Las peñas de Torrelavega, motor de las fiestas, celebran su día más animado

El día comenzó en la plaza de la Llama, donde celebraron un concurso de arroz organizado por la Peña Club Cántabro de Campismo. Este reunió a más de quinientos peñistas durante la mañana de este miércoles. Una vez terminado el certamen, la gran mayoría acudió directamente al Parque de Miravalles con sus sillas, carpas, mesas y todo aquello que consideraron necesario para degustar sus paellas, cocinar más arroz o comer otros productos. Mientras, hubo algunos que prefirieron hacer un parón en un bar cercano de la zona para tomar algo y picotear con sus amigos y familias antes de continuar con la celebración.

Alrededor de las 13.30 horas se comenzaron a montar los hinchables dispuestos en el aparcamiento de La Inmobiliaria, donde los más pequeños pudieron disfrutar saltando con sus amigos mientras esperaban a que sus padres terminaran de cocinar –no solo se cocino en la Llama–. Este lugar estuvo ambientado con las risas y gritos de los niños, que jugaban con balones y correteaban por las colchonetas ambientadas de los personajes más típicos de la infancia. Bob Esponja, Mickey Mouse, Phineas y Ferb... Estaban todos. También se escuchaban las quejas de aquellos que no pudieron disfrutar de estas instalaciones: «Eso es para mayores», le explicaba un padre a su hija inconforme.

Pañuelos, banderas y camisetas decoraron todas las zonas y rincones del parque de Miravalles, contagiando el espíritu fiestero de las peñas a todo aquel que pasaba por la zona y se unía a disfrutar del momento. Bastaba adentrarse en el parque para palpar ese ambiente, una banda sonorosa que, dicho sea de paso, fue cambiando según pasaban los minutos. Ya no reinaban los gritos de los menores; las protagonistas eran las risas y la música de aquellos que acudieron con un altavoz para amenizar la espera de la comida. Aquí sonó música de diferentes géneros, pasando de la mesa de los más jóvenes con las últimas canciones de reguetón a temas más clásicos, en los parlantes de los más mayores.

El picoteo inicial dio lugar a la comida, donde, con vaso en mano –el cachi fue el vaso estrella de la jornada– todo el personal se fue sentando en las mesas para degustar su creación y compartirla con los demás miembros del grupo. «¡A comer!», «¡ya está la comida!», eran algunos de los gritos que se escucharon. Tocaba dejar de jugar y ponerse a comer. Este miércoles, lo de coger fuerzas y llenar el estómago fue algo importante y que todos parecieron seguir a rajatabla. Y ya se sabe que las buenas comidas siempre se alargan. Para cuando muchos terminaron, ya era la hora de la primera actuación del día: el torrelaveguense Fonso Blanco.

«Está lleno, chaval», «no sé si vamos a tener hueco». Algunos peñistas compartían observaciones al llegar, sorprendidos de sus colegas más madrugadores. Lo de gestionar el sueño es todo un arte durante los días de fiesta. Entonces eran ya las tres de la tarde. Algunos llegaban; otros, los más previsores, ya llevaban una hora en la zona y disfrutando como niños. Dicha sea toda la verdad, algunos de los primeros ya venían con el estómago lleno y acudían al parque con bolsas y neveras en mano. La sobremesa. Tocaba disfrutar de las charlas y la fiesta, que empezaría apenas unos momentos más tarde.

Alrededor de las 16.00 horas, en el escenario dispuesto en el parque –que en realidad era un camión–, comenzó el espectáculo del artista Fonso Blanco, quien a través de sus versiones de canciones de otros artistas amenizó la primera parte de la tarde. El espectáculo comenzó de manera bastante tranquila. Los peñistas fueron ocupando el área cercana al escenario para vibrar con las letras y brindar con sus compañeros. La versión del tema del productor Bizarrap y el cantante canario Quevedo hizo que el público se animara y cantara a todo pulmón, sorprendiéndose al escuchar que el cantante cambió una de las estrofas de la canción para adaptarla a la comunidad: «Luego me dijo vamos que te enseño todo Cartes», cantó –en realidad, la canción original hace referencia a la capital argentina, Buenos Aires–.

Una vez terminado, los espectadores siguieron tomando algo con sus amigos y familiares, a la espera de que comenzara la sesión del pinchadiscos santanderino DJ Ivi. Este empezó pasadas las 18.00 horas e hizo que el gentío saltara y lo diera todo en este día especial para los miembros de las Peñas. Finalmente, el día prometía un último 'show' a cargo del pinchadiscos torrelaveguense Adrián Deerre, tres horas de ritmo para poner el broche al día estrella de las peñas.