La cifra de contagios semanales baja por primera vez en la tercera ola en Cantabria
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La mejora de los indicadores de la pandemia parece confirmar que ya se empieza a superar el punto críticoLa mejora de los indicadores de la enfermedad, especialmente el que se refiere a los contagios diarios, parece confirmar que ya se empieza a superar el pico de la tercera ola de covid-19: por primera vez desde que esta dio comienzo, el ... número de positivos semanales ha descendido respecto a los siete días previos. No obstante, aún será necesario esperar antes de que esta mejora estadística se traduzca en cierto alivio en los hospitales de la región. De hecho, de acuerdo con los augurios del consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, se espera que este miércoles se alcance el máximo de hospitalizaciones, que cifró en 228 enfermos. Aunque lo cierto es que el último balance (relativo a la jornada del lunes) muestra un claro descenso en el número de pacientes ingresados: son 200, trece menos que la jornada anterior, y que Valdecilla registró ayer una cifra de altas superior a la de días previos, factores que podrían evitar que se cumplan los presagios del consejero.
Los contagios semanales venían incrementándose desde que se desató la nueva arremetida del virus, tras la Navidad; desde entonces, cada semana superaba el total de la anterior, aunque últimamente se estaba constatando una ralentización de este crecimiento. Finalmente, la semana pasada se registró un descenso de positivos, del 12%, respecto a la previa.
Para comprobar esta evolución solo hace falta observar cómo se ha comportado la pandemia durante el mes de enero: si la semana del 4 al 10 se contabilizaron 909 contagios, la siguiente, del 11 al 17, fueron ya 1.107, casi un 22% más. En la semana del 18 al 24, los contagios siguieron aumentando, pero en una proporción sensiblemente menor: fueron 1.184, un 7% más que los siete días anteriores. Por el contrario, durante la última semana de enero, la suma de contagios detectados descendió a 1.039, un 12% menos.
Lógicamente, este descenso en el número de positivos diagnosticados tiene su efecto sobre los principales indicadores de propagación de la pandemia. Así, la incidencia acumulada a catorce días se sitúa en 386 casos por 100.000 habitantes, y la de siete, en 173, cuando una semana antes las tasas eran de 398 y 209, respectivamente. La positividad, o porcentaje de casos diagnosticados en los test realizados, también ha descendido claramente, pasando en este mismo periodo del 9,6% al 7,8%. Aunque a menudo no se dé tanto realce a este valor como a la incidencia, la positividad refleja muy claramente la intensidad con que el virus está circulando.
Esta mejoría en los datos aún tardará un poco en reflejarse en los centros hospitalarios de la región, que están soportando una gran presión desde hace semanas y que todavía deberán aguantar un poco más hasta que se supere el punto crítico.
Fue el director general de Salud Pública, Reinhard Wallmann, quien, para subrayar la importancia de reducir los contagios, condensó en una frase sus consecuencias: de cada cien positivos, diez necesitan hospitalización, dos terminarán en la UCI y uno morirá. Sobre esa base, Sanidad puede avanzar de qué forma afectarán a los hospitales los positivos aflorados, siempre teniendo en cuenta que entre el diagnóstico y el empeoramiento del paciente hay un tiempo de latencia y observando al tiempo a qué ritmo están recibiendo el alta los pacientes ingresados.
Cuando el consejero explicó que está previsto que este miércoles se alcance ese máximo, que incluso cifró en 228 enfermos hospitalizados, 48 de ellos críticos, ya advirtió de que es solo un cálculo. Puede que no se llegue a esa cifra a la vista de los 200 del último balance -34 en UCI-, o que ese punto de inflexión se demore algún día más, pero lo importante es el convencimiento de las autoridades sanitarias, basado en el análisis de las tendencias, de que la situación comenzará a mejorar próximamente.
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Esto quiere decir que los hospitales de la región no corren ya riesgo de verse desbordados: a pesar de que la pandemia ha llegado a condicionar parte de su actividad habitual, los porcentajes de ocupación distan de ser críticos incluso previendo un momento de máxima demanda. Los enfermos de coronavirus suponen ahora el 13,6% de su capacidad, con un porcentaje que crece hasta el 29,1 para los que precisan cuidados intensivos. La ampliación de plazas de UCI, además de hacer descender la presión, asegura que se disponga de camas para los pacientes que no son de covid.
Valdecilla sigue siendo el centro de referencia, con 149 enfermos ingresados. El Hospital Sierrallana, de Torrelavega, atiende a 28, y el de Laredo, a 23. El Tres Mares, en Reinosa, se encuentra libre de pacientes de coronavirus.
Lo ideal, a partir de este momento, sería que la contención de los contagios, fruto de las restricciones, se combinase con una rápida y efectiva campaña de vacunación que no permitiese la aparición de otra ola del virus, sino que limitase su daño a oscilaciones en la gráfica.
Esta semana ha arrancado con 140 contagios nuevos -desde el pasado miércoles no ha vuelto a rebasarse la línea de los 200 positivos- y la menor ocupación hospitalaria de los últimos díez días, notas esperanzadoras que no impiden que la enfermedad continúe cobrándose vidas continuamente, la más reciente, la de una mujer de 82 años.
La pandemia en Cantabria
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