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La tregua que había concedido la Consejería de Sanidad a la hostelería cántabra después de que el Gobierno central dejara en manos de las comunidades autónomas la gestión de las restricciones apenas ha durado dos semanas. El aumento de la incidencia acumulada registrado en ... los últimos días, aunque no está repercutiendo en la presión hospitalaria, ha provocado que el departamento que dirige Miguel Rodríguez se plantee limitar el ocio nocturno hasta las 03.00 horas (actualmente el límite lo marca la licencia de cada establecimiento), al tiempo que se pedirán registros obligatorios de clientes tanto a los locales de ocio nocturno (algo que ya se hacía) como a los restaurantes.
«Posiblemente, antes de que acabe la semana regularemos la hora de cierre del ocio nocturno a las tres de la mañana», avanzó el consejero de Sanidad, que también insistió en la necesidad de que los establecimientos lleven un registro de clientes, porque sin él «el rastreo se complica muchísimo» y «podemos llegar tarde a cadenas de transmisión». De hecho, Rodríguez avanzó, en una entrevista en la Cadena Ser, que su departamento contempla sancionar a la discoteca Coppola por no haberlo hecho y puso de manifiesto la dificultad del rastreo de los casos detectados los últimos días entre los jóvenes relacionados con fiestas y celebraciones en Cantabria (la única comunidad que permite actualmente el cierre a las 06.00 horas), así como el dispositivo de pruebas que se ha tenido que organizar y los «miles de euros» que ha costado.
Según detalló Rodríguez, en ese rastreo se han detectado más de un centenar de casos vinculados con el ocio nocturno y algún brote relacionado con la hostelería, motivo por el que ayer hizo un llamamiento a los jóvenes a seguir cumpliendo las medidas de seguridad y alertó de que, a pesar de que en general no requieren hospitalización por su edad, también «es posible que alguno acabe ingresado» o que el virus llegue a familiares mayores, porque «el que juega con fuego se acaba quemando».
El consejero de Sanidad señaló que la incidencia en población mayor de 65 años actualmente es baja (en un nivel 0, aunque «rayando» el 1 por algunos casos en residencias), pero la de los jóvenes está «disparada». En concreto, en el grupo de 10 a 19 años, que «básicamente» ocupa a personas de 16 a 19 años, la incidencia acumulada a 14 días es de 231 casos por 100.000 habitantes, una cifra «altísima». Por ello, es probable que Sanidad imponga desde este fin de semana el cierre a las 03.00 horas porque «está claro no se puede mantener en el tiempo esta situación» y que «no podemos mirar a otro lado y que la transmisión siga incrementándose».
Para ello, la Dirección General de Salud Pública está analizando los datos del virus y la justificación para aplicar esta medida, ya que tendrá que ser ratificada por la Justicia si los hosteleros vuelven a recurrir. «Tenemos que actuar con la convicción de los datos» y en base a criterios epidemiológicos y «luego la Justicia si no lo ve oportuno ya lo dirá», defendió el consejero.
El nuevo limite horario que pretende aplicar Sanidad a la hostelería es el cuarto en mes y medio desde que finalizara el estado de alarma el 9 de mayo. Todos los anteriores han sido anulados por los tribunales. Primero los jueces dejaron sin efecto la limitación de las 22.30 horas, permitiendo a los establecimientos abrir hasta la hora que marcara sus licencias. No contenta con esta resolución, Sanidad aplicó una orden ministerial de agosto de 2020, que limitaba la apertura hasta la una de la madrugada. Pero de nuevo los hosteleros recurrieron y los jueces no sólo les volvió a dar la razón, sino que le dio un tirón de orejas al Gobierno de Cantabria por intentar eludir su anterior mandato judicial.
Fue entonces cuando en el Consejo Interterritorial celebrado el 2 de junio acordó –con la oposición de la mitad de las comunidades autónomas– unas nuevas restricciones que consistían en limitar el horario de la hostelería a la una de la madrugada (no aceptándose clientes una hora antes) y a las dos en el caso de las discotecas, con posibilidad de prolongarlo hasta las tres. Dos días después de esa reunión, el 4 de junio, la Consejería de Sanidad publicaba en el BOC (Boletín Oficial de Cantabria) las nuevas medidas, que tres días después fueron recurridas por los hosteleros, incluyendo esta vez al ocio nocturno.
