Las bodas se aplazan a 2021, un año clave para la hostelería y la restauración de Cantabria
LA ILUSIÓN FRENTE AL COVID ·
Con la mirada puesta en la primavera de 2021, los profesionales vinculados al sector nupcial –restauradores, joyeros, músicos, fotógrafos...– se aferran al optimismo para encarar una temporada, aunque incierta, esperanzadora, donde se espera celebrar el 80% de las bodas aplazadas este 2020
A nivel social una boda es todo un acontecimiento que se espera con ilusión y se celebra por todo lo alto, pero desde un prisma más económico, el sector nupcial es un balón de oxígeno para la hostelería y la restauración, cuyo volumen ... de negocio ronda la cifra de los 1.500 millones de euros y los 40.000 empleos. Con estas cifras, para las casi 5.000 empresas de hostelería españolas, este tipo de eventos suponen un porcentaje vital para la viabilidad de sus negocios.
Entre los meses de abril y septiembre se concentran el 75% de las bodas que se celebran en Cantabria y prácticamente en todo el país. La prohibición de celebrar, primero, enlaces con un elevado número de invitados, y las reestricciones impuestas ya en la 'nueva normalidad' han puesto la mirada en el calendario nupcial de 2021 provocando el aplazamiento de casi el 100% de las bodas planificadas en la región.
Las empresas del sector quieren mostrarse optimistas aun con la incertidumbre de si las reestricciones impuestas se mantendrán durante los próximos meses. Lo que no tienen tan claro es que se celebren a lo grande. Todo apunta a que la tendencia actual –celebrar enlaces más pequeños reduciendo el número de invitados–, se va a mantener durante los próximos años condicionada por la situación sanitaria. Algo en lo que coinciden todos los responsables de los establecimientos consultados.
Sin protocolo de actuación oficial, eso sí, con mascarillas y distancia de seguridad, sin abrazos, sin besos, sin baile..., hoteles, restaurantes y fincas siguen el mismo protocolo que indica la Asociación de Hostelería de Cantabria y, además, el suyo propio para garantizar la seguridad de los invitados y de los propios trabajadores.
Dónde celebrar tu boda en Cantabria
Además de poner todos sus esfuerzos en la seguridad en los tiempos actuales, las empresas de restauración apuestan por mantener sus estándares de calidad en lo más alto y al mismo tiempo estar al día en todos los cambios y tendencias que van dejando atrás esos banquetes interminables para dar paso a cócteles más informales, distendidos y cada vez más largos.
Desde los valles pasiegos, David Arias, maître y responsable de restauración del Gran Hotel Balnerario de Puente Viesgo, explica: «Los novios demandan amplios jardines, espacios abiertos donde lucir una bonita decoración y pasar menos tiempo en el salón si el tiempo lo permite. Prácticamente todas las bodas que hacemos son de día completo y para que no se les haga muy largo, ahora que se suprime el baile, recreamos un ambiente de disco bar en el exterior, con mesas altas y bajas, música, orquesta, humorista... Para el cóctel ofrecemos las estaciones de comida asistidas, todos los aperitivos salen en bandejas tapados con campanas de metacrilato transparentes. La puesta en escena es totalmente diferente para cada boda, tenemos 44 mantelerías distintas y bajoplatos para personalizar el banquete lo máximo posible».
En el Hotel Bahía, un clásico del centro de la capital cántabra, se organizan bodas tanto de día como de tarde-noche. Sergio Peón, su director, confirma que aumenta la preferencia de alargar el tiempo de los aperitivos. «El cóctel de dos horas se está estandarizando porque los novios prefieren interactuar más en el aperitivo, lo que reduce el servicio en mesa a dos platos. Nosotros hemos dado, incluso, alguna boda en formato solo cóctel, con alguna actuación. Ahora mismo, cuando nos piden presupuesto para una boda, no podemos ofertar la barra libre pero la sustituimos por atención en mesa con música de ambiente».
A orillas del río Pas, en Puente Arce, Elvira Abascal, jefa de sala y responsable de eventos del Nuevo Molino de Puente Arce (una estrella Michelin), lleva años atenta a las tendencias y necesidades de los novios y sus invitados, «flexibilizando al máximo cada servicio». «En el Nuevo Molino damos muchísima importancia al cóctel, pero no ahora, lo hemos hecho siempre. Todo el evento es importante pero es precisamente durante los aperitivos cuando la familia y los amigos interactúan, aunque ahora mismo tenga que hacerse guardando distancias y con mascarilla. Además de nuestra propuesta gastronómica, de la calidad y la frescura del producto, si hay algo que nos distingue es nuestro servicio hecho a medida. Cada boda es única y cada cliente es único por ello asignamos a cada mesa un camarero, de principio a fin».
