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Cankel, el corralero de la plaza de toros de Cuatro Caminos, posa con un capote en el coso. Lo hace acompañado del alguacil de la plaza, José Luis Saiz, y de un peñista, José Miguel Álvarez. Probablemente, junto con los periodistas de El Diario que ... han realizado este reportaje, sean los únicos que pisen la arena de Cuatro Caminos en las fiestas de Santiago, o mejor dicho, en las 'no fiestas de Santiago'. El covid sigue dejando secuelas allí por donde pasa, que es prácticamente todo el Mundo. Y este año, además de dramas familiares en aquellas casas donde con mayor crueldad se ha sufrido la enfermedad, ha dejado a Santander sin fiestas. No hay Semana Grande. Ni chupinazo ni fuegos ni casetas ni actuaciones en la campa de La Magdalena o en la Plaza Porticada, con todo lo que ello supone desde un punto de vista económico para artistas, cantantes, grupos, hosteleros, feriantes, etc. La decisión del Ayuntamiento, comunicada hace una semana, ha contado con la comprensión de las peñas: la salud debe estar ahora por encima de todo.
El Diario ha querido recordar las fiestas de Santiago juntando a algunos de sus protagonistas con las actividades de referencia: feria taurina, fuegos artificiales, espectáculos por toda la ciudad, conciertos en la campa de La Magdalena, actuaciones en la plaza Porticada. Porque todos ellos tienen claro que, como dicen Los Carabelas, «volveremos en Santiago 2021».
Fiesta taurina/ José Luis Saiz , Cankel y José Miguel Álvarez, alguacil, corralero y peñista
«Ves la plaza de toros así, vacía, y se te cae el alma a los pies». José Luis Saiz, alguacil del coso de Cuatro Caminos, se emociona mientras recorre con sus ojos los tendidos sin taurinos, los burladeros sin nadie a quien proteger y la arena impoluta, sin pisar por toros o toreros. Él, junto a Cankel, el corralero encargado de mantener en perfecto estado de revisión la plaza, y José Miguel Álvarez, presidente de la Asociación Taurina de Cantabria, son los únicos que pisarán estas fiestas Cuatro Caminos. Lo hacen con dos capotes y una muleta, símbolos de su amor por la tauromaquia.
«Los toros, además de un eslabón clave en las fiestas de Santander, es el segundo festejo de masas más importante de España, aunque a algunos no les guste, y no se puede machacar de esta manera a este sector, que es parte de la cultura del país», reivindica este alguacil, que ha entregado orejas a los más grandes maestros y ha hecho su paseíllo a caballo para saludar al presidente de la plaza cada feria de Santiago desde hace 44 años. «El problema es que estando como está la cosa, con tanto antitaurino y 'anti-todo', no celebrar el festejo taurino es una estocada muy dura para la tauromaquia», opina. «A los amantes taurinos de Santander les pesa mucho que este año no haya fiesta y no poder disfrutar del ambiente de casetas alrededor de la plaza, en la Alameda, la música y ver a los grandes toreros y ganaderías», afirmación que es aprobada por Cankel, quien, aún sabiendo que nadie pisará la plaza, no ha querido dejarla abandonada por «afición y respeto a la tauromaquia».
José Miguel Álvarez echa de menos «el olor inconfundible a toro bravo», y más este año, que se cumple el 130 aniversario de la plaza. Y recuerda que «en las fiestas de Santiago la plaza tiene ambiente desde por la mañana. Se llena de niños que recorren los recovecos de la plaza conociendo su historia». Su miedo es que «un año en blanco pase factura y los chavales se desvinculen», explica.
Conciertos en La Magdalena/ Nando Agüeros, cantante
«¿Recuerdos de las fiestas de Santiago? Uff, imborrables. Noches con la 'plaza' llena, el público entregado, disfrutando ellos, disfrutando yo. ¿La suspensión? Triste. Y lo digo como artista y como ciudadano, porque tengo el privilegio de participar en los festejos de las dos maneras». Nando Agüeros posa para El Diario en la campa de La Magdalena, donde este año no hay escenario. Ni cantantes. Ni músicos. Ni luces. Ni público. Reconoce que está apesadumbrado por la suspensión, pero lo entiende. Y eso que él es uno de los pocos músicos que se ha atrevido a lanzar un disco durante la pandemia, 'VersioNando'.
