Múltiples factores intervienen en nuestra ingesta, que al final condiciona los resultados de nuestra dieta, y todos vosotros habréis observado que últimamente se habla mucho del desequilibrio entre ciertas hormonas que influyen en nuestro comportamiento ante la comida, como son por ejemplo: la serotonina, la dopamina, las hormonas adrenales o la leptina.
Intervienen en nuestra forma de comer y en nuestro estado de ánimo. De hecho, recordaos que habréis visto en los medios de comunicación, anuncios donde el triptófano triunfa, pues este aminoácido, no es, ni más ni menos, que un precursor de la serotonina u hormona de la felicidad. De hecho, en alguna ocasión os he recomendado el consumo preferente de los garbanzos, eso sí, sin estar acompañados por un exceso de grasas animales, pues contienen una cantidad adecuada de triptófano que nos ayudará a mantener un buen estado de ánimo.
Hoy me voy a detener en una de estas hormonas como es la leptina, pues esta proteína indica a nuestro cerebro cuando tenemos suficiente grasa corporal, provocando una disminución del apetito y acelerando el metabolismo, lo que favorece la combustión del exceso de grasa.
Existen dos problemas con la leptina que pueden causar un aumento de peso: la disminución de su cantidad cuando las células grasas no pueden producirla, y más habitualmente, la resistencia a la misma, situación en la que existe una elevada producción de leptina, pero no produce el efecto normal de avisarnos de que estamos llenos.
La sintomatología más clara de que tenemos un problema con la leptina es el sentir constantemente apetito. No existe ningún alimento específico que nos ayude a producir más leptina o evitar nuestra resistencia a ella, pero los alimentos ricos en almidón nos pueden ayudar, puesto que estimulan el metabolismo y reducen la sensación de hambre.
También nos puede ayudar otra hormona que controla el apetito como es la grelina que aumenta antes de las comidas y desciende después de esta, y una forma de reducir la grelina es dilatar el estómago con alimentos que incrementan el volumen.
En conjunto los productos mejores para estabilizar y activar la leptina son: legumbres, huevos y proteínas magras, plátano verde, avena, pescado azul y frutos secos y semillas.
¿Cómo estamos de leptina?
Seguro que en estos momentos os estáis preguntado como estáis de leptina. Para ello os remito este test, publicado por Lowri Turner. Puntuad así: 1, totalmente en desacuerdo; 2, en desacuerdo; 3, no estoy seguro; 4 estoy de acuerdo; y 5, totalmente de acuerdo.
1. Me siento hambriento todo el día.
2. Tengo la presión arterial de 130-80, o por encima (puntuar con cinco si es cierto o con uno si es falso).
3. Estoy diagnosticado diabetes tipo 2 (cinco si es cierto y con uno si es falso).
4. Engordo alrededor de la cintura.
5. Tengo sobrepeso de más de 13 kilos (cinco si es cierto y con uno si es falso).
6. Tengo nuevas estrías.
7. Trabajo en turnos, viajó mucho o tengo hijos pequeños que me interrumpen el sueño.
8. Tengo manchas y exceso de vello en la línea de la mandíbula.
9. Tengo deseos de alimentos como pasta, arroz y patatas.
10. Se que tengo que perder peso, pero aunque coma poco no adelgazo.
Si su resultado es más de 30 o más puntos a un máximo de 50, puede que os sea más fácil perder peso si equilibráis vuestros niveles de leptina o grelina, y las legumbres, huevos y proteínas magras, plátano verde, avena, pescado azul y frutos secos y semillas os están esperando.
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