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«Los empresarios estamos preocupados desde hace ya unos años, y eso a pesar de la incertidumbre en que se mueve siempre el mundo empresarial, algo a lo que estamos acostumbrados y que nos obliga a tener capacidad de reacción. Pero ante este cóctel de ... adversidades, y cuando ves que quien te representa no toma cartas en el asunto... pues es como para estar asustados». El presidente de CEOE-Cepyme, Enrique Conde, advierte de los «graves efectos» del paro en el transporte en una economía regional que trataba de recuperarse tras la crisis del covid, y que ya estaba castigada por los altos costes de la energía, el encarecimiento de las materias primas y las trabas burocráticas que la organización empresarial no cesa de denunciar.
«Hay empresas cuyo centro de decisión no está en Cantabria ni en España, y a esas empresas con inversiones en la región -porque hay que recordar que hay trabajo: muchas empresas lo tienen hasta finales de 2023-, que tengan capacidad de producción y no les dejen ejercer... Eso está sentando bastante mal. Si se le añade además que hay empresarios con delegaciones fuera de Cantabria y ven que en esos otros sitios se les trata de manera más amable, con más facilidades a la hora de cualquier ejecución de inversión y con un mejor tratamiento impositivo, pues la gente va cogiendo desapego a la empresa en Cantabria», sostiene Conde.
«Ahora mismo, la problemática del transporte está afectando al 50% de las empresas, un porcentaje que aumenta en el momento en que hablas del sector de la alimentación, donde puede alcanzar el 90%, y la industria, donde quizás sea incluso superior. Las grandes industrias de la región están viendo afectada su producción, y según vas bajando el volumen de la empresa, estas están afectadas por falta de piezas y recambios, aunque quizás estén menos tocadas por el tema del transporte».
Enrique CondeCEOE-Cepyme
Modesto Piñeiro - Cámara de Comercio
Javier López Marcano - Consejería de Industria
Asociación de Promotores y Constructores (ACP)
Efectivamente, el paro del transporte está afectando a la mayor parte de las grandes firmas establecidas en la región, un golpe que, en algunos casos, se suma al de los altos precios de la energía que ya venían condicionando su actividad. Bridgestone y Saint-Gobain ya han detenido su producción; SEG Automotive la ha reiniciado tras la llegada de componentes; Cementos Alfa y la acería de GSW tienen previsto parar hoy mismo. Solvay acompasa su tarea a su aprovisionamiento, unas circunstancias similares a las que atraviesa el gigante galletero Gullón, en la vecina Palencia, que a tantos cántabros emplea: reconocen que trabajan «incómodos» por el ritmo irregular de llegada de suministros, que condiciona su actividad.
La construcción tampoco atraviesa su mejor momento, con «problemas de todos los colores», según explica un portavoz de la Asociación de Constructores y Promotores de Cantabria (ACP). «Las obras se están paralizando, y los trabajadores, unos están de vacaciones y otros vegetando por ahí». «Nos enfrentamos a problemas de abastecimiento y a la dificultad de suscribir contratos: no podemos firmarlos con precios que los proveedores solo mantienen durante 48 horas. La huelga de transporte ha agudizado la falta de suministros».
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«Es lógico que los empresarios estén preocupados, porque con la huelga de transporte no pueden sacar sus productos ni recibir materias primas», opina Modesto Piñeiro, presidente de la Cámara de Comercio. «Es incomprensible que todos los países de la Unión Europea hayan tomado medidas para reducir el precio de la energía y los combustibles y aquí estamos diciendo que a ver el día 29: es inaceptable soportar otros siete días de huelga, el Gobierno tiene que sentarse a negociar ya. Vemos lo que ha pasado en Francia, Alemania, Italia, Portugal, Polonia... Todos han tomado medidas, y lo más llamativo es que el Gobierno español no se siente con los huelguistas. Hablas con la gente y ves que está muy preocupada».
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Mariña Álvarez
Ni los empresarios ni la Administración se aventuran a calcular las pérdidas que está originando el paro en el transporte. «Es complicado tener datos porque si algo define esta época es la incertidumbre», reconocía ayer el consejero de Industria, Turismo, Transporte y Comercio, Javier López Marcano. «Los acontecimientos, pero también las soluciones, afortunadamente, se multiplican con muchísima celeridad. El lunes escuchábamos la buena noticia de la ministra Raquel Sánchez de aportar 500 millones para gasoil; esperamos que ese tipo de noticias se produzcan con más frecuencia en los próximos días. Y, sobre todo, lo que esperamos es que el discurso que los cántabros, a través de nuestro presidente, introdujimos en el documento de la Conferencia de Presidentes, que forma parte también del que se presenta ante la Unión Europea -especial protección a los sectores más vulnerables en esta situación, que son los consumidores de electrointensivas industriales, del sector primario y los transportistas-, se tenga en cuenta y se actúe en consecuencia y haya medidas compensatorias».
