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Lo de la Feria, el desfile y Gran Capítulo del Hojaldre en las fiestas de Torrelavega es todo un rito. Tiene sus grandes fechas apuntadas en el calendario, sus oraciones, su música ceremoniosa y, sobre todo, gente apoyando la misión. Este domingo, un Teatro Concha Espina lleno hasta la bandera se ha transformado en un templo de culto y homenaje al hojaldre y los que lo hacen posible, en una XXIII edición del Gran Capítulo del Hojaldre al que no han faltado autoridades regionales y municipales ni diferentes rostros del sector confitero y la sociedad en general. Los 25 años de esta entidad, que tiene a Francisco Javier López Marcano como Gran Maestre -suya fue la idea de desarrollar esta iniciativa a finales del siglo pasado, en tiempos de este como alcalde de Torrelavega- y la presencia de hasta 16 cofradías de diferentes productos de dentro y fuera de Cantabria han convocado a cientos de personas en el teatro municipal, inmerso durante cerca de hora y media en un solemne acto en homenaje no sólo a las polkas y las elaboraciones propias del hojaldre como productos gastronómicos, que también, sino a su papel como símbolo de identidad de Torrelavega.
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Alejandro Pescador
Junto a los promotores de esta iniciativa, sus principales impulsores y las casas confiteras que lo hacen posible, en la gala de este domingo en el Concha Espina han brillado dos nombres por encima de los demás. Este año, el Gran Capítulo de la Cofradía ha distinguido con el título de Cofrade de Honor al artista taniego Pedro Sobrado; y, como Embajador del Hojaldre, al cocinero y periodista gaditano Pepe Domínguez Oneto. «He recibido otros reconocimientos, pero este es el más dulce», agradeció el primero, tras subrayar la «importante labor para la difusión y conservación de esta tradición» por parte de la Cofradía; «¿Qué sería del turismo sin la gastronomía? Le tenemos que estar agradecido a todo el movimiento asociativo porque protege el patrimonio gastronómico y los productos que lo hacen posible», señaló el segundo.
Además de dedicar un momento a quienes ya no están, la cita anual de la hermandad del hojaldre de Torrelavega ha hecho oficial el nombramiento de sus nuevos cofrades, los hombres y mujeres que hacen posible la labor dentro de esta cofradía y dan sentido a su continuidad en el futuro. La nueva hornada la componen las siguientes personas: Pablo de Dios del Rosal, Leticia González Fernández, Juncal Herreros Izquierdo, Alejandro Robledo Gómez, Vicente Robledo Gómez, Julio Ruiz de Salazar Fernández-Abascal, José Ángel Sáinz Santander, Natalia Sáiz Gutiérrez, David Santiago Esteban y Mario Wünsch Martínez. Y hablando de futuro, también se les ha encomendado la misión de divulgar el hojaldre a los más pequeños, los llamados 'cofraducos': María Serrano Blanco, Galo Verdugo Rojas-Marcos y Javier López Collado.
Gracias a ellos, Torrelavega seguirá fuertemente asociada a su dulce durante más años. Ha pasado un cuarto de siglo desde que, gracias a la Cofradía del Hojaldre, esa dupla se defiende con más hambre que nunca en la ciudad. «El hojaldre llegó para quedarse en las fiestas», declaró el alcalde, Javier López Estrada, durante una intervención llena de referencias al orgullo y la identidad, así como halagos hacia los nuevos cofrades de honor. Tras este, también subrayó la importancia de este dulce y su papel como icono turístico de la ciudad el consejero de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, Luis Ángel Agüeros. «¡Que viva al hojaldre de Torrelavega!».
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