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Diciembre dejó secos los ríos y enero los está ahogando. Puro contraste. Y si diciembre fue uno de los más secos de los últimos cincuenta años, enero se va a coronar como uno de los mas húmedos de las últimas décadas. En algunos puntos de ... la región ya se ha recogido más del doble de litros por metro cuadrado de los valores normales para un mes de enero... y si eso no bastara, de aquí al jueves (y el resto de la semana) aún nos espera mucha agua. Cantabria va a estar en medio de la línea de tiro de una sucesión de frentes borrascosos que traen precipitaciones persistentes, viento fuerte y nieve en las cotas altas. De modo que nadie se olvide paraguas, abrigo, chubasquero y calzado de agua, que el invierno está a pleno rendimiento, en su salsa.
El viento hoy es el protagonista del temporal, pues Cantabria permanece en alerta amarilla por fuertes rachas, a la par que otro aviso naranja por intenso oleaje. La noche ha sido dura y el 112 ha tenido que intervenir por caídas de árboles y ramas que han provocado hasta accidentes de tráfico.
Los incidentes más destacados se han producido en la A-8, a la altura de Hazas de Cesto, donde la caída de una rama a la calzada ha provocado la colisión de cuatro vehículos, sin que se hayan producido heridos; y en el kilómetro 9 de la CA-250, a la altura Talledo (Castro Urdiales), donde un árbol en la calzada corta dos carriles de la vía.
Las rachas de viento han alcanzado a primera hora de esta mañana los 97 kilómetros por hora en Tresviso y los 84 en Santander, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). También se han registrado esta madrugada rachas de 81 kilómetros por hora en Castro Urdiales y de 76 en el aeropuerto de Santander a las 7.00 horas, mientras en Alto Campoo han sido de 73 kilómetros por hora.
En cuanto a la precipitación acumulada, los valores máximos se han registrado en Alto Miera (Soba), con 12,4 litros por metro cuadrado hasta las 8.00 horas. En Fuente Dé (Camaleño) se han recogido 11,2 litros, en Castro Urdiales 8,4, en Santander 6,8 y en Ramales de la Victoria, 4,8 litros por metro cuadrado.
El carril derecho de la autovía A-67 a la altura de La Serna permanece cortado al tráfico por obras de mantenimiento. El de Riocorvo ha quedadlo abierto en la tarde de este lunes. Además, este lunes también se mantienen los cortes (totales o parciales) en la N-611 en Pesquera (kilómetros 150,3 a 156,3) y Somahoz (kilómetro 172) y en ocho carreteras autonómicas por los efectos de las inundaciones producidas el pasado jueves. Cortes totales hay en la CA-804, entre Las Fraguas, Los Llares y Brenes; la CA-180 de Cabezón de la Sal al Valle de Cabuérniga, en Ruente; la CA-802 entre Los Corrales y el Collado de Cieza. Con un carril cortado están la CA-271, entre Arenas de Iguña y San Vicente de Toranzo; la CA-185 de Potesa Fuente Dé; la CA-281 de Puentenansa a Piedrasluengas y la CA-803 en el acceso a Villasuso de Cieza.A las siste de la tarde se abrió la CA-250, Castro Urdiales-Las Muñecas, que había permanecido cerrada en los últimos días y tenían parte de un carril afectado la CA-817 en el acceso a Bárcena Mayor y la CA-662, entre Regules y Los Tornos.
El Gobierno de Cantabria va a instalar en Valle de Cabuérniga una unidad de Soporte Vital Avanzado para prestar atención sanitaria en esa zona, afectada por el argayo de Ruente, las 24 horas del día.
