Por un San Valentín que desmitifica el amor romántico
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Es importante aprender a querer de forma sana y, para ello, debemos olvidar algunas ideas demasiado extendidas sobre las relaciones de parejaLlega febrero y todo se vuelve de color rojo pasión, ese color que nos han hecho sentir como el latido del emoticono del corazón. Redes, medios de comunicación, escaparates y todo a nuestro alrededor hace que el romanticismo tome protagonismo y nos invite a ... celebrar el amor.
Por San Valentín, Cupido revolotea con ganas de que la gente se sienta «in love», haciéndose eco de ese amor romántico y generando que en muchas personas aflore la idílica búsqueda del amor de película, que cuando aterrizan a la vida real se dan de lleno con esa media naranja que se convierte en medio limón o que el idealizado príncipe azul va perdiendo color y acaba por desteñir.
El amor es uno de los grandes pilares y motores de nuestras vidas. Hay muchas formas de amar y, en especial, es importante aprender a amar de forma sana. El amor de pareja en muchas ocasiones se ve envuelto y contaminado por los mitos del amor romántico que se han ido creando y trasmitiendo en la sociedad a lo largo de la historia. Si queremos fomentar un amor sano, equilibrado, justo y de equidad en pareja basado una vivencia real, es esencial desmitificar muchas ideas existentes sobre el amor romántico.
En esta ocasión he seleccionado cuatro de las construcciones erróneas de la idea del amor romántico, para que puedas reflexionar sobre el amor insano de pareja.
Mito 1: «¿Tú y yo?»
Seguro que en numerosas ocasiones has escuchado estas palabras y hasta te las has podido creer. Este mito se centra en la creencia de que dos personas que son muy diferentes en gustos, ideas y forma de ser, se atraen con mayor fuerza y se complementan de forma más sólida que si fuesen personas que comparten más afinidades. Este mito se encuentra muy lejos de la realidad. Claro que hay parejas que pueden llegar a encajar siendo polos opuesto, pero en la mayoría de las ocasiones el éxito de estas parejas se ve disipado en rupturas, ya que los conflictos y las desavenencias pueden ser a medio y largo plazo el día a día de la relación provocado el desencanto y desgaste. Personas que se encuentran en la ventura del amor y que comparten valores y afinidades pueden llegar a sembrar una relación con mayor éxito a largo plazo en el crecimiento de la pareja.
Mito 2: «¡Cari, lo siento!»
Pensar que por amar a una persona se ha de perdonar todos los errores habidos y por haber que se presenten por parte del otro, craso error. Cierto que todos en alguna ocasión nos hemos visto en la situación de perdonar o tener que pedir perdón en la relación de pareja, pero nos ha de quedar claro que amar no implica que tengamos que perdonar todo. En la pareja hemos de ser fieles en primer lugar a nosotros mismos y a nuestros principios. Si algo nos va a herir de manera que nos impida mantener un bienestar y tambalear nuestros valores, tengamos presente que aunque amemos no estamos obligados a perdonar todo. En la pareja se han de consensuar y clarificar límites en común y primar el respeto por esos acuerdos comunes.
Mito 3: «Como para confiar en ti...»
Esta es una creencia muy común en las relaciones, entendiendo que los celos son una prueba del amor que siente la otra parte por nosotros, dejando aflorar especialmente el miedo a perder a la otra persona. Dejemos claro que los celos no son una prueba de amor maduro. Sí que hay un grado de celos adaptativos que se puede despertar en nosotros por el ser amado en determinadas momentos de la relación, en especial en las primeas etapas, pero eso no respalda que sea una muestra de amor verdadero. Los celos aparecen especialmente en relaciones sembradas en la desconfianza, con partes controladoras, con personas que enmascaran inseguridades y que hacen que la pareja tenga una relación insana. En este tipo de relaciones prima el sufrimiento de ambas partes. Recuerda: «El amor verdadero nunca fomenta el dolor».
Mito 4: «Puro fuego»
Nada más lejos de la realidad. La vivencia apasionada del amor, la intensidad del deseo por la persona amada no es un estado que tenga una permanencia eterna. Este tipo de pasión se da principalmente en las primeras etapas de la relación y se pone de manifiesto especialmente en la etapa del enamoramiento, cuando la química que se genera entre los amantes no deja espacio a explorar otras formas de crecer enamorados. Crear una relación que se convierta en un constructo maduro, duradero y que te haga crecer como persona y en pareja, requiere no sólo de la química de pasión sino que ha de ser una relación que se cultive a través de paso del tiempo, con el respeto, la empatía, el cariño, los cuidados mutuos, los espacios individuales y los compartidos, las complicidades y mimando los momentos de intimidad.
¡Feliz San Valentín, corazones de Cantabria DModa!
Más reflexiones...
Alicia Aldonza Pérez
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