«Por el día ola de calor, pero el plumífero aquí no lo guardamos»

Cuando en el Ayuntamiento del Valle de Valderredible prepararon esta ruta (y el resto de las que organizan durante todo el verano), allá por mayo, pensaron en ella como un 'baño de bosque'. Daban por hecho que iba a hacer calor, pero tanto...

«Aquí, por la ubicación, el clima es ya de Castilla total y por el día sí que pasamos la ola de calor como en otras partes del país», explica López que, no obstante, acostumbrada, reconoce que en el camino pasaron «calor, pero no fue exagerado». Más que nada porque eligieron bien las horas. Al principio, fresco. Lo más duro fue, precisamente, el tramo final. Eran trece kilómetros en total (Riopanero, Ruanales, Cejancas y Riopanero) y lo último eran «ochocientos metros de subida» y «ya pasada la una», la hora en la que empezaba a pegar. Si a eso se le suma que era una zona «de páramo», sin el frescor de las arboledas del resto de la marcha, pues más duro. «Fue el único momento malo y acabamos justo a tiempo para evitar lo peor» –un coche de asistencia les llevó agua y refrescos a mitad de recorrido y también al finalizar (allí les sirvieron para reponer fuerzas el 'hornazo', panes rellenos)–.

Pero ojo con confiarse en Valderredible. «A alguno que viene de fuera le pilla en fuera de juego». Ayer, a las siete y media de la mañana, poco más de diez grados. Una de las más bajas de España. «Nosotros, por mucho calor que pasemos de día, no guardamos el plumífero en julio y agosto. Por la noche refresca y mucho. Y en realidad es un gusto porque se duerme de maravilla. En la fiesta del Día de Valderredible, que fue el primer fin de semana de agosto, por la noche hizo frío», explica López.

De 10,8 a 39,1 grados en Cubillo de Ebro. En sólo ocho horas de diferencia.