De pie en un TUS «a paso lento»
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Solo había que subirse a un autobús municipal de servicios mínimos para comprobar que la de ayer no fue una jornada normalEn una mañana donde la entrada del frío se empeñó en competir y quitarle protagonismo a la jornada de huelga de los conductores de autobús, faltaba por ver qué iba a causar más quebraderos de cabeza entre los usuarios –si el frío o la huelga– ... y se puede decir, a posteriori, que el resultado del enfrentamiento acabó en tablas –en términos futbolísticos–. Un empate a cero porque ninguno consiguió romper del todo a su rival;ni la menor frecuencia en las líneas ni ese frío efímero de primera hora causó inquietud entre todos los que se disponían a coger algún autobús del TUS durante la jornada de ayer.
Y es que, algunos usuarios llegaban a las paradas concienciados de la huelga, mientras que los despistados –que ni siquiera sabían de la convocatoria– no se quisieron tomar a mal la falta de algunos autobuses, aunque no todos estaban contentos con la situación. A primera hora de la mañana se respiraba algo de incertidumbre por cómo iba a ser el funcionamiento de los servicios mínimos. «De momento he cogido bien el primer autobús, pero la conductora no me ha asegurado que a la vuelta vaya a estar en hora», contaba Ángeles del Río, procedente de San Román, a la espera de hacer transbordo en la parada de Cuatro Caminos.
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Ese bullicio e inquietud que se vivía esperando en las paradas se transformaba en silencio y cierta pausa en el interior del autobús. Eso sí, raro era conseguir sentarse en uno de los asientos aunque se hiciese todo el trayecto de la línea, puesto que la afluencia era considerable durante las horas puntas. «Hoy lo único que ves es a los conductores ir más lentos, a paso lento, se están tomando más tiempo cuando se paran a recoger a los pasajeros», confesaba Marcelino Casasola. Una sensación, que a diferencia de otros días, sí se vivía a bordo del vehículo. Hasta los conductores se notaban dicharacheros y con más ganas de hablar de lo habitual. Varios hasta se atrevían a valorar la jornada de huelga como «muy tranquila» durante la mañana. «Los que tenemos servicios mínimos estamos obligados a hacerlos y el resto de compañeros se encuentran en las cocheras hasta venir a la manifestación», subrayaba una de sus conductoras.
Con el transcurso de las horas y pasado el momento crítico de la hora punta, la reducida frecuencia de los autobuses se notaba, pero no generaba complicaciones para los usuarios. A su vez, el tiempo mejoraba y las capas de ropa –del inicio de la mañana– sobraban por esos rayos de sol que iluminaban la capital cántabra. Pese a toda la calma, se daban escenas que no dejaban de ser inusuales como la que ocurría en el intercambiador de El Sardinero. «Es raro esperar tantos minutos en esta parada, se nota la huelga de los conductores. Te afecta en el desarrollo de tu día, pero es lo que toca hoy», puntualizaba José García. Quizá los que más se vieron afectados durante la jornada fueron los universitarios. «No sabía nada de la huelga, he intentado coger el 3 que pasa por el túnel, pero se me ha escapado el último y ahora me he movido a otra parada para coger el 7C2», relataba Alba Luzuriaga. Un primer día de huelga en el TUS que fue más tranquilo de lo esperado.
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