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Desde por la mañana, Torrelavega lució ayer arte en sus fiestas. A partir de las 09.00 horas, en el Bulevar Demetrio Herrero, ya se inscribían los primeros artistas a quienes sellaban y enumeraban los soportes para indicar su participación en el 'XXVII Concurso Nacional ... de Pintura Rápida al Aire Libre'. Ahora, tocaba recorrer la zona de los tres puntos elegidos en las bases para comenzar a pintar. Una de las citas más tradicionales de La Patrona acababa de ponerse en marcha.
Las localizaciones no eran al azar. «Estas zonas tienen un punto de refugio con portales o tejadillos, para en caso de que llueva como sucede hoy», asegura Marisa Caballero, representante de la Asociación Cultural 'Tertulia Sago', organizadora del concurso. Pero a pesar del mal tiempo, a los 31 participantes de esta edición no les faltaron ganas de salir a retratar algunos de los lugares más emblemáticos del centro de la ciudad: un rincón de la Avenida Menéndez Pelayo, la Plaza Mayor o los alrededores de la iglesia de La Asunción y sus calles adyacentes.
Brochas, pinceles, óleos, acrílicos o carboncillos, todo estaba preparado para reflejar la esencia que capta el ojo del artista. Las precipitaciones pudieron causar algo de complicaciones, pero además de las zonas protegidas algunos tenían sus trucos: «Hago el trazado aquí para conseguir esta perspectiva, después lo termino bajo el portal», dice el asturiano Rafa Dueñas, mientras rápidamente crea un boceto. Pero la lluvia, a pesar del fastidio inicial, también fue fuente de inspiración para algunos.
Bajo los soportales de la Plaza Mayor estaba David Cuesta, quien al pintar jugó con el difuminado de tonos blancos, negros y grises buscando ese «efecto de calles mojadas». Cerca de allí, también pintaba el bilbaíno José Reyes, que usaba «óleo en tonos de gama fría para retratar el ambiente lluvioso y sereno de hoy».
Pasear por las calles de la ciudad era toparse de continuo con los artistas que no cesaban de trazar, colorear y pincelar. Muchos eran los curiosos que se paraban a observar las obras, así como elogiar el trabajo de sus creadores, quienes estaban decididos a aportar su punto de originalidad.
Cerca de la iglesia, Alejandra García, una estudiante burgalesa de bellas artes, se centraba en la profundidad y los tonos rojizos de la torre. Más adelante, Carlos Montero, que venía desde Murcia, retrataba la misma calle, en blanco y negro, y queriendo «acentuar los maceteros para poner la atención en otros detalles».
Participantes desde los 14 años en adelante compartieron una jornada de creatividad desde distintos puntos de la ciudad; hay quienes incluso siendo más pequeños, también han querido ser parte de ello. «¿No tenemos negro, mamá?», decía uno. «Tienes que mezclar rojo, amarillo y azul», le contesta ella, quien se muestra orgullosa de trasladar su amor por el arte a sus hijos.
Además, esta edición ha estado marcada por la variedad de los concursantes. «Este evento ayuda a dar presencia a Torrelavega en esta rama de la cultura; han venido de muchos lugares de España: de Vizcaya, León, Cádiz, Sevilla, Murcia, Asturias, incluso tenemos una vietnamita», apunta con orgullo Marisa Caballero.
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A las 15.30 horas sonó la alarma, no hay que olvidar parte del título del certamen 'Pintura rápida'. «Contar con un tiempo relativamente corto es de lo que más me gusta del reto», comenta Iker Mugarra, quien se estaba centrando en su cuadro en la salida del callejón en el que se escondía de la lluvia, y en los detalles de los árboles o del antiguo edificio blanco en el fondo.
Todos los participantes debieron depositar sus obras en la Sala de Exposiciones Mauro Muriedas, donde se mostrarán hasta el día 17 de septiembre para el disfrute del público. Al finalizar el turno de los artistas, entró en juego el papel del jurado, compuesto por los miembros de la Tertulia Sago, que tuvieron en cuenta diversos aspectos a la hora de puntuar. El acabado del cuadro, la técnica empleada, la perspectiva, el color o el estilo, «todo esto es importante para la evaluación, pero sobre todo el resultado nos tiene que decir algo, provocar sensaciones», comenta Marisa Caballero.
Entrega de premios
A las 19.30 horas comenzó la entrega de premios, reñidos por la gran calidad de este año. La expectación y el nerviosismo eran palpables en la sala de exposiciones. El ganador del año pasado, Miguel Repollés Martínez, no tenía opción a repetir éxito y fue relevado en la primera posición por Abraham Pinto, quien venía desde Sevilla, pintó una vista de la iglesia de La Asunción y obtuvo 1.500 euros en reconocimiento de su creación. David Cuesta se hizo con la segunda posición- 1.000 euros- y el tercer premio- 700 euros- fue para Iker Mugarra. Las categorías especiales consistieron en la entrega del premio juvenil -de 14 a 18 años-, valorado en 300 euros, obtenido por Laura Novales, y para terminar, el de artista local, dónde destacó Jesús Ocio, un torrelaveguense que se llevó 500 euros por retratar un rincón de su ciudad, lo que hizo con placer.
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