Miles de voces contra la violencia machista

«Las mujeres tenemos que hacer piña y estar unidas para alcanzar y consolidar nuestros derechos», contaba este lunes Avelina Saldaña mientras avanzaba por la calle Jesús de Monasterio. «Es importante salir y hacer ruido», añadía. Ella lo hace desde 1987 porque ya entonces participaba en una asociación de mujeres. «Dábamos charlas y educación en clave de igualdad». Y siempre celebraron el 8 de marzo. El calendario este lunes marcaba otro número de un mes diferente, el 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Y Avelina fue una de las miles de personas que se echaron a la calle en Santander para luchar y mostrar su rechazo contra la violencia machista. «Hoy y 365 días a la año», decía.

La manifestación estaba convocada por la Comisión del 8 de Marzo –plataforma feminista integrada por organizaciones sociales, políticas y sindicales de Cantabria– y su portavoz, Ana Bolado, destacó la importancia del «movimiento feminista» que ha conseguido «aumentar la sensibilidad en la sociedad» tanto de hombres como de mujeres, aunque todavía queda camino por andar. También señaló que esta lacra «solo se erradica con feminismo, con igualdad». A las 19.30 horas partía la movilización desde la plaza Numancia. A esa hora el ruido ya podía escucharse desde la plaza de Cuatro Caminos. Concretamente el de los tambores. Eran las 'Percumozas', un grupo feminista de percusión, que tocaba y animaba el ambiente con las que fueron las primeras notas de una manifestación que desde el principio parecía multitudinaria. Delante de ellas los árboles escondían la hilera de gente que antes de empezar a andar ya recorría parte de la calle Burgos. «No pensaba que iba a venir tanta gente», comentaban unas amigas.

Niñas, jóvenes, personas mayores, hombres e incluso animales de compañía. Caceroladas, tambores, canciones y lemas con mensajes contundentes. Se trataba de hacer ruido, de que se escucharan las voces de las mujeres asesinadas. Y ese ruido fue el que conquistó las calles del centro de la capital cántabra y que pudo escucharse durante la tarde. «Luego diréis que somos cinco o seis», cantaban. Y tenían razón porque la movilización reunió a miles de personas, asistencia que la policía local cifró en 2.400 personas. Una manifestación para decir basta. Y lanzar un mensaje de repulsa contra la violencia de género, el machismo y los asesinatos de mujeres. «Salimos a la calle porque es importante estar unidas contra la violencia», decía María Eugenia.

Los cánticos y mensajes de asociaciones se sucedían. El de la Asamblea Feminista de Cantabria era claro. 'Por un mundo radicalmente feminista. Abajo el patriarcado', decía su lema. Justo delante de ese texto una chica utilizaba un micrófono para animar a la gente y lanzar al aire los lemas para que la multitud pudiera seguirle. 'Ni una menos, vivas nos queremos' o 'Abajo el patriarcado', entre otros. Contundencia. Un poco más atrás, Amnistía Internacional portaba un cartel amarillo con la frase 'No más violencia contra las mujeres'.

Camisetas negras y moradas, los dos colores protagonistas de la tarde, que tiñeron las calles de Santander. Camisetas, pañuelos al cuello o lazos. En la cabeza de la manifestación varias mujeres sujetaban una pancarta con la frase: '¡Basta ya! No toleres la violencia contra las mujeres'. Junto al cartel, un grupo de jóvenes aplaudía todos los cánticos y repetía los lemas al son del micrófono y el tambor. Cada uno hacía ruido como podía. «Tengo la cámara, yo no puedo aplaudir», decía una de las participantes. A su lado estaba Ana Diego, 21 años, que milita en la Asociación de Mujeres Jóvenes de Cantabria. ¿Por qué se sumó a la manifestación? «Hoy concretamente por las escalofriantes cifras y la necesidad de dar una educación feminista», comenta. Participa desde hace cinco años, incluso antes iba con su madre y cuenta que desde hace dos años «es increíble la gente que viene».

La movilización llegó a la plaza del Ayuntamiento, donde tenía previsto finalizar, pasadas las 20.40 horas. Allí la Comisión del 8 de Marzo y la Asamblea Feminista leyeron un comunicado redactado por un grupo de mujeres. 'Sí iguales, sí libres, sí vivas'. Ese fue uno de los mensajes que lanzaron a la multitud. «Hoy es un día de dolor, de protesta y reivindicación», comenzaron. «Queremos visibilizar nuestra repulsa contra la violencia machista».

Fue inevitable que la política también se colara en la lectura del comunicado. En este sentido la Comisión atacó a la «ultraderecha» a quien acusó de negar la violencia de género «minimizándola y ocultándola» al querer incluirla en el concepto de «violencia intrafamiliar».

Algo que también caló entre las personas que escuchaban el discurso que no hacían más que dar la razón a lo que escuchaban. «Con estos ataques políticos que hay ahora contra el feminismo, es el momento de salir a la calle. Más que nunca», comenta Montse que dice que se llevaba las manos a la cabeza. Y es que no es momento de «ocultar la realidad» cuando «precisamente este año hemos superado el número de víctimas».

Al micrófono se puso una segunda lectora que nada más empezar lanzó una pregunta. «¿Cuándo tendremos igualdad?». Y con su mensaje fue contundente: «La lacra que la sociedad tiene en el sistema, se llama violencia machista». Un discurso emotivo, lleno mensajes, de cifras que terminó con un grito a todas las mujeres. «No estáis solas, juntas podemos caminar por la vida sin miedo». «Juntas podemos cambiar el mundo».

Los aplausos, que ya formaban parte del bullicio de la plaza, recogieron el mensaje y pusieron el punto final al comunicado. Pero no a la movilización que tenía prevista otro acto. Y es que a la lectura le siguió una 'performance' del grupo de mujeres de Consuelo Berges.

Una actuación con la que este colectivo quiso escenificar la violencia de género y que Ana Bolado, portavoz de la Comisión 8 de Marzo, organización convocante de la manifestación, calificó de «emocionante». Y a la jornada, en su totalidad, de «éxito gracias a la gran participación de la gente que no paró de gritar consignas constantemente», añadió satisfecha.