Los hospitales inician «el difícil retorno» de la actividad suspendida por Covid-19

Siete fallecidos más. Y ya van 165. El coronavirus persiste. Y mata cada día, sin tregua, desde hace cuatro semanas. Ese triste recordatorio es hoy tan necesario como cuando estalló la epidemia, aunque en las conversaciones imperen las ganas de salir del confinamiento y se perciba menos tensión en la calle. El sentido común es el mejor aliado para no volver a la casilla de salida. Aunque la incidencia del Covid-19 sigue bajando, cada balance diario que ofrece Sanidad añade casos nuevos. El total de confirmados se eleva a 2.123, y eso que solo se cuentan los diagnosticados (no los que han podido pasar la enfermedad sin saber si la causa era el SARS-CoV-2 o quienes ni siquiera han llegado a tener síntomas).

Con la infección activa hay 1.312 personas, de las cuales permanecen hospitalizadas 200 (18 en la UCI) y otras 1.112 guardan cuarentena en sus casas. El progresivo descenso de ingresos, a la par que han aumentado los altas (suman 646 los curados), ha permitido a los hospitales empezar a planificar su reorganización para recuperar parte de la actividad en suspenso por la crisis.

Así, Valdecilla, que llegó a superar los 200 hospitalizados por Covid-19 en los días de máxima tensión, ahora que ha rebajado esa cifra a la mitad (tiene 99, más los 19 derivados a Liencres), se replantea ganar espacio para el resto de patologías. De hecho, las plantas quinta y sexta del Edificio 2 de Noviembre, que de ahí hasta la novena se había destinado a coronavirus, ya han quedado liberadas para acoger a pacientes quirúrgicos. Además, se cuenta con un posible repunte de patologías crónicas (deshidratación, insuficiencia cardiaca...), como consecuencia de haberse interrumpido durante un mes el seguimiento cotidiano. Pese a la epidemia, el hospital ha mantenido una media de doce quirófanos en funcionamiento al día, de los 26 que tiene, dedicados a intervenciones oncológicas y preferentes, «una cifra muy alta en estas circunstancias», destaca la directora médica, Rosana García. En torno a 20-25 pacientes operados al día, todos filtrados previamente con pruebas PCR.

Para principios de mayo, se prevé aumentar la cirugía mayor ambulatoria (sin ingreso) y realizar procedimientos que requieran estancias cortas o permitan ocupar el menor número de camas, ya que «no hay que bajar la guardia por si hubiera un rebrote. La desescalada debe hacerse con calma y mucha cautela». Sí se ha decidido ya recuperar los trasplantes de hígado y pulmón. «Estamos en unas condiciones inmejorables para hacerlo», explica García. En el caso del trasplante de riñón, ya se han realizado siete durante el estado de alarma. También algunas pruebas diagnósticas «se empezarán a reprogramar de forma tímida». Más inmediata será la vuelta a la normalidad en los servicios que no atienden pacientes, caso de Anatomía Patológica o laboratorios. «Lo más difícil va a ser recuperar la actividad en consultas externas», admite la directora médica. Teniendo en cuenta el volumen de pacientes que transita por Valdecilla Sur un día normal (2.500 citas de media), se buscará evitar las aglomeraciones. Para ello, se estudia repartir las consultas en horario de mañana y tarde. Una propuesta que se analizará también para las cirugías. No obstante, se aprovechará la experiencia de las teleconsultas, impuestas por la epidemia, para evitar desplazamientos innecesarios al hospital en el futuro.

El descenso de ingresos por Covid-19 también ha tenido su impacto directo en la demanda de Cuidados Intensivos (UCI). Los 14 casos que reflejan el balance del lunes suponen una tercera parte de los que llegó a acumular Valdecilla en el pico epidémico, lo que ha llevado al hospital a replantearse cerrar la sala de reanimación, habilitada para Covid-19 con 18 boxes, y recuperarla para el resto de patologías. También se ha prescindido del área de observación de Urgencias acondicionado como UCI. Y el hospital de Liencres, que se había evacuado para destinarlo a pacientes de coronavirus, ha empezado a recuperar a los enfermos de Psiquiatría trasladados a Padre Menni. El lunes regresaron 12 y hoy lo hará el resto.

En Torrelavega, hace apenas tres semanas, el Hospital Sierrallana tuvo que prepararse como quien espera «una ola de siete metros», admite el gerente, Pedro Herce. Superada la fase más crítica, toca reorganizarse, «pero hay que hacerlo con todas las cautelas». De entrada, al reducirse la presión en la UCI, esta semana se han vuelto a abrir cuatro de los siete quirófanos, retornando el grueso de la actividad que se había derivado a la Clínica Mompía en el momento de máxima tensión, cuando la Unidad de Reanimación y Cuidados Críticos tuvo que crecer de 6 a 16 puestos para dar respuesta a los casos más graves, lo que obligó a utilizar los respiradores de sus quirófanos.

Con la crisis, se abrieron dos plantas y la capacidad de hospitalización pasó de 207 a 295 camas. «No vamos a cerrar ninguna todavía», aclara Herce, aunque se prevé separar las zonas Covid del resto «por plantas, no por unidades», sobre todo ahora que se recuperará la cirugía oncológica y la no demorable. Y para no precipitarse, se mantendrán aún algunos cambios adoptados. «Las urgencias pediátricas se seguirán atendiendo en Valdecilla. No hay fecha para la reapertura». Y también el gimnasio de rehabilitación, que se acondicionó como zona de observación, se conservará. «Como alternativa, con la colaboración del Ayuntamiento, vamos a utilizar el pabellón Vicente Trueba a partir del lunes para dar allí el servicio de Rehabilitación que lleva suspendido un mes». El Hospital de Día Quirúrgico seguirá en las instalaciones del CAD y otros servicios desplazados, en el edificio cedido por la Fundación Asilo.