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En el caso que se sigue por la muerte de Carlos Cubillas (21 años) el 3 de febrero en la estación de tren de Boo de Piélagos, tras recibir una paliza por parte de dos chicos de su edad que están en prisión provisional, ... tanto el juez como las acusaciones y defensas estaban a la espera del resultado de la autopsia para conocer la causa del fallecimiento. Inicialmente, el juez consideraba que estábamos ante un homicidio, pero sin determinar de qué tipo (imprudente o doloso).
Lejos de confirmar esa consideración inicial, la necropsia no determina ante qué tipo de delito estamos ya que los forenses concluyen que la muerte de Cubillas fue «violenta», pero de «etiología homicida/accidental». Es decir, que cabe cualquiera de las dos opciones, lo que supone que ahora las partes tendrán que tener en cuenta el resto de pruebas -principalmente el testimonio de los testigos- para determinar su estrategia procesal y plantear tres posibles escenarios: el homicidio doloso (castigado con entre 10 y 15 años de cárcel), el homicidio imprudente (de uno a cuatro años) o un delito de lesiones (de tres meses a tres años).
A esos tres posibles delitos habría que añadir el de omisión del deber de socorro, sobre el que, en principio, no parece que haya dudas, puesto que los dos detenidos -Ángel R. C. y Rubén G. A.- abandonaron el lugar del hechos, dejando a la víctima tendida sobre las vías del tren.
Fuentes cercanas a la investigación señalaron ayer que el juez está valorando la posibilidad de que este procedimiento sea enjuiciado por un jurado popular. De ser así las partes serían convocadas para que diesen a conocer qué delitos imputan a los dos acusados (en el caso de las acusaciones) y si solicitan la práctica de nuevas diligencias.
A la espera de que el instructor tome una decisión al respecto, lo que ha podido saber El Diario Montañés es que los forenses han llegado a la conclusión de que Cubillas falleció por «asfixia». Según señalan en su informe, el joven de Polanco sufrió una «conmoción medular» como consecuencia de la caída en la vía. La principal hipótesis es que impactó con los tornillos de la vía (denominados tornillos ferroviarios o pernos de vía), lo que provocó una especie de flexo-extensión, de conmoción, sin llegar a ser una contusión, pero suficiente como para provocar una «respiración desorganizada». Se desconoce si le afectó al diafragma, pero al final el chico no pudo respirar bien y murió por asfixia.
«Le vimos respirar muy fuerte y muy despacio, unas tres o cuatro veces, hasta que dejó de respirar»
«No sé si fue empujado, golpeado o fue accidental, pero cayó de cabeza y se dobló el cuerpo, fue raro»
La autopsia deja abierta la posibilidad de que hubiese un homicidio doloso, o imprudente o lesiones
Esta conclusión coincide con el relato que ofreció en su momento unas de las dos chicas que presenciaron la agresión. «Mi amiga le tocaba con el bolso y le decía: respira, respira. Le vimos respirar muy fuerte y muy despacio, unas tres o cuatro veces hasta que dejó de respirar de inmediato».
Esta testigo declaró que nada más bajarse del tren en el que viajaban los agresores y la víctima, los dos detenidos empezaron a «golpearle, dándole varios puñetazos». «El chico agredido lo que hacía era taparse la cabeza. Le dieron puñetazos en las costillas. Pero no recuerdo si cayó en el andén inconsciente o porque los otros chicos lo tiraron».
En ese momento, esta chica vio como los agresores comienzan a «dar patadas» a Cubillas en la «espalda», pero no vio que alguna de ellas impactara en la cabeza. Por la «impresión» de los golpes, esta joven dejó de mirar durante unos segundos. Cuando levantó la mirada de nuevo, «vi una última patada muy fuerte que es la que provocó que cayera a las vías». Eso sí, no pudo precisar quién de los dos implicados, Ángel o Rubén, dio esa última patada, que puede ser clave en este caso. «La agresión duró entre tres o cinco minutos, pero a mí se me hizo eterna», reconoció.
Ahora los forenses descartan que Cubillas muriera como consecuencia de los golpes que recibió y apuntan que «no tuvo posibilidad de defensa», respecto al momento en el que cayó sobre las vías del tren. Según recogen en su informe, el joven llevaba ese día una sudadera con gorro y cuando fue hallado sobre las vías tenía los dos brazos bloqueados por esa prenda. La explicación a esa circunstancia es que los dos agresores debieron de tirar del gorro hacia arriba hasta sacarle parte de la prenda, lo que le impidió que pudiera usar los brazos para evitar la caída.
A la vista de los resultados de la autopsia, ahora lo que queda por determinar para que las partes planteen su estrategia procesal es qué provocó la caída de Cubillas a las vías. Mientras que una de las dos amigas que se encontraban en el escenario de los hechos sostiene que la víctima fue golpeada y arrojada a las vías por los dos detenidos; el amigo de uno de los arrestados, que presenció lo ocurrido desde el tren del que bajaron los tres implicados, y que habla de una «pelea», no puede precisar si Cubillas fue empujado, golpeado o cayó accidentalmente. «Cayó de cabeza y se dobló el cuerpo, tuvo una caída rara», declaró.
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