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La privilegiada ubicación del Hotel Colón, en la plaza de Las Brisas, cerca de los Jardines de Piquío, con vistas a la playa de El Sardinero, el faro de Mouro y, más al fondo, el Palacio de la Magdalena, ha suscitado el interés de setenta representantes. De distintas cadenas hoteleras de Santander, de otros grupos nacionales, de fondos internacionales o de firmas de promoción residencial. El fin que tendrá se desconoce a fecha de hoy, pero falta poco para saberlo. La incógnita se despejará a lo largo de diciembre.
«Estamos gratamente sorprendidos con el interés que ha tenido su salida a la venta. El plan de negocio lo desconocemos, se lo llevará el mejor postor», explicaÍñigo Cisneros, socio del despacho de abogados RocaJunyent, representantes legales de la propiedad. El hotel, construido sobre 1920, lleva ocho años cerrado, pero hizo una excepción y abrió sus puertas esta semana a un equipo de El Diario Montañés, que recorrió su peculiar interior donde parece que el tiempo se detuvo justo en los años veinte. Dotado de un mobiliario y diseño 'Art Decó', se utilizó hasta el 2014, último verano que recibió huéspedes.
Esta semana comenzarán las visitas de los posibles compradores, que inspeccionarán las posibilidades de negocio del inmueble. No se ha hecho público el precio de salida a la venta del hotel y los setenta interesados han tenido que firmar un contrato de confidencialidad para que no trascienda la cantidad. Cada uno de ellos ha recibido un cuaderno de venta donde se explica el protocolo a seguir e indica un precio mínimo que ha establecido un juez. A partir de ahí podrán hacer sus ofertas y presentarlas en una notaría de Madrid con fecha límite el 1 de noviembre. Poco después, se abrirán los sobres y la oferta económica al alza se llevará la propiedad.
El inmueble pertenece a Rafael de Palacios, viudo de Herminia Diego, Nelly (que era la hija de Aurora Martínez y José Diego, los propietarios desde el año 1941). El hotel lo explotaban exclusivamente durante el verano, cuando El Sardinero se convertía en punto de interés turístico por los baños de ola.
«En 2014 fue el último verano que el hotel abrió al público. Rafael puso fin a la actividad, aparentemente por un problema de salud, pero no se vendió porque no tenía decidido si retomaría la gestión hotelera en un futuro o si volvería a utilizarlo con un fin privado», explica Roberto Umarán, responsable de custodiar las instalaciones. «La mayoría de los huéspedes eran amigos de la familia, algunos de ellos artistas, pianistas o cantantes y organizaban animadas fiestas en los salones. Todo estaba repleto de flores siempre. La imagen ha cambiado mucho con el paso del tiempo», añade Umarán.
Entre aquellos huéspedes destaca el pintor vanguardista Manuel Hernández Mompó (1927-1992). El artista aprovechó su estancia durante un verano para realizar el mosaico modernista que preside el salón principal. Se trata de la pieza de mayor valor, tasada en 10.000 euros según la casa AB, aunque sus herederos lo valoran en 50.000 euros.
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Rocío Mendoza | Madrid, Lidia Carvajal y Álex Sánchez
Álvaro Machín | Santander
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