Desafortunadamente, el daño que ha provocado el virus a la economía afecta especialmente al sector cultural. «Somos los más perjudicados. La hostelería ha vuelto a funcionar, y me alegro por ellos, pero no están dejando hacer grandes conciertos (sólo con aforos limitados) y me parece incoherente. Es injusto que al sector cultural se le esté castigando tanto». El cántabro, que suele hacer en verano 70 actuaciones, este año tendrá cuatro. «El verano es nuestro momento fuerte de trabajo, no solo de los artistas, sino de técnicos, conductores y todo el equipo que hay detrás», lamenta.
Fuegos artificiales/ Rafael Bedia, Los Reginas
La noche de los fuegos es uno de los momentos de las fiestas de la ciudad que más gente reúne. Familias enteras, pandillas de jóvenes y mayores acuden masivamente cada año al entorno de la segunda playa de El Sardinero para ver el juego de luces en el cielo y sobre el mar. Un espectáculo que también se disfruta desde el agua, bien en las decenas de barcos privados que fondean a la altura de la Segunda playa o a bordo de las lanchas de Los Reginas. La empresa llevó el año pasado a ver los fuegos artificiales a cerca de 700 personas, repartidas entre las seis embarcaciones que hacen este recorrido. «Entiendo la decisión del Ayuntamiento. Comprendo que no haya fiestas, y con ello, tampoco fuegos artificiales. Hay que evitar las aglomeraciones y los fuegos son una de las actividades que más gente reúne todos los años», reconoce Rafael Bedia en uno de sus barcos, con la Segunda de El Sardinero al fondo. Las pedreñeras tampoco se han salvado del covid. Han perdido un 25% de los pasajeros respecto al año pasado e, incluso, el servicio se vio suspendido, «algo que nunca había vivido, ni durante la Guerra Civil».
Plaza Porticada/ Los Carabelas
«Este año hubiese sido nuestra actuación número 42 de forma consecutiva en las fiestas de Santiago. Tendremos que esperar al próximo año para que se cumpla», lamenta Ernesto, uno de los componentes del trío Los Carabelas. ¡Quién no recuerda o incluso tararea las letras de las canciones de uno de los grupos musicales más conocidos en Cantabria, con llenos un año sí y otro también en la plaza Porticada o en el Auditorium de El Sardinero, que hoy lleva su nombre! Cholo, Gonzalo y Ernesto, junto a su mánager Manuel Gutiérrez, lo tienen bien claro: «Volveremos a actuar, seguro», dicen con cierta melancolía, como un bolero de Los Panchos, a quienes admiran y en los que está inspirada su base musical. «El público nos quiere y nosotros a él», afirman, y garantizan que el año que viene las Fiestas de Santiago contarán con uno de sus referentes más tradicionales. Hoy ven con tristeza cómo Santander se ha quedado sin fiestas, «sin el gentío que alegra la ciudad en verano y la gente joven que sale a la calle para disfrutar», aunque entiende que debe primar la salud.
Para el trío, la nostalgia por la ausencia de estas fiestas les lleva a recordar cuando el festejo se celebraba en Cuatro Caminos. «Éramos entonces unos niños y nuestros abuelos nos llevaban a las ferias que se instalaban en Numancia. Recuerdo la ilusión que nos hacía acudir al circo de los hermanos Tonetti en la calle Vargas», rememora Ernesto.
Con una trayectoria musical «de toda la vida», Los Carabelas recuerdan ahora cómo de jóvenes hicieron las maletas para recorrer medio mundo, con actuaciones en Estambul o Kuwait, gracias a un contrato con la cadena de hoteles Hilton. Pero, «después de diez años, cansados de estar fuera de Santander y con el sincio de volver a nuestra tierra renunciamos al contrato y decidimos escribir una última canción pensando que sería nuestra retirada». Fue así cuando llegó su mayor éxito profesional: 'Mi Santander'. «Pegó muy fuerte, todo el mundo la cantaba, se sabían la letra, era emocionante». Y les encumbró. «Desde entonces no hemos parado de cantar y Santander es uno de nuestros lugares emblemáticos, con un público que siempre responde forma espectacular».
Durante el estado de alarma, Los Carabelas tampoco se tomó un descanso, sino que el trío se embarcó en dos nuevos proyectos: un libro y un nuevo disco de boleros. «Hemos aprovechado el parón para recopilar fotografías y recortes de prensa que incluiremos en un libro de Los Carabelas que está preparando Manuel Cabo». El nuevo disco lleva por título 'Los Carabelas cantan a Méjico', y «si todo va bien, podremos presentarlo el próximo año y darlo a conocer en las fiestas de Santiago 2021», confían.