EN CONTRA: Gerardo Pontón, Secretario general de Aetrac
Mada Martínez
Como avisó, la Agrupación Empresarial del Transporte de Cantabria (Aetrac) no secunda la huelga porque no ve claros sus objetivos, señala Gerardo Pontón, su presidente. La situación excepcional del sector, con «variaciones tan violentas» del mercado, pide en cualquier caso «medidas concretas», añade.
-Los objetivos de la huelga, advierte, no son claros. ¿Por qué?
-A la Plataforma (para la Defensa del Sector del Transporte de Mercancías por Carretera), como tal, la hemos conocido cuando ha surgido el conflicto por el tema del carburante. Hasta la fecha jamás les hemos visto haciendo reivindicaciones para el sector, con lo cual desconocemos sus objetivos y planteamientos. Aetrac tiene 44 años de existencia en defensa de los intereses de sus asociados y, como nosotros, el resto de las asociaciones de la Confederación. Somos coherentes con los planteamientos que se adoptaron en diciembre, en un acuerdo histórico con el Gobierno. Luchamos y defendemos los intereses de los transportistas desde hace muchos años como para que ahora alguien venga con una varita y encienda un polvorín. No somos partidarios de hacer un seguimiento a esta huelga.
-¿Cómo valora esos 500 millones que el Gobierno ha puesto sobre la mesa?
-Estamos un poco insatisfechos porque hay una enorme inconcreción en este tema. El Gobierno está llevando el conflicto con un poco con torpeza. Lo que la gente quiere saber ahora es cuánto le va a ayudar o bonificar el Gobierno. No sabemos cómo se traducirán esos 500 millones, si con 20, 30 o 9 céntimos por litro, ni cuánto va a durar. Lo que sí parece es que va llegar a través de la fórmula de la devolución del gasóleo profesional, con lo cual muchos transportistas, sobre todo los que tienen vehículos de menos de 7,5 toneladas, quedarían fuera del sistema. No sabemos el alcance.
-¿Cómo les afecta la huelga?
-Hay preocupación. Sin piquetes en las carreteras, en ningún momento hubiera existido el paro. Cuando intervienen este tipo de acciones y se convierten en violentas, hay miedo. Las empresas deben actuar con prudencia y están transportando los productos especialmente importantes. Se puede comprobar que los supermercados no están desabastecidos y no lo están después de ocho o nueve días de conflicto. Muchas empresas y transportistas están prestando servicio, pero esto está causando un daño gravísimo a la sociedad y es una auténtica irresponsabilidad
A FAVOR: Andrés Cianca, Presidente de Asemtrasán
Marta San Miguel
El presidente de la Asociación de Empresarios de Transportes Discrecionales de Mercancías por Carretera de Santander y Cantabria (Asemtrasán), Andrés Cianca, cifró en «prácticamente el 100% de los socios los que han cesado su actividad»
-Hablan de cese de actividad pero no de huelga.
-Nuestro posicionamiento es claro desde el día 12. Asemtrasán decidió por votación y por mayoría en su asamblea hacer un cese de actividad y en eso estamos. Nosotros seguiremos en un cese de actividad mientras el Gobierno de este país no ponga soluciones efectivas y urgentes para que lleguen esas ayudas o subvenciones a los bolsillos de los transportistas.
-¿Se desvincula Asemtrasán de los actos de sabotaje?
-Sí, evidentemente, e incluso condenamos los actos que se han podido producir en ese sentido.
-Ante los problemas de desabastecimiento o fábricas que tienen que parar, ¿cree que el parón se está yendo de las manos?
-Esa pregunta habría que trasladársela al Gobierno de este país, no a nuestra asociación.
-¿Por qué no les satisface el acuerdo con el Gobierno central de 500 millones?
-Aparte de ser insuficientes, hay una falta de concreción en cómo llegan las ayudas a los transportistas que no se ha resuelto. Entendemos que cualquier ayuda es bien recibida, pero también posiblemente sea insuficiente y no entendemos que después de tres semanas de reuniones con el Ministerio se ponga esa solución cuando lo que nos deben explicar con urgencia es cómo y de qué manera les puede llegar ese dinero de forma efectiva a los transportistas autónomos y a las pequeñas y medianas empresas.
-«No se puede trabajar sin unas condiciones dignas», han dicho. ¿Cuáles son estas condiciones y a cuánto ascenderían?
-En este momento las condiciones dignas son que cada transportista salga de casa y no ponga dinero de su bolsillo. Es una condición mínimamente digna.
-El combustible en Europa está aún más caro, ¿con el contexto de la guerra es el momento de esta medida de presión?
-Una de las causas de la situación que padecemos es la guerra y no ayuda, claro. Es cierto que países del entorno tienen el gasoil más caro, pero también que esos países han adoptado medidas de urgencia y han planteado soluciones a los transportistas, algo que en este país no ha ocurrido.
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