También desde Arce, Raquel Domínguez, responsable del gastrohotel Palacio de Arce, afirma sentirse optimista. «Sin saber lo que pasará en los próximos meses nos aferramos a que todo pueda volver a la 'normalidad'. Nosotros contábamos ya con un aforo reducido porque no tenemos mucha capacidad. En estos momentos veo muy complicado organizar bodas grandes, más bien con un número reducido de invitados. Hay que ser realistas, la noche además se acorta y los novios prefieren casarse por la mañana y aprovechar todo el día. Este año no hemos podido estrenarnos con ninguna boda, nos hicimos cargo de el hotel en enero y enseguida llegó la pandemia».
En Santillana del Mar, una de las villas medievales mejor conservadas de España, se encuentra el restaurante Palacio Mijares. «Las bodas son una de nuestras especialidades», afirma su propietaria, Chus del Campo. «Nos gusta ver a los nivios y sus invitados disfrutar, y por ellos tenemos que ser optimistas. En cuestión de aforos no tenemos ningún problema porque contamos con amplios salones y jardines. Teniendo en cuenta todas las reestricciones impuestas algunas parejas se agobian, nosotros queremos transmitirles tranquilidad. Todos estamos acostumbrados a tomar copas con amigos y música de fondo, igual que hacemos en un pub o una terraza. No hay discotecas pero hay otros espacios. Solo es cuestión de cambiar el chip. En lo referente a las bodas de día y de noche, nosotros apreciamos que varía mucho el estilo de celebración de una a otra, siendo las de día mucho más convencionales. Nosotros hacemos una sola boda al día, y de noche suelen gustar mucho por nuestro espacio, el jardín, la iluminación...
Junto a la desembocadura del Pas, en Mogro, se encuentra el Hotel Milagros Golf, que pese a las restricciones, han tenido algo más de suerte puesto que solo han aplazado el 45% de las bodas contratadas, según afirma su directora, Patricia Ortiz. «Nuestro hotel dispone de amplios espacios para garantizar la seguridad de los novios y sus invitados. Contamos con diferentes tipos de salones, carpa acristalada y al aire libre, jardín... Por el momento, la alternativa que podemos ofrecerles es tomar las copas con música de ambiente, bien en los salones, en las carpas o en el jardín».
En Santoña, frente al mar Cantábrico, a los pies de la playa de Berria, Margot Astuy, propietaria y gerente del Hotel Juan de la Cosa, reconoce la «gran responsabilidad que tenemos entre manos». «Estamos absolutamente pendientes de todos los protocolos, nos adaptamos y cumplimos con ellos a rajatabla. Todos deberíamos hacer lo mismo, unificando criterios a la hora de organizar las bodas. De cara a la próxima temporada, intentaremos volver a esa flexibilidad que teníamos. Los cócteles se han ido alargando en los últimos años porque cuesta mucho sentar a la gente joven, sobre todo. Si fuera por los novios se haría todo de pie. Estamos valorando lo que haremos pero probablemente no sea posible alargar tanto el cóctel y tener que hacerlo con la gente sentada.
A escasos 10 kilómetros, en la localidad de Isla, en el moderno Hotel Estrella del Norte, las bodas siguen el patrón clásico tal y como afirma Carlos Cabanzón, su propietario. «Prácticamente todas las bodas que damos son de mañana, con un cóctel no muy largo, comida y recena».
En Somo, frente al pinar de Arna, en el Hotel Torres de Somo, las pocas celebraciones que han tenido lugar han sido «muy íntimas y diferentes». Para Enrique Colsa, director del hotel, «es extraño ver a los novios y a los niños de que han celebrado su Primera Comunión con mascarilla. Pensar en el 2021 nos da fuerza pero iremos viendo si el próximo año podemos disfrutar de estos eventos sin reestricciones, y es con esta intención con la que las parejas han decidido posponer su enlace. Queremos especializarnos en bodas de día, para que los novios puedan disfrutar del maravilloso jardín y poder disfrutar de los aperitivos bajo las encinas, al aire libre».
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