Pero ese mismo día, una resolución de la Audiencia Nacional que anulaba lo acordado por el Ministerio Sanidad y la mitad de las comunidades supuso un cambio de escenario. Entonces, la ministra Carolina Darias remitió un primer borrador a las autonomías en el que planteaba no poner limitación horaria a la hostelería pero mantener el cierre de discotecas a las 02.00 horas. Sin embargo, en el Consejo Interterritorial celebrado dos días después, Sanidad buscó el consenso total al no imponer ninguna obligación a las autonomías y dejarlo todo en meras «recomendaciones».
A partir de ahí, la Consejería de Sanidad dejó sin efecto tanto el horario de cierre de la hostelería y restauración (fijado a la 01.00 h) como del ocio nocturno (a las 02.00 h). Esto supuso que el sector podía abrir con el límite horario que marca su licencia, una situación única en España, puesto que el resto de comunidades tienen menos libertad.
El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ya había avanzado en la mañana de este martes en declaraciones a los medios que Sanidad tomaría medidas esta semana, porque en el Gobierno están «muy preocupados».
Y aunque comprende que «todo el mundo quiere salvar sus negocios», ha defendido que la actuación de Sanidad con las restricciones aplicadas a la hostelería porque «se veía venir que si no se toman medias aumentan los casos».
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Por su parte, el vicepresidente del Gobierno, Pablo Zuloaga, ha hecho un llamamiento a la responsabilidad de la población para que cumpla las recomendaciones y las normas de Sanidad.
Zuloaga ha señalado que la «realidad» es que la pandemia «no ha acabado» y el riesgo a ser infectado «sigue ahí», sobre todo en aquellas personas que no están vacunadas, que son las franjas de menor edad.
En este sentido, ha apuntado que Cantabria lleva la campaña de vacunación «muy avanzada», con el «récord» de más de 40.000 dosis administradas durante la semana pasada, y se sigue avanzando en el grupo de 40 a 49 años.
Asimismo, ha reconocido que «algunas» celebraciones en espacios cerrados han supuesto un aumento en el número de contagios, que es algo que «preocupa» porque «desvirtúa» la incidencia acumulada de la comunidad, que era «muy buena», pero que «va cambiando» o «tiende a cambiar».
Cuestionado sobre si el aumento de la incidencia avala la postura de Sanidad, que defendía mantener las restricciones en el sector de la hostelería, el vicepresidente ha apuntado «no es cuestión de avalar o no» porque las circunstancias se dan «en función de los cambios».
Así, ha subrayado que la comunidad tiene al menos al 61 por ciento de la población con una dosis inoculada lo que, a su juicio, es una «garantía» de que va a «salir adelante» y va a retomar la actividad, pero ha insistido en que las personas que no están vacunadas tienen un riesgo mayor de contagio y de desarrollar la enfermedad. De esta forma, Zuloaga ha abogado por seguir «al pie de la letra» las recomendaciones de Salud Pública y cumplir con las que son de ámbito nacional.
Además, ha calificado como «una gran noticia» que a partir de este sábado, día 26, se deje de usar la mascarilla en exteriores. «Es algo que socialmente creo que todos necesitábamos», ha valorado. No obstante, ha advertido que en los interiores las circunstancias «son otras», por lo que hay que ser «absolutamente respetuosos» con las normas.
En cuanto al certificado Covid, que ya se puede descargar en internet, el vicepresidente ha apuntado que es un proyecto en el que la Consejería de Sanidad lleva meses trabajando con el Ministerio. A su juicio, es una «gran noticia» disponer de este certificado de cara a recuperar la actividad turística y hotelera, tanto en Cantabria como España. Según ha recordado, fue «fuertemente defendido» por el Gobierno central frente a las instituciones europeas, que se tomaba con «dudas» en algunos otros gobiernos, y la «capacidad de negociación y diálogo» del Ejecutivo español ha permitido contar ahora con esta herramienta, que es «fundamental» para «salir adelante».
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