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La Policía Nacional le pisaba los talones e Iván H. F. intuía seguramente que su detención era cuestión de días, incluso horas. Anoche los ... agentes que forman parte del operativo especial de vigilancia preventiva por el estado de alarma generado por este individuo en Nueva Ciudad lograban dar con él gracias a la colaboración vecinal. Lo capturaron en torno a las 22.00 horas cuando un residente lo situó de nuevo en el barrio. Ya lo estaban buscando por un presunto delito de obstrucción a la justicia.
Iván F. H. ha pasado esta noche en los calabozos y la esperanza abierta de los vecinos afectados por sus fechorías es que no lo dejen salir otra vez. La policía lo pondrá seguramente hoy por la mañana a disposición judicial y será un magistrado quien interprete –según la Ley de Enjuiciamiento Criminal– si se puede, esta vez, dictar un auto de prisión preventiva en base a la reiteración de delitos que lleva acumulados el sujeto en el último año, tal y como demanda la calle.
Las últimas acciones del individuo tuvieron lugar la noche del viernes cuando volvió al barrio «en busca de gresca» e hizo aparición en uno de los locales hosteleros de la zona, increpando y amenazando a clientes y hosteleros. Esto provocó nuevas denuncias y la intervención policial, además de generar un ambiente muy tenso en el vecindario, que obligó a intervenir a los propios agentes del dispositivo conjunto entre Policía Nacional y Local para alejarlo de allí, ya que el barrio se había movilizado de nuevo para tratar de ayudar y repeler una posible agresión de esta persona, dados sus antecedentes.
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Cabe recordar que, según el atestado policial, al ahora detenido de nuevo le constan hasta 41 detenciones, 42 con la de ayer noche, por presuntos delitos que la propia policía ha calificado de «graves», tildando a esta persona de «muy peligrosa». Y es que Iván ha pasado con los años de ser un «muchacho conflictivo» a tener «el demonio metido dentro», tal y como lo describía esta misma semana una vecina que había sido objeto de sus insultos y vejaciones.
Robo con intimidación, amenazas de muerte o extorsión a los negocios de la zona, además de insultos y agresiones gratuitas a vecinos «machete en mano», incluidas personas mayores o disminuidas, son parte del historial que se le atribuye.
El sábado pasado fue una jornada de tensa calma y tranquilidad en las calles del barrio, pero muchos negocios echaron el cierre porque sentían aún el aliento en la nuca de Iván, sin saber que ayer domingo los agentes les darían un pequeño respiro, gracias a que el operativo de vigilancia preventiva funcionaba también por la colaboración vecinal y su confianza en la palabra de los agentes que, el pasado miércoles, les prometían que «no les iban a abandonar» pero que las cosas tenían que seguir su cauce legal.
Ayer por la noche un vecino dio la voz de alarma. Había visto que el expresidiario volvía al barrio y llamó de inmediato a los agentes para que estuviesen alerta. En esta ocasión eran ellos, y no el ahora detenido, los que ya lo buscaban con una orden para detenerlo por obstrucción a la justicia.
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