Álvaro Pombo: «Rudyard y yo llevamos dos años de confinamiento»
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Nacho GOnzález UCelay
Santander
Sábado, 31 de octubre 2020, 10:09
El escritor Álvaro Pombo vive apacible a las afueras de la superstición en compañía de un gato negro parido debajo de un puente al que bautizó como Rudyard en homenaje al poeta británi- co Joseph Rudyard Kipling. También lo llama Barraquito en recuerdo de García ... Lorca. Y de cualquier otra manera en la puesta en práctica de las teorías cultivadas leyendo 'El libro de los gatos habilidosos del viejo Possum', la colección de poemas humorísticos de Thomas Estearns Elliot en la que más tarde se horneó la obra musical Cats.
-¿Cómo se llama hoy?
-El nombre es lo de menos, porque, a diferencia del perro, el gato no atiende por el nombre sino por la entonación. ¿Comprende?
-Sí, claro.
-Dependiendo de mi entonación, él sabe cuando me estoy dirigiendo a él.
-¿Lo encontró usted?
-No. Lo encontraron unas chicas en el Puente de Segovia. Colocaron un cartelillo que llegó a mí a través de un amigo y que todavía conservo por ahí, y decidí adoptarlo.
-¿Es gatuno?
-Soy un gran amante de los gatos, sí.
-Desde que Rudyard llegó, ¿su casa es la casa de su gato y usted sólo paga la hipoteca?
-Tenemos nuestros propios espacios. Yo respeto sus lugares, que son los sitios más altos, y él a su vez respeta los míos. En ese sentido nos entendemos bastante bien.
-¿En qué se parecen?
-Los dos somos muy caseros. Huéspedes estables.
-¿Huéspedes estables?
-Es que usted es muy joven.
-Gracias, hombre.
-Antiguamente, en las pensiones baratas, había huéspedes viajeros, que pernoctaban una noche y se marchaban, y huéspedes estables, que se quedaban de forma más continuada. Tenían hasta un aro para colocar su servilleta.
-Entiendo.
-Pues los dos somos de esos. Huéspedes estables.
-Oiga. ¿Es verdad que cuando se sienta a escribir sus notas deja de hacerlo si no le ve merodeando por ahí?
-No. Se acomoda y me observa, tan guapo y tan elegante... Para mí es un gato 'austria'. Un 'austria' como Felipe IV, de quien Manuel Machado dijo: 'Nadie más cortesano ni pulido que nuestro Rey Felipe, que Dios guarde,siempre de negro hasta los pies vestido'.
-¿Se les hizo muy duro el estado de alarma?
-¡Qué va! Rudyard y yo llevamos ya dos años confinados.
-¿Qué cree que piensa su gato de usted?
-Que soy un compañero confortable y fiable.
-¿Y fascinado con él? Porque su última novela está inspirada en el animal.
-'El destino de un gato común'.
(Santander, 1939) es escritor. Ganador del Premio Planeta de 2006 con la novela 'La Fortuna de Matilda Turpin', ocupa desde 2002 el sillón J en la Real Academia Española de la Lengua.
Animal: Gato. Raza: Desconocida. Edad: 2 años. Peso: 4 kilos. Características: «Callejero convertido a la domesticidad», «guapísimo» y «fiel a su manera»
-Pero él no es un gato común.
-No para mí.
-¿Y cuál es su destino?
-Yo espero que hacerme compañía hasta el final.
-En su ficción 'La Transformación de Johanna Sansíleri', un gato, Virgilius, pasa de lo visible a lo invisible.
-Así es.
-¿Son esos los estados naturales de Rudyard?
-Los gatos tienen esa cualidad. Son capaces de desaparecer dentro de un piso pequeño, y ya no le digo de un casoplón, aunque uno siempre intuya dónde pueden estar.
-¿Renunciaría a su Planeta por cinco minutos de conversación con él?
-Nosotros ya conversamos. Incluso cuando estamos callados lo hacemos, porque hasta el silencio forma parte de nuestra comunicación.
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