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Las vías y las estaciones de tren de Santander han sufrido todo tipo de transformaciones desde principios de siglo, aunque todas sobre el papel y ninguna sobre el terreno. Se planteó hacer un edificio de viviendas de 140 metros, pistas deportivas, soterrarlo todo para ... liberar terreno en Castilla-Hermida, cambiar la estación de ubicación... Así, hasta llegar a la propuesta de construir una losa que cubriera todo el parque de vías. El proyecto se aprobó en 2018 con la firma de las tres administraciones -Gobierno central, autonómico y Ayuntamiento-, pero nunca llegó a arrancar y se paralizó en 2019 con la llegada de Ciudadanos al Consistorio de la capital. Adif modificó levemente el plan en 2021 para rebajar la altura de parte de la losa y que quedase mejor integrada entre las calles Castilla y Alta. Tras la salida de Cs del Ayuntamiento tras las elecciones del año pasado, el PP, ya con mayoría absoluta, reactivó el proyecto y esta misma semana la alcaldesa, Gema Igual, se reunió con el ministro de Transportes, Óscar Puente, en Madrid, para concretar el arranque de las obras, previsto para 2026. Así será la integración ferroviaria en Santander.
Aunque el primer proyecto solo contemplaba una altura, para toda la cubierta, de 13,7 metros desde la calle Castilla -y que por el otro lado quedará a la altura del Parque del Agua-, Adif afinó las medidas para que la losa pudiera ser más baja en la parte que da al barrio de Castilla-Hermida, donde finalmente será de diez metros de alto. Además, con las dos alturas, se logra un diseño más suave y desde abajo no se verá como una pared sin fin, sino que podrá apreciarse que hay una zona estancial sobre la losa, a donde se podrá acceder a través de un ascensor exterior. Además, no será un muro pegado a la acera que actualmente transita junto a las vías, sino que entre la pared y la calle Castilla habrá suelo liberado que se destinará a un aparcamiento en superficie -en la zona más cercana a la estación actual- y, el resto, a zonas verdes y de esparcimiento para los vecinos. Desde la calle Alta, la losa quedará a la misma altura que el Parque del Agua, lo que ofrecerá más espacios verdes y de ocio a los habitantes de esta zona. Al final, la diferencia de altura que existe ahora entre los dos barrios, que ronda los 14 metros, será la misma, aunque tras la modificación del proyecto de Adif, ese escalón suavizará la distancia entre la parte más alta y la más baja. También se ha cambiado la ubicación de las salidas de ventilación, que estaba previsto que se ubicaran en la parte superior de la losa y se ha trasladado a los laterales para que el espacio transitable sea más amplio.
La losa empezará justo detrás del edificio de las estaciones -que tendrá una ampliación justo detrás del inmueble actual- y llegará hasta los ascensores de la Peña del Cuervo. La pasarela que hay allí se demolerá parcialmente y se reconstruirá para integrarla con el resto del proyecto. De ancho, ocupará en torno al 60% de todo el espacio ferroviario actual, ya que las vías del tren de la antigua FEVE se moverán para ubicarlas junto a las de Renfe, liberando todo el espacio que ocupan actualmente y que se destinará a aparcamiento en superficie y zonas para los peatones.
Actualmente, hay dos edificios de estaciones, el de ancho ibérico (Renfe) y métrico (antigua FEVE). En medio de los dos hay una torre con un arco para acceder al aparcamiento en superficie y que actualmente gestiona Saba. Las tres estructuras se conservarán y, detrás del edificio actual de Renfe, se construirá una ampliación que servirá de enlace con la zona de vías. Según recoge el proyecto de Adif, se protegerá el inmueble actual por respeto al patrimonio de la ciudad y la nueva estructura que lo unirá a la losa será sencilla y, desde ella, se podrá acceder a todos los andenes, tanto los de ancho métrico como los de ancho ibérico. Además, a través de este nuevo edificio se conectará la calle Castilla con el Parque del Agua.
