Temporada nupcial Las glamurosas novias de Mario Testino y los secretos tras las bodas que marcaron una época
Lleva fotografiando bodas desde los años 80. Entre ellas, las de Kate Moss, Salma Hayek, Liz Hurtley o Carlota Casiraghi. De la mano de Mario Testino, uno de los fotógrafos de moda más cotizados y solicitados del mundo, celebramos la llegada de la estación de las bodas por excelencia.
Como fotógrafo de bodas, muy pocas parejas lo contratarían. Mario Testino jamás les proporcionaría el clásico álbum de bodas luminoso y lustroso en el que novios e invitados ofrecen sonrientes sus mejores poses. Al fotógrafo peruano le gusta ir más allá, colarse, incluso, ‘entre bastidores’ y acercarse a las novias (le atraen mucho más que los novios) de un modo en que ningún fotógrafo de bodas al uso se atrevería.
Él, de hecho, no lo es. Lo invitan sus amigos y Testino, simplemente, no puede evitar llevarse la cámara y ponerse a disparar. Acaba creando así, de paso, el regalo perfecto: recuerdos atrapados para siempre del momento en que dos vidas se vuelven una ante sus seres queridos. Es lo que Mario Testino suele entregar a sus amigos que se casan.
Todo ello procedente de un hombre que, a pesar de no haberse casado nunca, siente una fascinación ancestral por las ceremonias nupciales. Lo mamó desde niño. «Crecí en una casa rodeado de las fotos de la boda de nuestros padres y nos encantaba cuando recordaban el día más feliz de sus vidas», escribe Testino en I love you (Ed. Taschen), un libro convertido en su álbum de bodas (ajenas) particular. Llevó más tarde al altar a sus hermanas y sobrinas y, tras mudarse con 22 años a Londres en pos de sus sueños fotográficos –vivió en un albergue para personas sin hogar–, se topó allí con la boda que cambiaría definitivamente su carrera.
El 29 de julio de 1981 el príncipe Carlos, entonces heredero al trono británico, se casó con Diana Spencer y Testino, que acababa de comprar su primera cámara, estuvo allí. Pero fotografiando entre en gentío.
Poco imaginaba entonces que acabaría fotografiando a la Princesa Diana más adelante y haciendo años después las fotos de compromiso del Príncipe William y Kate Middleton, además de otros encargos con la realeza». Ninguna boda ha superado a aquella en la mente de Testino, y eso que ha asistido a unas cuantas, como nos muestra en I love you, un volumen que reúne cuatro décadas de matrimonios y que es, asegura su autor «uno de los libros más personales» que ha publicado nunca. Le ofrecemos aquí apenas una muestra.
La sombra de Kate Moss
Kate Moss se casó el 1 de julio de 2011 con Jamie Hince, guitarrista de los roqueros The Kills, y Mario Testino tuvo acceso total a su intimidad. Captó momentos como este con John Galliano, autor de su vestido de novia justo tras su salida de Dior. «Incluso la fotografié en el coche, acompañada por su padre en el asiento trasero, y la llegada a la iglesia», rememora Testino. La novia, por su parte, no pudo dejarlo más claro: «Nadie me ve tan sexy como él. Mario fue el artífice de mi transformación cuando nadie me consideraba una modelo sexy. Yo solo era una chica grunge del montón y el me miró con otros ojos. Me llevó a una nueva cota de glamour».
El esplendor de Salma
Salma Hayek se casó el 26 de abril de 2009 en Venecia con François-Henri Pinault, cabeza del imperio Pinault, un conglomerado de marcas de lujo, y uno de los hombres más ricos del mundo. Ya habían celebrado poco antes, el día de San Valentín, una íntima unión civil en París. La boda religiosa, sin embargo, fue de las que no se olvidan. Entre los invitados, estrellas del cine, la música y la moda; la víspera, cena de disfraces al estilo veneciano en un edificio del siglo XVII; la ceremonia, ante 150 invitados en el esplendoroso teatro La Fenice, del siglo XVIII; y el vestido, un deslumbrante diseño color marfil, voluptuosa falda y corpiño ajustado en V de Balenciaga, con diseño de Nicolas Ghesquière.
Claudia, la eterna novia del año
«Cuando comencé a frecuentar los desfiles de la alta costura en París, tenían la tradición de concluir siempre, a modo de gran final, con 'La novia' –rememora Testino–. Me encantaba captar su gloria triunfal en el momento de su regreso al backstage. Mi favorita es esta de Claudia Schiffer para Chanel en 1995. La novia debía ser siempre 'la chica del momento', y, con Claudia, los diseñadores dieron en el clavo». Tras ejercer ese papel varios años, Schiffer se casó, de verdad, una década después con el director británico Matthew Vaughn.
La apoteosis de Liz Hurley
A lo grande, en un lujoso castillo inglés, con banquete de estilo medieval creado por el prestigioso chef Graham Grafton y Elton John como actuación principal, Liz Hurley se casó el 2 marzo de 2007 con el magnate indio Arun Nayar ante 247 invitados. La revista Hello! pagó más de dos millones de libras por la exclusiva y le dedicó un número especial de 188 páginas. Testino, sin embargo, se las arregló para fotografiar la celebración desde un ángulo mucho más íntimo.
Las turbulencias de Stella
Stella Tennant, aristócrata y modelo británica, célebre por sus looks andróginos, se casó con David Lasnet, en 1999, luciendo un sencillo vestido minimalista. Seis años después, Testino, gran amigo suyo, la visitó en su castillo escocés y la retrató en este esplendoroso vestido junto a dos de sus hijas: Jasmine y Cecily, para American Vogue. En 2020, poco después de anunciar que se separaba de su marido, se suicidó.
La novia que nunca se casó
Tom Sturridge, con quién llegó a comprometerse, pero nunca se ha casado. Con esta fotografía de para el
El poder de una boda
«Las bodas fueron parte fundamental de mi formación visual, sobre todo por la belleza y majestuosidad de los vestidos –rememora Testino, quien nunca se ha casado–. Crecí en una casa rodeado de fotos de la boda de mis padres y desde niño recuerdo a mi madre soñando con el día en que mis hermanas se casarían». Poco antes de la boda de Carla, su hermana menor (arriba), a la madre de Testino le diagnosticaron un cáncer. «Estaba muy enferma, pero eso hizo que el evento fuera aún más maravilloso, ya que cada emoción que sentimos fue magnificada por su valentía, su elegancia habitual y su alegría en ese día».
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