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Una vez conocida la importancia de la vacuna de la gripe en un escenario de pandemia como el actual, con el coronavirus como peligroso nuevo invitado en escena, crece la inquietud entre particulares que ya empiezan a preguntar en las farmacias ... cántabras por la disponibilidad de dosis. Y reciben una única respuesta: «No hay». Más allá de las 182.000 unidades de que dispondrá la sanidad pública para distribuir gratuitamente a través de centros de salud, hospitales y residencias para la población de riesgo y entre los colectivos esenciales, al resto sólo le queda una opción: pagar por ella si quiere protegerse. Pero a día de hoy, según avanzan los farmacéuticos, va a ser una quimera difícil porque no disponen de vacunas y desconocen si llegarán a tenerlas.
«Hemos estado en contacto con los tres proveedores cántabros y de momento no saben decirnos cuándo podrán suministrárnoslas. De hecho, todavía no pueden confirmarnos que vayan a poder hacerlo en un futuro», asegura Enrique Maza Pérez, responsable de la farmacia que lleva el mismo nombre en Calvo Sotelo 15, en el centro de Santander. «Por lo que sabemos a través del Colegio de Farmacéuticos, nosotros no vamos a poder venderlas porque todas van a ser adquiridas por la sanidad pública». «Y nosotros tenemos que atender a gente que entra preguntando y lo que les recomendamos, sobre todo a los que son perfiles de riesgo, es que acudan a su centro de salud y que lo pidan allí», matiza; pero muchos se van con la inquietud de no saber qué hacer porque tampoco en algunos centros de salud encuentran respuesta.
Dos tipos de personas preguntan por la vacuna estos días en las farmacias cántabras. De un lado, están los particulares que no son considerados de riesgo. Ellos no estarán incluidos en las listas que el Servicio Cántabro de Salud (SCS) maneja para suministrar las 182.000 dosis adquiridas este año, que incluyen a los mayores de 60 años y a los afectados por enfermedades crónicas (respiratorias, cardiovasculares, neurológicas...) así como pacientes oncológicos o embarazadas, entre otros. Están interesados en protegerse frente a la gripe para no sumar complicaciones a una posible infección por coronavirus; pero de momento no tendrán acceso a la vacuna porque no hay manera de comprarla de manera privada.
De otro lado, está la propia población de riesgo, que ansiosa por la llegada del frío y ante las deficiencias detectadas en la atención al público en los centros de salud, opta por garantizarse la adquisición por su cuenta. A este colectivo, especialmente, iba dirigido el mensaje de tranquilidad lanzado ayer por la directora de Salud Pública, Paloma Navas, que insistió en que «hay vacunas de sobra para todos los que lo necesiten» y «tenemos tres meses por delante para ir administrando las dosis antes de que llegue la onda gripal». Pero mientras tanto las consultas siguen llegando a las boticas. «He preguntado para ver cuándo podría comprarla, porque me vacuno todos los años, pero esta vez con más razón», cuenta Cristina, que por su edad (que no revela) se considera persona de riesgo. «He llamado numerosas veces al centro de salud y nadie coge el teléfono. Nadie atiende, así que pensé que podría comprar la vacuna y esperar a que una conocida, que es enfermera, me la pusiera; pero me dicen que no saben si para finales de mes les habrá llegado alguna», lamenta tras ser despachada en la farmacia Valdés, frente al Ayuntamiento de Santander. Allí tienen ya una lista de espera de 40 interesados en comprarla. «Según vayan llegando las unidades, que no sabemos si van a llegar, iremos vendiéndoselas por orden de lista a los clientes, pero de momento no sabemos nada. Hay que esperar; aunque nos han llegado a decir que puede que a finales de este mes haya posibilidades de que nos sirvan alguna», afirma José María Valdés.
José María Valdés - Farmacia Valdés
Cristina - Clienta
María José García - Farmacia Central
Desde este establecimiento también se surte cada año a mutuas y otros servicios de sanidad privada: «Este año lo vamos a tener complicado porque es que directamente no hay nada porque han centralizado las compras desde Sanidad», advierte.
Si se traduce el problema a números, de las 580.000 personas que viven en Cantabria se podrían llegar a inmunizar 182.000, que son las unidades adquiridas por la Consejería. Sólo podrá protegerse al 31% de los cántabros.
«Lo peor es que la gente viene y se les nota un poco inquietos pero no puedes resolver el problema porque nosotros, los farmacéuticos, no sabemos nada aún porque no nos han informado de cuándo pueden llegarnos las unidades», se suma María José García, de la Farmacia Central, en la calle Amós de Escalante.
La sensibilidad en la calle está a flor de piel por el coronavirus, y han calado hondo las advertencias de los médicos, que apuntan los potenciales riesgos de un ataque de varios virus al tiempo. «Por eso vemos a gente de todo tipo, desde más mayores a más jóvenes a otros que simplemente quieren protegerse, pero es que no podemos venderla porque no la tenemos», zanja García. Los centros de salud empezaron a recibir este martes las primeras vacunas que se empezarán a administrar de forma oficial a partir del 13 de octubre. La fecha se ha adelantado este año por la cantidad de dosis que hay que suministrar.
La pandemia en Cantabria
Álvaro Machín
Ana Rosa García
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