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A gritos de '¡Pedro, Pedro, Pedro!' en la calle, a las puertas de la sede socialista de la calle Vargas, la euforia se desató entre ... decenas de 'casaristas' pocos minutos después de las 21.30 horas, cuando Pablo Zuloaga, sin perder la sonrisa, salió a anunciar que había perdido las elecciones. El PSOE cántabro ha decidido poner fin a la etapa del que ha sido secretario general los últimos ocho años y apostar por el cambio de ciclo que defiende Pedro Casares. Tras una jornada electoral de infarto, con un equilibrio de fuerzas que denota una profunda división en el partido socialista, el diputado nacional se impuso por 129 votos al que, hasta ahora, era el secretario general. Casares, con el grueso de los militantes de Santander, Camargo, Colindres, El Astillero y Castro Urdiales empujándolo, logró el 52,35% de los 2.390 votos emitidos, frente al 46,9% de Zuloaga, al que no le bastó con ganar en sus plazas fuertes: Torrelavega, Reinosa, Laredo y Bezana. Un resultado que anticipa una etapa de profundo cambio en el partido, pero también una escisión que el nuevo secretario general deberá esforzarse por suturar cuanto antes para no repetir errores del pasado.
«Tendemos la mano a todos. Hemos llegado para acabar con tantos años de división. Nuestra obsesión es unir, unir y unir a todos en un proyecto ganador», declaró Casares escoltado por su equipo más cercano en su discurso como ganador.
No en vano, han sido las primarias más cruentas que se recuerdan en el partido, con dos candidatos –examigos y exsocios políticos– enfrentados a cara de perro con un nivel de beligerancia que quedó retratado en el debate celebrado entre ambos, donde los ataques personales, las críticas y los reproches volaron de un lado a otro. Y la euforia de este domingo entre los 'casaristas' estuvo a ese mismo nivel de decibelios. No hay que olvidar que hay muchos militantes y exdirigentes entre ellos que llevaban ocho años esperando el final de Zuloaga tras la purga que sufrieron en 2017.
«La militancia ha demostrado que con ilusión, ganas y trabajo se pueden cambiar y mejorar las cosas», gritó Casares, quien se puso la mano a la altura del corazón para agradecer la llamada de Pedro Sánchez hacía solo unos minutos. «Nos ha deseado el mejor de los éxitos. Es un orgullo poder trabajar con mi amigo, mi compañero, mi secretario general», subrayó. En sus redes sociales, Sánchez también publicó un mensaje de apoyo al nuevo líder del PSOE cántabro: «Enhorabuena a Pedro Casares por su victoria. Ahora juntos y juntas, seguimos trabajando por una Cantabria con más derechos y oportunidades. Gracias a Pablo zuloaga por su compromiso y dedicación».
Enhorabuena a @pedro_casares por su victoria en las primarias del @PSOECantabria. Ahora, juntos y juntas, seguimos trabajando por una Cantabria con más derechos y oportunidades.
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) February 16, 2025
Gracias a @Pablo_Zuloaga por su compromiso y dedicación.
¡Seguimos!🌹
La mañana electoral ya había arrojado buenas sensaciones para Casares desde el primer momento. Los centros de votación más pequeños, los que cerraron sus urnas entre las dos y cuatro de la tarde, le dieron una ventaja significativa a la candidatura alternativa. Casares ganó en Bareyo, Valderredible, Molledo, Cayón, Polanco, Alfoz, Corvera, Medio Cudeyo y Arenas de Iguña, mientras que Zuloaga lo hizo solo en Marina de Cudeyo, Miengo y Liérganes. En ese momento, Casares sumaba 126 papeletas por las 84 de Zuloaga. Una diferencia de 42 votos que adelantaban una tendencia, pero todavía era muy pronto para sacar conclusiones reales. Quedaban por cerrarse las urnas de las grandes plazas donde se concentra casi el 90% de los militantes socialistas.
A las ocho de la tarde empezaron a llegar a cuentagotas los resultados del resto de agrupaciones, con un ajustadísimo resultado que le daba la victoria a Casares por solo 4 votos a falta de Torrelavega y Santander, lo que ya hacía anticipar que el viento soplaba a favor del cambio en el PSOE.
Mientras tanto, en el interior de la sede de la calle Vargas, Pablo Zuloaga se reunía en su despacho con su esposa y con los diputados Jorge Gutiérrez y Noelia Cobo. El ambiente ya era de preocupación entre su equipo a medida que iban llegando los primeros resultados, mientras los 'casaristas', reunidos en la sede de la Agrupación de Santander se llevaron una alegría al comprobar los resultados de Torrelavega, un fuerte de Zuloaga en el que la derrota fue más suave de lo que podía preveer: Pablo 159; Pedro 92. Con esa diferencia, la euforia se desató entre los 'casaristas', sabedores de la victoria asegurada en Santander, como luego se demostró: Pedro 329; Pablo 136.
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Con los resultados ya confirmados, Pablo Zuloaga compareció ante los medios de comunicación acompañado de su esposa y de la diputada Noelia Cobo. Y lo hizo con un mensaje conciliador: «Hoy soy un militante más con el objetivo de desbancar a la derecha. Hoy el PSOE sale fortalecido».
La victoria 'casarista' fue el colofón de una rebelión que llevaba siete años cociéndose a fuego lento, aunque Casares llevaba mucho más tiempo como señalado a ocupar lo más alto de la dirección socialista, amadrinado por Dolores Gorostiaga casi desde que se hizo su carné de militante con 18 años.
Pese a que muchos dirigentes socialistas llevan años empujando a Casares a enfrentarse con Pablo Zuloaga, el diputado nacional siempre ha sido excesivamente cauteloso con los tiempos. Siempre con un pie en Madrid y con otro en Santander.
El desgaste interno en el PSOE ha sido continuo en los últimos siete años, desde que en 2017 Zuloaga ganó el Congreso de la mano, precisamente, de Casares, y laminó a toda la cúpula histórica del partido. Las voces contrarias a la gestión de la actual Ejecutiva se dejaban oír, sobre todo, en los municipios, con un goteo constante de bajas de concejales y cabezas de lista municipales, unido a un sentimiento de desapego con la dirección del partido. Ese cóctel explotó el pasado octubre cuando, por fin, Casares dio el paso adelante tan reclamado y patrocinó la candidatura de Susana Herrán al Congreso Federal. Era el aperitivo de lo que ocurrió este domingo, su llegada a la Secretaría General.
El problema que tiene ahora Pedro Casares es coser esas heridas que llevan años sangrando. Algunas partes ya han cicatrizado, pero otras se han abierto. De momento, la próxima cita clave será el Congreso Regional del próximo 15 y 16 de marzo, al que Ferraz ya ha confirmado que asistirá Pedro Sánchez.
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Ana del Castillo
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