El arte de contar una historia

Salazar descubrió a los asistentes al Taller de Comunicación que imparte, dentro del programa juvenil de emprendimiento STARTinnova, los entresijos de un buen storytelling como método infalible para transmitir las ideas. Ese es el objetivo final: hacer que el mensaje fluya y sea bien recibido por el público al que va dirigido. En el camino se encuentran las paradas de la cobertura de ciertos puntos de interés, necesidades, problemas y deseos satisfechos como base para establecer una relación de empatía con el público y gozar así de su reconocimiento.

Contar una buena historia es todo un arte. Uno para el que hay que prepararse. Las tendencias han cambiado hasta evolucionar siendo más sútiles e ingeniosas que nunca al apelar no solo a la información sino a la empatía para llegar a la emoción. Solo si se alcanza esa meta la misión se considera como un éxito.

Un buen storytelling es aquella narración de una historia que consigue crear vínculos emocionales entre el emisor y el receptor. Lograr esas conexiones emocionales profundas sin llegar a mostrar el producto, la empresa o a la persona sino la historia que hay detrás. El clima creado logra que el público se interese por una idea o un producto.

Esta sociedad acusa tanto un exceso de comunicación como una falta de efectividad en el proceso comunicativo. Ahora mismo sin tecnología de por medio parece que no somos nadie. Esa magia universal que nos conecta con todos curiosamente también nos aisla. Todo depende del cristal con el que se mira porque las herramientas más útiles también pueden ser consideradas las más peligrosas.

La manera de interactuar ha cambiado. Es una realidad que se vive a diario sobre todo entre los jóvenes en la forma que tienen de expresarse y tratarse y, en definitiva, de relacionarse. La convivencia social también se refleja en las aulas en las que los estudiantes también tienen que demostrar sus conocimientos mediante exposiciones orales. Este aspecto se cuida mucho en el programa STARTinnova en el que no solo se trata de tener y desarrollar una buena idea sino de saber transmitirla.

Los diez proyectos más brillantes no solo se exponen sino que también se defienden en la fase final de competición del programa. Un reto en el que los participantes tienen que demostrar su valía haciendo uso de técnicas de oratoria.

Para lograr superar con éxito esta misión cuentan todos los finalistas de STARTinnova con los consejos de Santiago Salazar. La formación que imparte dentro del programa es todo un referente dentro de la experiencia emprendedora. Sus sesiones dinámicas despiertan el interés de los asistentes. Su metodología consigue no solo captar la atención de los jóvenes sino estimularles y animarles, a partes iguales. El taller en sí es una práctica muy gráfica.

Enseña a recopilar los materiales necesarios para un correcto discurso. Recomienda el ensayo y la puesta en escena para que los argumentos se ajusten a la duración estipulada. Aconseja empezar y terminar con fuerza como guinda al mensaje para que este cale. Salazar enseña no solo a disfrutar del arte de consumir historias sino también de contarlas. En comunicación eso es sinónimo de poder.