Feria de Día/Joserra y Marian Martínez, Grupo 'Quebec'
«Ahora mismo es inviable organizar una feria que moviliza a tanta gente y forma aglomeraciones en las plazas, pero aunque es evidente que no es el momento de celebrar algo a lo grande, no se puede evitar sentir pena por pasar una semana en blanco sin vivir el chupinazo, los fuegos y ver tantas caras de amigos celebrando un año más Santiago». Quien habla así es Joserra Martínez Maza, propietario del Quebec, uno de los fijos –doce años consecutivos– en la feria de día de Santander, repartiendo pinchos a diestro y siniestro, prácticamente sin parar durante todas las fiestas de Santiago. «No hay duda, echaré mucho de menos la adrenalina previa al arranque de las casetas, son diez días de mucha tensión, pero es muy bonito contribuir a dinamizar Santander y participar activamente en las fiestas de tu ciudad».
«¿Qué recuerdo de otros años? Los nervios de preparar los equipos de trabajo, montar las casetas, y también el estrés de servir tantos pinchos, una media de 600 al día y otras tantas bebidas. Pero el resultado de tanto trabajo es un granito de arena en crear un ambiente festivo en Santander y el logro de situarnos como referente en la feria de día del norte de España», afirma el hostelero.
El Quebec es uno de los establecimientos que más presencia tuvo el año pasado en las casetas de la feria de día: siete de las 35 que se dispersaron por distintos puntos de la ciudad. «No es un negocio rentable pasados los primeros años, pero sí es una buena imagen para el establecimiento. Te das a conocer y es una forma de atraer turismo a la ciudad. Mucha gente de fuera viene a celebrar la Semana Grande santanderina con el incentivo de participar en la feria de día», señala Joserra Martínez, que muestra en la plaza del Ayuntamiento, junto a su hermana Marian, dos de sus afamados pinchos de tortilla.
Reinvención del negocio
El sector hostelero ha sido duramente golpeado por la crisis económica que ha dejado el covid. El empresario al frente del Quebec calcula una caída de las ventas de un 50% en los establecimientos con terraza y un 80% en aquellos que no cuentan con terraza. «Esta crisis nos ha obligado a reinventarnos para poder sobrevivir y hemos sacado servicio a domicilio para empresas o familias, pensando en los rebrotes», explica Marian, socia del grupo Quebec, que aglutina 14 establecimientos. El nuevo servicio a domicilio de la firma se llama La Puchera, de comida tradicional, y los pedidos se solicitarán a través de una aplicación en el móvil.
Espectáculos por toda la ciudad/ César Bueno, mago
La ausencia de fiestas en Santander ha dejado cierto poso de nostalgia en César Bueno, mago, ilusionista, artista y uno de los grandes conocedores de un público entusiasmado con sus trucos, juegos y humor. No en vano, César acaba todos sus espectáculos entre piruletas y abrazos, algo que hoy es impensable poder realizar. El humor, además de la magia, siempre le ha caracterizado. ¿Por qué? «Por que hay que reírse mucho, para llorar ya tendremos tiempo, por eso apuesto por el humor, por la risa, por la alegría», contesta mientras saca una mascarilla, ¡cómo no! de la chistera de la que nunca se separa en sus shows.
«Mis Semanas Grandes se iniciaron en la plaza de la catedral, allí montaba mis espectáculos y disfrutaba... mucho», recuerda el mago Bueno. Desde aquellos años ha trabajado ininterrumpidamente en las actividades programadas por el Ayuntamiento. «Santander y su Semana Grande es un lugar mágico, con una participación excepcional del público», afirma.
La crisis sanitaria también ha golpeado con fuerza a su sector, anulando actuaciones y complicando todos los espectáculos. «No hay eventos, no hay formaciones... entiendo el aplazamiento de las fiestas que ha decidido el Ayuntamiento, pero es muy duro porque laboralmente los que nos dedicamos al mundo del espectáculo no tenemos opción a hacer nada. El espectáculo se resiente», alerta el ilusionista cántabro, y «no solo los artistas, sino todos los técnicos y personal que están alrededor del mundo del espectáculo».
A pesar de las dificultades, «mi vida es esto, el espectáculo, y aquí estaré el año que viene, el siguiente y alguno más, seguro». Sin Semana Grande, «la incertidumbre» es la principal preocupación de los artistas. «¿Cuándo podremos recuperarnos de este verano sin trabajo?», se pregunta. Las nuevas generaciones serán las más perjudicadas y quizás vayan a tener que renunciar a su sueño y reciclarse en otra profesión. «Lo más grave es para los que están empezando en este mundo que han hecho una inversión que no van a poder rentabilizar y tendrán que desaparecer y dedicarse a otra cosa y abandonar un mundo tan mágico y que tantas alegrías nos da».
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