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Un joven palea la nieve a la entrada del Mesón Ventorrillo, en el municipio de Pesquera. Javier Cotera

La nieve toma el relevo

El temporal poco a poco irá remitiendo y la cota de nieve subirá durante la segunda mitad del día a los 1.600 metros | Ayer complicó la circulación, cerró una decena de carreteras y convirtió el acceso a la meseta en una «odisea»

Jueves, 19 de enero 2023, 07:12

Las previsiones se cumplieron sin tacha. El agua dio paso a la nieve y Cantabria se tiñó de blanco. De las inundaciones del martes, a las complicaciones de ayer en las carreteras de la zona centro, Campoo y la comarca de Liébana. La peor parte, de nuevo, se la llevó la A-67. Los camioneros tuvieron que ser embolsados en el valle de Iguña (Arenas y Molledo), Somahoz (Los Corrales de Buelna) y Reinosa, ya que hubo cortes intermitentes para su tránsito durante toda la jornada. En el litoral llovió y granizó a rachas con intensidad, 1.450 escolares se quedaron sin poder ir a clase y los afectados por los fuertes aguaceros de estos días hicieron balance de los daños. Así vivió la región la tercera jornada del primer temporal del invierno –y también del año– que le han regalado las borrascas Gérard y Fien.

Este jueves sube la cota de nieve. El temporal poco a poco irá remitiendo. La cota de nieve subirá durante la segunda mitad del día a los 1.600 metros. En el litoral, seguirá el viento y la lluvia. Aún así, Cantabria sigue en alerta naranja y amarilla por nevadas que podrían dejar espesores de entre cinco y 15 centímetros en el interior, Liébana y Campoo. También lloverá, aunque menos que los días pasados. Lo bueno –o lo malo, depende– es que la cota subirá a lo largo del día.

Para el viernes se espera otra mejoría. Seguirá nevando, sobre todo en la primera mitad del día. La cota subirá aún más –por la tarde– y se situará en 1.800 metros. Se desactivarán todas las alertas. Y para el sábado remite el temporal y aunque lloverá en la zona occidental, se abrirán claros al mediodía. La nieve quedará ya solo para zonas altas por encima de 1.400 metros

Ayer viajar a Reinosa por carretera se convirtió en una «odisea» para los vehículos pesados, especialmente, pero también para los turismos. No paró de nevar durante la mañana y las máquinas quitanieves trabajaron a destajo para despejar todas las vías afectadas, pero resultó insuficiente en algunos momentos puntuales y hubo coches que tuvieron que ser rescatados por agentes de la Guardia Civil de Tráfico.

Los principales problemas se registraron en la autopista que une Cantabria con la meseta castellana. La A-67 se movió de manera intermitente entre la alerta roja y la amarilla, lo que obligó a embolsar durante horas a 533 vehículos articulados. Al mediodía, aprovechando una leve mejoría del tiempo, tras varias horas de espera, los transportistas pudieron ser escoltados en distintos convoyes de Tráfico en coordinación con el Subsector de Palencia y el Centro de Gestión de Tráfico de A Coruña.

Casi otra decena larga de viales también sufrieron las consecuencias del temporal de nieve.

La nevada también provocó la suspensión de las clases en siete centros educativos, lo que en la práctica dejó a 1.450 alumnos en casa.

La estación de Alto Campoo abrirá «en cuanto sea posible»

En la estación de Alto Campoo ya se frotan las manos. Por fin está nevando, y además de manera copiosa. La estación invernal cántabra ha estado preparándose durante los últimos meses para tener todo listo. Abrirá sus puertas a los esquiadores «en cuanto sea posible», según comentaron ayer –pero sin concretar– sus responsables a este periódico. Los 19 empleados de Cantur ya han recibido instrucciones y se encuentran realizando labores de mantenimiento y puesta a punto para inaugurar la temporada cuando las condiciones meteorológicas lo permitan. Las miradas están puestas en el cielo. El director general de la empresa pública, Bernardo Colsa, explicó que el arranque será «progresivo», ya que deberán ir abriendo las pistas a medida que puedan. En Cantur esperan que el pistoletazo de salida puedan darlo incluso este mismo fin de semana. Necesitan que las previsiones meteorológicas se cumplan para poder despejar de nieve los accesos, los aparcamientos y también para echar a andar los remontes y los telesillas.

Donde no nevó, granizó con intensidad. Esto último, especialmente en la zona litoral donde complicó, en momentos puntuales, la circulación. La zona comprendida entre Laredo y Liendo y entre Castro Urdiales y el alto de Saltacaballo, ambos tramos en la A-8, se llevó la peor parte. También llovió, aunque de manera menos copiosa que el lunes y el martes. Cantabria fue por tercer día consecutivo el lugar del país donde que más litros recogió.

Un dato que evidencia la elevada pluviosidad registrada estos días es el nivel del embalse del Ebro. En los tres primeros días de actividad de las borrascas Gérard y Fien ha aumentado su caudal en 6 hectómetros cúbicos (147,6 tenía el domingo, 153,6 ayer). Además, los ríos regresaron definitivamente a la normalidad, sus cauces descendieron y los colores amarillo y naranja fueron desapareciendo del panel de vigilancia de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico. Aun así, los vecinos de la zona oriental –especialmente los de Laredo, Liendo y Castro Urdiales– comenzaron a reponerse de los efectos de las inundaciones. En la villa pejina, dos personas tuvieron que ser evacuadas de su domicilio porque se habían quedado aisladas al estar completamente rodeadas de agua. Los bomberos del 112 usaron un vehículo todoterreno para llegar a la pareja y trasladarla a una zona más segura.

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