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Si hay algo que caracteriza al Mercado de la Esperanza es el bullicio en forma de ruido que generan los propios puestos y la vida ... de la clientela que atraviesa los pasillos cuando la plaza abre sus puertas. Pero ayer el frío que hacía en las calles de la capital cántabra traspasó las paredes de una plaza que presentaba una imagen muy distinta a la habitual. Los tenderos no cantaban con la misma alegría de siempre los productos de sus expositores y las conversaciones más cercanas –entre trabajadores y clientes– giraban en torno a lo que inevitablemente era el tema del día, la pérdida de Maite de la Mata, trabajadora en el puesto de Frutas Ciana durante 45 años. Una jornada de trabajo marcada por el dolor y la indignación ante lo sucedido la tarde anterior.
«Se está haciendo durísimo». Con ojos vidriosos y consternada, Almudena García, compañera durante 17 años en Frutas Ciana de Maite de la Mata, apenas podía articular palabra. La frutería ha mantenido la persiana arriba pese al impacto de la noticia recibida este miércoles, donde la mujer de 72 años perdió la vida tras ser arrollada en la autovía S-20. «Vi la noticia en el periódico, pero no me pude imaginar que sería ella. Al rato me llamó mi jefe para decírmelo», ha explicado.
Y es que Maite ha sido una persona muy querida en el Mercado de la Esperanza, donde ha trabajado durante 45 años en el puesto de Frutas Ciana y mantenía una gran relación con su jefe, Mauricio Rivero. «Era como su hijo, ya que Maite no había tenido descendencia», ha subrayado García. Aunque ya no acudía con la misma frecuencia de antaño a trabajar, siempre se pasaba a echar una mano durante los fines de semana. «Era muy alegre y muy buena compañera».
Maite de la Mata fue una de las personas jubiladas reconocidas en el homenaje que rindió el pasado mes de abril el Ayuntamiento de Santander y en el que se entregó a los protagonistas una fotografía histórica enmarcada de un lugar que, en el caso de la fallecida, fue una gran parte de su vida. Así lo ha contado también José María Lagunilla, propietario de Frutas Tea: «Toda la vida en la plaza». Todavía sobrecogido por la noticia, no se podía explicar lo sucedido. «Es ilógico que haya muerto estando en la acera tranquilamente, que venga una persona bajo los efectos de la droga y haya pasado esto. Luego no le pasará nada», ha lamentado.
Gema de Andrés, propietaria de Pollería Pepín, ha recordado a Maite como «una buena persona, trabajadora. Ha estado muchos días pasando frío aquí, como todos». Sorprendida ante la noticia, ha asegurado que era muy vital: «La veías en perfecta forma. Es complicado pensar que el que la ha atropellado estará en dos días en la calle y ella ya no volverá por la plaza».
Estrella Güemes y Ana Belén Fernández, de Charcutería La Asturiana, se han mostrado visiblemente emocionadas por la pérdida de una mujer a la que conocían desde hace muchos años. «Era muy alegre, tenía 72 años y ahí estaba, como una campeona. Seguía viniendo a la plaza por el trato que mantenía con el público, porque llevaba toda la vida aquí y le gustaba mantenerse activa».
«Es un palo». Así han expresado su sentir cuando se han enterado del atropello. «Nos hemos quedado todos que no nos lo creíamos. Nunca esperas recibir una noticia así. Siempre recordaremos a Maite como a alguien bueno, súper alegre y de quien no podías decir nada malo».
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Ana del Castillo
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