Los cerca de 50.000 metros cuadrados que habrá sobre la losa será espacio liberado para los peatones. A qué destinarlo es algo que no ha llegado a concretarse aún, ya que no forma parte del proyecto puramente ferroviario de Adif. Como será un espacio que pasará a formar parte de la ciudad, será el Ayuntamiento quien decida qué hacer con él. Hasta ahora, lo que se ha barajado -como puede verse en las infografías- es destinarlo a zonas verdes, aunque no podrán ser de mucha profundidad para no sumar mucho peso a la estructura; áreas de paseo y de descanso y también áreas deportivas y de juego. Aunque Cs quería hacer un concurso de ideas para el proyecto completo, Adif señaló que solo podía hacerlo en el área que iba a liberarse junto a las vías y sobre la losa y el PP municipal sí ha expuesto en varias ocasiones su predisposición a decidir qué hacer ahí a través de esa participación vecinal.
Hasta ahora, las vías de ancho ibérico (Renfe) y ancho métrico (antigua FEVE) llegan prácticamente juntas desde fuera de Santander hasta la Peña del Cuervo y, a partir de la pasarela que hay allí, los dos bloques se van separando hasta llegar cada uno a su estación. Al final del recorrido, la última vía de Renfe y la primera de FEVE están a una distancia de casi cien metros. Esto cambiará con la ordenación ferroviaria, ya que la intención es que estén todas seguidas en la zona más al norte hasta llegar a la estación -que estará unificada-, lo que liberará todo el espacio que actualmente ocupa FEVE. En total, habrá once vías: cinco de ancho ibérico y seis de ancho métrico. Las primeras tendrán cinco vías a las que darán servicio tres andenes y las segundas se dividirán de la siguiente forma: cuatro serán para viajeros y dos para posibles incidencias y para el Transcantábrico. Para dar servicio a todas las vías se adecuarán los andenes de Renfe que ya existen, de forma que tengan más de 400 metros de longitud útil. Todo quedará cubierto con la losa.
Como el aparcamiento en superficie que actualmente se ubica entre Renfe y FEVE -al que se accede por el arco que hay en el edificio de la torre central- tendrá que suprimirse para juntar todas las vías, se construirá uno nuevo junto a la calle Castilla. El que existe actualmente tiene 500 plazas y el proyecto de Adif considera que el nuevo será una reposición, aunque no aclara si tendrá las mismas o no. El actual es de pago y está gestionado por la concesionaria Saba y tampoco se ha desvelado si seguirá siendo de pago, aunque en principio sí tendrá las mismas características que el que se va a suprimir.
En el amplio espacio que existe ahora entre las vías de ancho métrico e ibérico hay diferentes infraestructuras: talleres, una oficina de Correos, trasteros... Y el Museo del Ferrocarril. Todos estos espacios tendrán que trasladarse una vez arranquen las obras y uno de los que más dudas genera es el museo, ya que la asociación que lo regenta no tiene a dónde trasladar toda la maquinaria y piezas que tienen expuestas. De hecho, en 2019 recibieron una carta de desahucio por el arranque de estas obras, aunque se libraron por su parálisis. La intención de la Asociación Cántabra de Amigos del Ferrocarril (ACAF) es que les trasladen a la zona de Cajo y, aunque se reunieron con las administraciones implicadas durante la pasada legislatura, no llegaron a darles una solución definitiva.
El nuevo edificio de oficinas de Adif, que unificará todas las que hay en los terrenos ferroviarios, estará al otro lado de la pasarela de la Peña del Cuervo y será la primera obra en ejecutarse, aunque el proyecto no saldrá a licitación hasta el año que viene. Según muestran las infografías, será un edificio moderno de fachada ventilada con el logo de Adif.
La perspectiva del proyecto es muy diferente según desde donde se mire. Los vecinos de Castilla-Hermida son los que más han protestado contra el proyecto de la losa, ya que consideran que les colocarán una enorme pared a las puertas de sus casas y que perderán mucha luz. Pero la visión es diferente desde la calle Alta, donde ganarán una extensión de parques y zonas de esparcimiento de 50.000 metros cuadrados. Porque lo que que para 'los vecinos de abajo' será una losa, para 'los de arriba', que lo tendrán a la misma altura que el Parque del Agua, será prácticamente una extensión del mismo. Lo que ya ha quedado claro desde que se aprobó este convenio en 2018, y tras la reivindicación de Cs de soterrar las vías, es que el proyecto es inamovible por parte de Adif, que rebajó la cubierta todo lo que le permitieron los gálibos y no da más su brazo a torcer.
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