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El final de la primera crisis en el bipartito autonómico que se formó tras las elecciones del pasado mes de mayo ha sido en ... diferido, en capítulos con final en alto y giros de guión, como si PRC y PSOE no quisieran que el espectador bajara la atención. Será, porque todavía no se ha producido del todo. Falta la última entrega, que tendrá lugar esta tarde a partir de las 16.30 horas en el Parlamento de Cantabria. Esa es la hora y lugar de la cita entre las dos comisiones negociadoras, que han acordado convocar la mesa de seguimiento de un pacto que en las dos últimas semanas ha estado a punto de volar por los aires.
¿Para qué servirá el encuentro? Lo primero, para retomar un diálogo cara a cara que en los últimos diez días ha sido casi inexistente. También para que los de Miguel Ángel Revilla pongan sobre la mesa el documento que han elaborado y que exigen a los de Pablo Zuloaga que firmen si quieren renovar el pacto. Hay dos asuntos que resultan clave: que se reconozca la figura de autoridad institucional del presidente autonómico y que se concreten los compromisos del Estado y se garantice su cumplimiento.
Este segundo punto es especialmente importante para el sector regionalista después de que la número dos de Pedro Sánchez, Carmen Calvo, diera a entender que el 'papeluco' que firmaron el ministro Ábalos y el diputado Mazón había perdido validez por su «no» en la investidura y de que el PSOE de Cantabria insistiera en que, por ese mismo motivo, el pacto entre las dos partes estaba roto.
El PRC no ha desvelado la literalidad del documento, pero sí que será concreto y detallado para que en el futuro no haya problemas a la hora de interpretarlo. Y los socialistas, que no han confirmado si llevarán una contrapuesta o lo firmarán de primeras, sí han dejado entrever que no habrá problemas para llegar a un entendimiento. Eso es, por lo menos, lo que se extrae de la nota de prensa que emitieron el jueves, después de que la Ejecutiva que preside Revilla expusiera sus condiciones para que los cuatro consejeros del PSOE pudieran seguir en el Gobierno de Cantabria. A lo primero dijeron que quieren que el Ejecutivo continúe «con el máximo respeto a las instituciones y a las personas que las representan, tanto a la figura de la Presidencia del Gobierno como máxima autoridad, como a cualquier otra». Y sobre las obras y compromisos de Madrid apuntaron que ellos garantizarán «conseguir todas las inversiones que sean buenas» para la comunidad autónoma.
El desencuentro, repleto de palabras gruesas, se originó después de que la Ejecutiva del PRC anunciara que votaría «no» en la investidura de Pedro Sánchez por el acuerdo PSOE-ERC. El enfado de los socialistas fue tal que amenazaron con que si su socio regional no rectificaba, darían por roto el pacto que les llevó a Peña Herbosa. Mientras se intercambiaban acusaciones de «traición» -por un lado- y de «deslealtadad» -por otro- y en Madrid se sucedían los acontecimientos, las dos partes aseguraban que no se moverían de sus posiciones. Pero ya con Sánchez como presidente, la secretaria de organización del PSOE en Cantabria, Noelia Cobo, la misma que había lanzado el órdago después del debate interno en el seno de la formación, anunciaba que daban marcha atrás para no poner en peligro la gobernabilidad y evitar que las derechas llegaran al poder y acabaran con las políticas progresistas.
Ese fue el primer capítulo de este final de la crisis del bipartito en diferido, que acabó en clímax porque los socialistas dejaban la pelota en el tejado de Revilla y le pedían que decidiera si quería continuar la alianza o buscar nuevos compañeros. El segundo episodio fue la Ejecutiva del PRC en el que se explicitaron las exigencias -aparentemente ya aceptadas por el PSOE- que se debatirán hoy mismo en el desenlace de la historia. Este último pase puede ser largo. En previsión de que el debate se extienda, no han convocado a los medios hasta las seis y media de la tarde, dos horas después del inicio.
Al Parlamento no asistirán ni Revilla ni Zuloaga. Los dos protagonistas del culebrón y caras visibles de cada uno de los socios han preferido dar vía libre a los miembros de las dos delegaciones que se crearon para negociar el acuerdo que les unió en el mes de junio. Por el PRC estarán Paula Fernández, Guillermo Blanco, Rosa Díaz y Pedro Hernando; y por el PSOE participarán Noelia Cobo, Joaquín Gómez, María Sánchez y Agustín Molleda.
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