«Mi salida del Puerto no tiene que ver con movimientos políticos. Mi ciclo se ha terminado»

Durante los primeros 15 minutos de su última comparecencia como responsable de la Autoridad Portuaria, Jaime González se ha ceñido al guión y ha cumplido con el motivo de la convocatoria: repasar los números de la institución durante el año que acaba de concluir. El más importante, la firma para la adjudicación de la terminal de contenedores, uno de los grandes proyectos de sus cinco años de mandato y lo que le ha convencido de que este era el momento de dar el paso y volver a la empresa privada después de cinco años y medio. «Lamentandolo mucho, mi ciclo en el ámbito público se ha terminado», ha explicado desde el Palacete del Embarcadero, donde ha confirmado que su decisión, la que ha provocado el movimiento de cromos en el Gobierno de Cantabria con la salida del consejero Francisco Martín al puesto que dejará vacante y la recuperación de Francisco Javier López Marcano para hacerse cargo de industria, «no tiene que ver con movimientos políticos».

González ha señalado que tanto Martín como el propio Miguel Ángel Revilla sabían de su intención desde antes de Navidad. No ha querido entrar a valorar el efecto dominó que provocó su anuncio, pero sí ha confirmado que era «planificada»: «Le manifesté que teníamos que iniciar una cuenta atrás que no tenía que ser tampoco demasiado larga y en cualquier caso me pareció que era el momento para tomar la decisión». Una decisión que se materializó este jueves con la presentación con la carta de dimisión al jefe del Ejecutivo.

En su despedida, González ha defendido que el Puerto tiene que ser el principal motor de la región para que la recuperación de Cantabria se produzca lo más rápido posible y que deja una institución que «tiene una hoja de ruta clarísima y sabe lo que tiene que hacer durante los próximos 25 años». Tras agradecer la confianza que depositaron en él tanto Martín como Revilla al ficharle en 2015 cuando no le conocían más allá de su currículum, el experto en logística se ha puesto a disposición de su sustituto. Lo ha hecho sin dar nombres y antes de que el presidente regional confirmara que el ahora consejero de Industria será su sustituto. «Voy a estar a disposición de quien venga y colaboraré si fuera necesario, pero voy a emprender un camino de regreso al lugar donde procedo, la empresa privada, donde soy más efectivo profesionalmente que en el sector público».

En su despedida, en la que también ha dado las gracias al Ayuntamiento de Santander, la ciudadanía cántabra y los trabajadores -con especial énfasis al colectivo de los estibadores-, no ha obviado el sabor agridulce con el que deja la Autoridad Portuaria. Con un cierto «desencanto» por el funcionamiento y la falta de flexibilidad del ámbito público. De hecho, uno de los motivos que le han llevado a dar el paso es que considera que la «capacidad que tengo de cambiar las cosas es muy inferior a la que espero volver a tener desde el ámbito privado».

Y también desencanto con algunos funcionarios públicos: «Hay dos tipos de profesionales. Uno es el que cree que es suficiente con cumplir la norma. Yo creo que eso no es así, no solo hay que cumplir la norma, hay que entender la evolución, y los cambios del mundo y que el ámbito público no sólo debe transformarse al mismo tiempo, sino ir por delante de los acontecimientos». Tras destacar lo «enormemente interesante en lo profesional y personal» de este periodo, volvió a insistir en la necesidad de que se ponga en marcha el centro logístico de La Pasiega como prolongación del Puerto con una conexión ferroviaria que exigen las empresas que optan por Santander.

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