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Reinhard Wallmann advierte: los modelos predictivos no van más allá de unas semanas, así que un pronóstico a más largo plazo no puede tener el mismo rigor, aunque esté igualmente basado en datos ciertos. Hecha la aclaración, el director general de Salud Pública se ... refiere a los estudios de vacunación de la sanidad pública inglesa, que destacan la reducción en el riesgo de transmisión de la enfermedad en personas que han recibido el primer pinchazo. «Un vacunado con una dosis que se infecta, contagia a la mitad de personas que uno que no esté vacunado. Es decir, que si tuviésemos a toda la población con una dosis, la pandemia se acaba. Nuestro ritmo de reproducción sería la mitad: ahora es de 1,3; lo reduces a la mitad y es 0,6».
Wallmann pone en relación ese dato con el porcentaje de población vacunada en Cantabria –el 35% del total; el 40% de los mayores de 16 años–, y recuerda que corresponde a las personas más mayores. «Puede haber otra onda de covid, pero si la hay va a ser de una progresión muchísimo más suave, nos permitirá una respuesta más coordinada y no va a afectar al colectivo más vulnerable, al que más se hospitaliza y que corre más riesgo de fallecer».
Ese cambio de escenario justifica el nuevo modelo de gestión del semáforo covid, «más permisivo». «La pregunta es si este endulzamiento de medidas va a producir otra onda: lo veremos en breve, pero creo que si se produce va a ser suave, y luego entraremos en un verano bueno, parecido al del año pasado o incluso mejor. Un verano que no va a desembocar en otra onda», subraya.
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«La evolución de la pandemia va a depender de que surjan variantes que se escapen a la vacunación», opina Juan Carlos Rodríguez Borregán, jefe de Medicina Intensiva del Hospital Valdecilla. «Tampoco se sabe cuánto va a durar la inmunidad. Todo eso va a influir en el pronóstico de los próximos meses».
«A corto plazo vamos a notar el efecto de la relajación de medidas, quizás la semana que viene o la siguiente: los mecanismos de contagio son conocidos y cualquier modificación en las medidas de protección va a alterar su incidencia. Si empezamos a no usar mascarilla y a juntarnos con personas de otras burbujas de convivencia se notará más, pero si nos comportamos de una forma más cívica probablemente tenga menos impacto», explica el jefe de la UCI del hospital. «Todo el mundo está muy cansado, las medidas son incómodas y poco sociales, y eso contribuye a que nos relajemos, y es un peligro grande».
En cualquier caso, Rodríguez Borregán es optimista. «La vacunación va a progresar mucho en dos o tres meses, y esa es la herramienta más importante de todas contra la enfermedad».
De eso sabe más que nadie Celia Gómez, gerente del Servicio Cántabro de Salud (SCS). Adelanta que, si no hay otros sobresaltos, en agosto estará vacunado el 70% de la población; a mediados de junio habrán recibido su primera dosis todos los cántabros entre 50 y 59 años, y antes de que acabe el mes se empezará con los de 40 a 49. «La población vacunada se contagia menos e ingresa menos. Ahora mismo la mediana de pacientes hospitalizados está entre 50 y 60 años, es la edad más frecuente. En cinco meses escasos de vacunación, el número de ingresos, de enfermos en UCI y de fallecimientos ha descendido radicalmente, y la presión en los centros sanitarios disminuye. Vamos a poder recuperar otra vez la actividad ordinaria, no covid, y conseguiremos que baje la presión en la UCI, que se ha mantenido, y eso es algo que ya se está notando. Seguiremos la misma secuencia de otras olas anteriores».
«Con las vacunas llegando en estas cantidades, parece que vamos a conseguir un nivel de protección importante para el comienzo del otoño o del curso escolar. Creo que aún con todo, las medidas en espacios cerrados, interiores y, sobre todo, mal ventilados, deberán mantenerse por un tiempo mayor», matiza el director científico del Instituto de Investigación Sanitaria Valdecilla (Idival). «Aún tenemos pendiente conocer con exactitud el nivel de protección y la duración de las distintas vacunas que estamos empleando en la vida real y por grupos de edad y patologías. Están saliendo publicadas nuevas evidencias científicas casi a diario y hay diversos estudios en marcha a nivel mundial. Con todas ellas, lo que tocará a partir de 2022 será establecer qué tipo de vacunas (de las existentes o de las que vienen) y a partir de cuándo, a quién y cada cuánto hay que administrar para definitivamente tener bajo control el virus. Mi opinión es que el efecto protector de la vacuna va a ir más allá del año de duración. La gran duda: ¿cómo afectará la apertura de los viajes internacionales si el nivel de vacunación no se iguala en todo el planeta?».
López Hoyos lanza un aviso: «Hay que ayudar a las vacunas y las medidas de protección no deben relajarse mientras su implantación no supere al menos al 70% de toda la población, no sólo la adulta. No se pueden dar imágenes como las del fin de semana del 9 de mayo. El virus puede aprovechar cualquier brecha para expandirse entre aquella población no protegida aún».
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