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La violencia contra las mujeres no cesa en un diciembre dramático. La última tragedia tuvo lugar este miércoles en la localidad toledana de Escalona. Un hombre asesinó a cuchilladas, presuntamente, a su pareja de 32 años que se encontraba embarazada y cuando le faltaba pocos ... días para dar a luz. Los hechos ocurrieron sobre las 20:45 horas en la calle Playa Cala Salions, una vía que se encuentra en la urbanización donde vivía la fallecida junto a sus dos hijos.
Los servicios de emergencia solo pudieron certificar el fallecimiento de la mujer e intentaron salvar la vida del bebés con una cesárea de urgencia, sin éxito. La Guardia Civil, por su parte, detenía al agresor. Fuentes policiales confirmaron a Europa Press que el arrestado contaba con un caso de violencia de género previo ocurrido en Mostoles, ciudad del sur de Madrid situada a unos 70 kilómetros de esta localidad toledana.
De confirmarse como asesinato machista, sería la víctima número once en España en solo cuatro semanas, una cifra que ha encendido todas las alarmas y que ha convertido este mes en el diciembre con más crímenes en catorce años, igualando a los once registrados al final de 2008. No solo es de uno de los períodos más negros desde que hay registros sino que cinco de los diez asesinatos se han cometido en tropel, en solo seis días, del 22 al 28 de diciembre, coincidiendo con los festivos y celebraciones familiares.
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La anterior asesinada al caso en Escalona se llamaba Rebeca, una boliviana de mediana edad afincada en Bilbao. Perdió la vida el martes a manos de su novio, un hombre al que ya habían detenido por agredirla y que tenía antecedentes de maltrato a parejas anteriores. La cosió a puñaladas en la cocina del bar que regentaban.
Esta plaga de asesinatos machistas obligó ayer a reunirse por primera vez al comité de crisis nacional contra la violencia de género. Responsables ministeriales de Igualdad, Justicia e Interior, de la Fiscalía y de las comunidades donde se han cometido los últimos crímenes analizaron caso por caso para determinar qué puede hacerse para evitar que se repitan otros similares. La conclusión del análisis, trasladada por la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez, fue doble. España está en situación de «alerta» por la avalancha de crímenes de género y el sistema español de lucha contra esta lacra aún tiene muchas deficiencias que hay que corregir lo antes posible.
La primera constatación, la situación de alerta, confirma algo ya apuntado por los estudios. Las navidades, con los días de vacaciones y el aumento del tiempo de convivencia, son un claro momento de riesgo de violencia de género extremo. El 75% de crímenes del actual repunte se cometió en uno de los festivos o en fin de semana.
Rodríguez avisó que aún quedan dos semanas de altísimo riesgo, con el fin de año y Reyes de por medio. Hizo un llamamiento a que todos «extremen las precauciones» para evitar más asesinatos. A las instituciones y a los actores principales -policías, jueces, sanitarios, técnicos o trabajadores sociales- reclamó que «estén especialmente atentos» para anticiparse a los agresores y a los ciudadanos que avisen de «cualquier indicio» en su entorno. «Ante la duda, mejor llamar al 016 o al 112», defendió.
La segunda conclusión del cónclave es una autocrítica. Hay «huecos y grietas» en el sistema y hay «un fracaso de todas las instituciones» porque «no hemos llegado a tiempo» de evitar la ola de muertes. Rodríguez admitió que el fallo de Estado y autonomías -ha habido crímenes este mes en diez comunidades distintas- es evidente si se tiene en cuenta que la mitad de las mujeres asesinadas en diciembre había denunciado que eran víctimas de violencia de género. Son más del doble del porcentaje habitual de víctimas que avisan a la policía, los juzgados o los servicios sociales del infierno en que se encuentran, que desde hace años ronda el 20%. Pero el problema es que estas alertas pasan desapercibidas desde hace meses, pues durante todo 2022 aumentaron al 40% las asesinadas que habían denunciado.
El comité de crisis detectó una batería de deficiencias que ahora trasladará a la Conferencia Sectorial de Igualdad. Falta coordinación institucional. Hace falta «engrasar» y mejorar la conexión y el acceso a la información compartida entre policías, juzgados y funcionarios para ganar en eficacia y evitar que se pierdan pistas y evidencias sobre estos casos. Hay que aumentar la detección precoz. Hay que mejorar el sistema VioGén, el sistema policial que valora el grado de riesgo de maltrato, con más información sobre el agresor. También hay que mejorar la formación de policías, jueces, personal sociosanitario y de asistencia domiciliaria para detectar los signos del problema y acelerar las actuaciones preventivas. Es precisa una atención más personalizada y directa a las víctimas. Con medidas específicas para mayores, discapacitadas, migrantes, drogodependientes y pobres y más recursos en áreas de riesgo como las zonas rurales.
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