Desde las 19:00 comienza a funcionar el dispositivo de Soporte Vital Avanzado (med., enf. y dos T. E.S) del @061Cantabria dependiente de la #ConsejeriaDeSanidad, en El Valle de Cabuérniga, que garantiza la atención urgente a los vecinos afectados por las inundaciones. pic.twitter.com/PR8NSQOrzH
— 061 Cantabria (@061Cantabria) 28 de enero de 2019
En Los Corrales de Buelna, Protección Civil, Policía Local, Guardia Civil y Ayuntamiento siguen pendientes de la evolución del argayo que amenaza a las viviendas del barrio de El Calero, en San Mateo, aunque sin poder tomar medidas de ningún tipo mientras persistan las fuertes lluvias, como explicaba a primera hora la alcaldesa, Josefina González. Algunos vecinos han solicitado volver a sus casas pero el Ayuntamiento ha dejado claro que no puede ser, porque «la situación es realmente grave», dijo la alcaldesa, según informa Nacho Cavia. Además, se ha propuesto el desalojo de otras diez personas más. Ahora la inquietud se centra en otras cien familias, las que dependen de una empresa afectada directamente por el temporal, Trefilerías Quijano. La riada del jueves se llevó por delante la histórica presa de Somahoz, construida hace décadas para abastecer de agua una factoría que energéticamente depende de ese suministro. La alcaldesa habló a primera hora con sus responsables para conocer la situación «y no es tranquilizadora». La empresa, explicó González, está en contacto con la Confederación Hidrográfica del Cantábrico para hallar cuanto antes una solución a «una situación que está afectando muy seriamente a la producción, con lo que están haciendo todo lo posible en tiempo récord para paliar ese problema y no tener que parar».
Lo del domingo fue un anticipo. Detrás de ese primer frente que cruzó llegaron nuevas masas de nubes bien cargadas -sin parangón con las de hace una semana, pero bien surtidas de agua-, que dejaron precipitaciones de hasta 20 litros por metro cuadrado en el alto Miera y Villacarriedo, y un viento del noroeste que arreció sobre todo en la costa, donde dejó rachas de hasta 101 kilómetros por hora en Santander. Y a partir de hoy, la situación de inestabilidad va a resultar muy similar, sobre todo en los valles medios, centro y litoral de la región. La lluvia será más intensa cuanto más al este de la región, por lo que en las comarcas orientales es donde se esperan esta vez las mayores precipitaciones o cuando menos las más persistentes.
La Cantabria del sur va a quedar un poco más al margen de esa inestabilidad -hoy y, en general, el resto de la semana- pues las nubes llegarán menos espesas tras sortear la Cordillera; en esa comarca las precipitaciones van a ser más moderadas, mientras que la cota de nieve pasa de los 700 a los 1.200 metros; no obstante Aemet ha activado la alerta amarilla para la zona de Liébana, donde espera precipitaciones de nieve que pueden dejar espesores de en torno a los cinco centímetros.
También hoy en la costa hay alerta, inicialmente de nivel naranja y a partir de mediodía, amarilla, por fenómenos costeros a causa del fuerte oleaje de mar combinada del noroeste, con olas de cinco a seis metros, que alcanzará los acantilados, al tiempo que las rachas de viento pueden llegar a los 90 kilómetros por hora.
Un nuevo frente borrascoso cruzará Cantabria mañana. Sin apenas tiempo para reponerse del primero, el martes las precipitaciones continuarán repartiéndose por toda la región, de forma algo más débil en el norte por la mañana, pero intensas y generalizadas por la tarde, que podrían ser localmente fuertes y persistentes en el nordeste de la región, mientras que la nieve podría bajar hasta la cota de los 700 metros. El viento, a partir del mediodía, rolará de sur a noroeste y arreciará en el litoral, donde las rachas pueden volver a alcanzar a los 90 kilómetros por hora.
A lo largo de esta última semana varios observatorios de la región han medido colosales registros de precipitaciones. De domingo a domingo en el alto Miera, por ejemplo, han caído 350 litros por metro cuadrado, y 325 en Los Tojos; en torno a 310 en Villacarriedo, y 315 en San Felices.
Son cifras oficiosas que van a contribuir a hacer de este enero uno de los más lluviosos de los últimos tiempos. Y marque récord o no, el verdadero valor, después de tantos daños causados por las riadas del jueves, es que al menos todo esta agua va a servir para repostar y recargar los agotados manantiales.
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