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Consuelo de la peña
Santander
Viernes, 21 de junio 2019, 07:11
La muerte de Rafael de la Sierra, pilar esencial del PRC, tiñó de luto el pleno de constitución del Parlamento de Cantabria, acto institucional con el que arrancó esta X legislatura, la del primer triunfo del PRC, que no podrá celebrar ni disfrutar ... el histórico regionalista.
El dolor por su pérdida planeó por el salón de plenos del antiguo Hospital de San Rafael, y lo que tenía que ser un día de gozo se convirtió en una jornada de tristeza contenida. Sólo la voz inocente de Pablito, el hijo de corta edad del dirigente socialista Pablo Zuloaga, que se estrena como diputado regional, cortaba la pena que se respiraba en el ambiente. «Papi, papi», gritaba desde la tribuna de invitados el niño cuando el secretario general del PSOE y futuro vicepresidente del nuevo Gobierno bipartito prometía su cargo ante la Constitución Española y el Estatuto de Autonomía.
De la Sierra era uno de los 35 diputados electos que salieron de las urnas el pasado 26 de mayo y debía ocupar su escaño en la bancada del PRC en esta legislatura. Por decisión expresa del presidente en funciones, Miguel Ángel Revilla, tenía reservado un asiento justo detrás del líder regionalista hasta que se repusiera de la grave enfermedad que lo fue minando poco a poco.
Pero ayer esa silla estaba desierta, y ese vacío fue la elocuencia de una ausencia irreparable. El escaño será ocupado por el siguiente de la candidatura, el alcalde de Reocín, Pablo Diestro, pero de alguna manera siempre pertenecerá a quien fue hombre clave de la historia reciente de Cantabria y presidente de esta Cámara regional. El pleno de constitución del Parlamento arrancó con un minuto de silencio en recuerdo al cofundador del PRC, un silencio roto después por el juramento o promesa elegido por los 34 diputados restantes para tomar posesión de su cargo, y por el breve discurso del nuevo presidente del Legislativo cántabro, el socialista Joaquín Gómez, que cerró el acto.
Se diría que fue una hora de puro trámite. Con la familia regionalista todavía en estado de shock, deseando pasar el trámite para desplazarse al tanatorio y acompañar a la viuda y dos hijas del fallecido, solo en el patio central de la sede parlamentaria se vivió algún tipo de alborozo, sobre todo entre los familiares y amigos de los 22 nuevos diputados que se incorporan a la Cámara, que siguieron el acto de constitución a través de una pantalla gigante.
Dentro, en el corazón del parlamentarismo, un Miguel Ángel Revilla circunspecto, cabizbajo y silente, se refugiaba en el librito del Reglamento de la Cámara que reposaba en los escaños junto a un pequeño cuaderno de notas. En su sitio, se le veía, como ausente, pasar páginas del documento, ajeno al que, en otras circunstancias, hubiera sido uno de los días más plenos de su vida política, con la constitución de un Parlamento en el que el PRC es mayoría. Tal era su ánimo, que Revilla pidió ser sustituido como presidente en la Mesa de Edad que dirige las votaciones hasta la constitución del órgano responsable de la organización del trabajo de la Cámara. Por querer, los regionalistas hubieran deseado aplazar el acto institucional, lo que no fue posible porque, de acuerdo con la normativa autonómica, ayer era el último día para la constitución del Parlamento.
La jornada dejó a su paso alguna anécdota, como la protagonizada por el diputado regionalista y alcalde de Reinosa, Miguel Ángel Barrio, que sustituyó a Revilla en la Mesa de Edad, que fue capaz de jurar y prometer el cargo al mismo tiempo; o la fórmula elegida por los dos diputados de Vox, Cristóbal Palacio y Armando Blanco, que juraron defender los intereses de Cantabria y también los de España, una coletilla de su cosecha españolista.
Siguiendo el guión, los siete parlamentarios socialistas prometieron el cargo, que es una fórmula equivalente al juramento pero desprovista de la connotación religiosa, mientras que los populares utilizaron el juramento, a excepción de Íñigo Fernández. Siete de los regionalistas, entre ellos Revilla, se decantaron por jurar «acatar la Constitución y el Estatuto de Autonomía para Cantabria, y ejercer el cargo de diputado en defensa de los intereses de Cantabria», en tanto que los de Ciudadanos optaron por la promesa, a excepción de Marta García, la ganadera que se incorpora a la política activa en las filas de la formación naranja, aunque vestida de amarillo para la ocasión.
Pero si algo resultó especialmente elocuente fueron las ausencias de la vicepresidenta en funciones, la socialista Eva Díaz Tezanos, la única consejera del Gobierno en funciones que no acudió al acto, y de la hasta ayer presidenta del Legislativo, su compañera Dolores Gorostiaga. La primera asistió por la mañana al Consejo de Gobierno, y la segunda aprobó en el Parlamento la sustitución de Revilla y autorizó la capilla ardiente de De la Sierra que se instalará hoy en el patio central.
Entre el público invitado se encontraban los diputados nacionales José María Mazón, María Jesús Calva, Luis Santos Clemente y Rubén Gómez; los senadores Rocío Rábago, Isabel Fernández y Gustavo García, además del delegado del Gobierno, Eduardo Echevarría, y los regionalistas Bernardo Colsa y la concejal de Santander Marina Lombó.
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