Borrar
Marco Pérez es volteado por el segundo novillo de la tarde, de nombre 'Mordedor', cuando realizaba un quite por gaoneras.

Ver 18 fotos

Marco Pérez es volteado por el segundo novillo de la tarde, de nombre 'Mordedor', cuando realizaba un quite por gaoneras. Juanjo Santamaría
Feria de Santiago

Samuel Navalón triunfa en una tarde épica de Marco Pérez

El valenciano corta tres orejas en una novillada marcada por la lluvia y por las tres volteretas sufridas por el joven salmantino

Borja Cavia

Santander

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Sábado, 20 de julio 2024, 22:08

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Opciones para compartir

Desde fuera es, desde luego, difícil de explicar. Se puede apelar a la épica, al valor, al orgullo, a todas esas cualidades que convierten a un humano corriente en algo parecido a un autómata. Pasaba en la antigüedad, cuando los guerreros entraban en trance antes del combate. Y pasa, sobre todo, sobre una plaza de toros. Santander vivió este sábado una de esas tardes en las que la persona muta en algo diferente, en algo sólo al alcance de quien se ha criado entre pitones y sabe lo que se juega cada vez que se pone delante de ellos.

El barro, la lluvia y tres volteretas no pudieron con Marco Pérez, que es un niño salmantino de 17 años que con la nariz partida expuso la femoral ante el sobrecogimiento de una afición refugiada en gradas y andanadas. Una tarde para contar, para recordar, de esas en la que lo estrictamente taurino pasa a un segundo plano y que quizá debió suspenderse al caer el tercer animal. Pero, por eso, el mundo del toro es diferente y los actuantes decidieron que para adelante.

La ficha

  • Ganadería. Se lidiaron seis novillos de Casasola, de origen Domecq vía Aldeanueva. Fuertes, con kilos y todo el lote escaso de trapío y de pitones. En cuanto a juego, novillada engañosa, mansa, con cierto peligro y con poca entrega.

  • Samuel Navalón Bajonazo, aviso (una oreja), pinchazo y estocada (silencio en el que mató por Marco Pérez) y estocada (dos orejas)

  • Marco Pérez Estocada atravesada, cinco descabellos y aviso (oreja en el único que estoqueó).

  • Javier Zulueta. Pinchazo, estocada tendida y aviso (palmas) y pinchazo hondo, media estocada caída y cuatro descabellos (ovación con saludos).

  • Incidencias. Media plaza en una tarde lluviosa en Cuatro Caminos. Presidió el festejo Juan Calahorra, que, de acuerdo con los actuantes, decidió que siguiera el festejo pese al estado del ruedo tras la lidia del tercer novillo.

Por partes. Para todos los aficionados Marco Pérez es el hijo que nunca tuvieron. O ese que tienen pero que, como diría Rulo, vive más de noche que de día. Desde los ocho años el salmantino ha sido espejo para su generación, por tauromaquia, cabeza y modales y porque ha demostrado que sabe soportar el peso del escalafón.

Tras cortar dos orejas en la sesión matinal en Francia, donde encima tuvo que torear tres novillos por cogida de un compañero, Marco se montó en la furgoneta, lidió con el habitual atasco para llegar a Cantabria desde Vizcaya los fines de semana y se enfundó un blanco y plata para conquistar Cuatro Caminos.

En su camino se cruzó en primer lugar 'Mordedor', un novillo de Casasola que, como sus hermanos, tuvo tanta caja como poco trapío por delante. Tras arrancar de rodillas en el saludo, Pérez se fue a los medios para quitar por gaoneras y, en la segunda, la res le levantó como papel de fumar para, desde el suelo, repetir embestida y vuelo por los aires. Inconsciente, con la nariz y el labio partidos y con una mano tocada, el salmantino hizo amago de salir a muletear, aunque su equipo le frenó a tiempo para dejar la épica para el quinto.

En ese momento ya llovía a mares y el presidente y los novilleros habían acordado continuar el festejo (ya digo que quizá fuera una temeridad) ante un ruedo imposible. Daba igual. Marco plantó los pies, saludó por delantales y, cuando cogió la muleta, enseñó la femoral, remató detrás de la cadera y corrió la mano con soltura dentro de las dificultades del piso y de un enemigo siempre engañoso. El animal le golpeó de nuevo, Pérez se repuso, dejó una estocada atravesada que escupió el novillo cuando el respetable sólo quería que aquello acabase y el fallo con el descabello dejó el premio en una oreja.

El encierro de Casasola, llegado desde el campo charro, nunca llegó a entregarse y, en varios casos, las redes tuvieron un peligro sordo al final del muletazo. El triunfador numérico de la tarde fue Samuel Navalón, que lidió en primer lugar un animal noble, con el que no encontró el sitio pese a su disposición. En el que mató por Pérez y en el segundo de su lote apeló a la épica, se fue a chiqueros y se fajó sobre los charcos en una demostración de valor. En total se llevó tres orejas.

Completaba el cartel Javier Zulueta, diestro sevillano que tuvo doble mala suerte. Y es que cuando saltó al ruedo para lidiar a su primero la lluvia espantó al público, encharcó la arena y despistó el trasteo de su fondo de temple y técnica y, en el sexto, se encontró con que lo ocurrido minutos antes con Marco Pérez pesó como una losa. Con los dos oponentes más pastueños y de embestida menos emocionante, muleteó con fondo y forma, sin enganchones, hasta la cadera y con ese regusto de la escuela sevillana. No acertó con la espada en el tercero, con el descabello en el sexto y recibió dos ovaciones, la segunda de ellas con saludos desde el tercio.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios