstos «reciban el alivio en su debilidad y consigan también el perdón de sus pecados».

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