Secciones
Servicios
Destacamos
Los móviles de los hosteleros empezaron a vibrar temprano por la mañana; para primera hora de la tarde, los grupos de WhatsApp eran ya un hervidero de comentarios por parte de afectados y no afectados por la nueva restricción horaria. Pubs, discotecas, bares mixtos, salas ... de fiestas... La polémica estaba servida. Y, con ella, todas las dudas: «¿Y qué pasa con las vísperas de festivos»; «¿no han pensado en los empleados que trabajan por horas?»; «¿sólo nos afecta a los de Torrelavega?»... El Boletín Oficial de Cantabria (BOC) publicado por la Consejería de Presidencia unas horas antes fue un jarro de agua fría descomunal para el sector, una cortapisa sin precedentes que, para los hosteleros, excede por completo cualquier margen de intervención municipal. «Se recortan nuestros derechos», declaraba Sebastián Martín, encargado del Nasdaq, uno de los 48 establecimientos afectados por una medida que, además de «no aclarar nada sobre las vísperas de los días festivos», llega a la ya maltrecha economía de Torrelavega tras casi dos años de actividad condicionados por el covid.
«Estamos pagando el silencio de la pandemia. Entiendo a los vecinos, pero ellos también deben comprender que viven en la zona de vinos. A nosotros tampoco nos gustan los problemas», declara Martín, resignado ante la medida y consciente de lo que otros colegas ya venían reconociendo desde que las quejas en este entorno ganaron peso en el debate político: «Pagamos justos por pecadores». Las alusiones a una minoría de salas como foco del problema -a la que viene haciendo referencia el presidente de la Asociación de Hostelería 39300, Ramón Gómez- también integran buena parte de las reacciones consultadas este martes.
Esa y otra máxima fundamental. «No es la solución a los ruidos», asegura Álex Merino Herreros, propietario de otro pub, el En Vivo, e igualmente indignado con el trato diferencial que, «de forma injustificada», recibirán los locales afincados dentro de la ronda de circunvalación (Bulevar Ronda). «En esta zona hay algún problema de vez en cuando, como en todas partes. La medida no tiene ningún sentido. Además, la gente seguirá en la calle por mucho que cierren las discotecas. ¿Qué vamos a hacer en Semana Santa?», se pregunta.
La idea que maneja uno de los colectivos más enfrentados a la medida, la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria (AEHC), es que, para esas fechas, el ocio nocturno pueda estar ante un escenario distinto y desde luego no abonado al terreno que propone el Ayuntamiento de Torrelavega. César Muriedas, representante de la agrupación sectorial en la capital del Besaya, se alineó este martes con la posición regional para transmitir sus «dudas» sobre la legalidad de la resolución.
El discurso de Muriedas sería replicado en boca de muchos otros colegas a lo largo del día, no sólo por el arreglo a derecho de la medida sino por su impacto en la rutina -y la cartera- de propietarios y, sobre todo, esa masa de empleados que trabaja por horas. «En vez de dotar de más medios a la Policía Local optan por hacer esto. Y encima, prácticamente de la noche a la mañana. ¿Qué nos va a quedar?», se preguntaba el delegado, también convencido de que las molestias se concentran en «una minoría de establecimientos».
Noticias Relacionadas
José Carlos Rojo Javier Gangoiti
Y hablando de fuerzas de seguridad. «Tampoco somos policías», evidencia el propietario del pub Parada de Bus, Enrique Gómez Zamanillo, cuando habla de los problemas que suceden en la calle. Como los anteriores, él también intuye varias lagunas en la resolución publicada este martes en el BOC. «No menciona las vísperas de fiesta, supone un agravio comparativo, se nos reduce el horario en una franja de la semana en la que muchos ni siquiera estamos abiertos...», enumera.
Ni útil ni justa. Ramón Gómez, al frente del sector en Torrelavega y también del New Times y New Moon, lleva días diciendo lo mismo: «Es un problema de dos locales, pero nos hacen pagar a todos. Y eso genera una competencia desleal para todos los que estamos dentro del Bulevar Ronda». Y no por dejar de ser propietario Félix Álvarez asiste a la iniciativa con mejor cara que el resto. Él, empleado del Winchester Saloon, califica la restricción horaria como una auténtica «faena» no sólo para el ocio nocturno sino «para todos», «desde el resto de hosteleros y comerciantes hasta los que sólo pueden salir a tomar algo entre semana».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.