¡Ya estoy aquí! Recién nacidos: la mayor revolución neuronal de tu vida
Son frágiles y tienen cara de susto, congestión o enfado. Pero son adorables. En sus primeras horas de vida, los recién nacidos se enfrentan a un shock irrepetible: en un tiempo récord, su cerebro debe generar las conexiones que les permitirán sobrevivir en este mundo. Un fotógrafo ha retratado a varios bebés solo unos minutos después de nacer. Así se los ve mientras experimentan la mayor revolución neuronal de sus vidas.
Jueves, 16 de Noviembre 2023, 15:02h
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Un primer contacto
La estrechez del canal del parto hace que el cerebro de un bebé humano sea el menos desarrollado de todos los mamíferos. A diferencia de otras especies, el ser humano, al nacer, no necesita ponerse en pie o valerse por sí mismo: le basta con respirar, llorar y succionar.
¿Qué miras?, estoy trabajando
Desde el primer minuto del parto, las neuronas –unos cien mil millones– empiezan a generar sinapsis, las conexiones neuronales que permitirán al bebé desarrollar habilidades complejas. Y, en muchos casos, lo harán contrarreloj. Las regiones cerebrales que maduran desde el parto hasta los dos años son las que diferencian a los humanos de los primates.
Soy un tipo con carácter
La genética determina la configuración del sistema nervioso y el cerebro. Pero hay otro factor clave: el entorno. Durante el primer año, los bebés adquieren gran parte de su inteligencia emocional. Los niños aprenden de los padres cómo reaccionar ante distintas situaciones y así se va modelando su respuesta emocional. Por eso es tan importante para los niños tener un contacto estrecho con sus cuidadores durante este periodo, lo que se conoce como ‘proceso de afinamiento’ y que se inicia desde el mismo momento de nacer.
Preparado para todo
Durante el proceso de afinamiento, el cerebro tiene su máxima plasticidad, y las regiones cerebrales son capaces de adaptarse e incluso ejercer las funciones de otras regiones si estas están dañadas por cualquier motivo.
¿Dónde está mi mamá?
En los noventa, el Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia) realizó un estudio comparativo entre neonatos separados de sus madres al nacer y otros que permanecieron piel con piel con ellas. Se efectuó en el hospital Doce de Octubre de Madrid, porque allí, entonces, se separaba a los bebés de sus madres tras el parto. El estudio resultó contrario a esta práctica.
Mínima intervención
Poco después, ese hospital fue pionero en España al practicar el método ‘madre canguro’ sin limitaciones, que ya es recomendación en los protocolos de la Asociación Española de Pediatría y la de Neonatología. «La tendencia en los últimos años es intervenir lo menos posible tras el parto –confirma el doctor González Laguillo–. Antes se aspiraban las secreciones y se utilizaban sondas y cremas, pero ahora se fomenta ante todo el contacto con la madre».
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