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El primero de los 21 trenes que Renfe prometió que estaría circulando por Cantabria a finales de este mismo año para poner fin a las graves carencias de la red de Cercanías no llegará a la región finalmente hasta 2026. Ese es la principal ... y casi única novedad que ha aportado esta tarde el secretario general de Infraestructuras del Ministerio de Transportes, Xavier Flores, durante la reunión a tres bandas en la que se ha constituido el grupo de trabajo para hacer un seguimiento del contrato tras conocerse el error a la hora de establecer las dimensiones de las máquinas. El grupo de trabajo que prometió crear el sábado desde Castro Urdiales la titular del departamento, Raquel Sánchez, con la intención de dar explicaciones a los gobiernos cántabro y asturiano –la comunidad vecina tenía asignados otros diez convoyes– y que, por ahora, ha servido para poco más que para rebajar algunos puntos el enfado público de ambos ejecutivos por la noticia.
¿Qué es el grupo de trabajo? El órgano que la ministra Raquel Sánchez prometió crear para informar a Cantabria y Asturias de los avances en la revisión del contrato tras reconocer el error.
¿Quiénes forma parte? Representantes del Ministerio Adif, Renfe y de la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria, además del consejero Marcano (por Cantabria)y Calvo (por Asturias).
¿Cómo funciona? Se reunirá de forma periódica para informar de las conversaciones de Transportes con la empresa CAF para acelerar la fabricación.
«Lamentamos que haya habido esa dilación con los nuevos trenes, que pueden estar yéndose a 2026», señaló el número tres de Transportes, que hizo con los dos territorios involucrados lo que no había hecho hasta ahora:sentarse y realizar un ejercicio de transparencia. Y así se lo reconocieron los interlocutores, que pudieron escuchar lo que hasta la pasada semana se había llevado con total secretismo. Esa, la relativa a la falta de transparencia, fue una de las preguntas que tuvo que responder Flores durante la rueda de prensa posterior a la cita, en la que por parte de Cantabria participaron los consejeros de Industria y Obras Públicas, Javier López Marcano y José Luis Gochicoa, respectivamente, y por parte del Principado contó con el titular de Medio Rural y Cohesión Territorial, Alejandro Jesús Calvo, con la delegada del Gobierno, Ainoa Quiñones, ejerciendo de anfitriona.
¿La respuesta?«Eso también teníamos que haberlo explicado y explicitado más, pero el hecho de no tener una decisión tomada generó esa situación», dijo reconociendo el error. Flores se refería a la «solución» técnica al problema de dimesiones de los trenes –si se hubieran diseñado como quería Renfe no habrían cabido por los túneles y si se hubieran diseñado como marca las normas de seguridad habrían tenido un tamaño minúsculo– que no detectó el Ministerio, sino la empresa adjudicataria, la vasca Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF).Con el contrato firmado el 29 de diciembre de 2020 y con documentos que confirman que a mitad de 2021 ya se hablaba de utilizar el 'método comparativo' para salvar los contratiempos, hasta más de año y medio después el Ministerio no ha puesto sobre la mesa esa solución.
Xavier Flores
Secretario general de Infraestructuras del Ministerio
Javier López Marcano
Consejero de Industria
Alejandro Jesús Calvo
Consejero asturiano de Cohesión Territorial
Ahora, lo que han acordado la compañía, junto a Renfe, Adif y la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria es construir los nuevos trenes copiando el tamaño de los actuales, un método de fabricación que nunca se había hecho en España y que supone aplicar una excepción a la norma. Transportes no negó que los implicados conocieran el problema desde 2021 y tampoco que han sido lentos a la hora de encontrar la solución. Unos tiempos que atribuye a las complejas discusiones técnicas y a las diferencias de criterio que se produjeron entre las tres partes implicadas hasta alcanzar un acuerdo. Una discusión técnica «que podría haber sido más diligente, eso no lo quiero negar».
Tras dar una explicación similar a la que él mismo dio el pasado viernes sobre lo ocurrido con el diseño de los trenes, Flores echó casi por tierra una de las reivindicaciones que hacen Cantabria y Asturias como solución de emergencia. Tanto el presidente Revilla como el vicepresidente Zuloaga habían puesto sobre la mesa la posibilidad de que Renfe pusiera en la red de Cercanías máquinas sin uso. Que vinieran máquinas no tan modernas como las que aparecen en el contrato de la discordia, pero sí mejores que las que están actualmente en funcionamiento, en algunos casos con más de 40 años de antigüedad y abonadas a las averías constantes.
El responsable ministerial no dio un 'no' definitivo, pero sí algo similar:«Lo analizaremos en todo caso con Renfe, pero ahora mismo no existen esos trenes adicionales». No pueden llegar porque todo el material rodante disponible se está utilizando en las diversas líneas de la red nacional. O lo que es lo mismo, que habrá que esperar hasta 2026. Y, en cualquier caso, la llegada será gradual a medida que la adjudicataria vaya ensamblando y sacando de fábrica los nuevos modelos.
No es nuevo, pero Flores quiso volver a dejar tres cosas claras: que no se ha fabricado ningún tren, que no se ha diseñado ningún tren que no quepa por ningún túnel y que, en consecuencia, no se ha malgasto ningún recurso público. Y otros tres puntos llevó al encuentro Marcano. Tres cuestiones que tuvieron una respuesta positiva. El consejero de Industria exigió no hacer un nuevo contrato, sino que se revise el actual «con rigor y minuciosidad». «Nos deja tranquilos que no hay que sacar otra vez la obra a licitación. Eso nos permite dar fechas, y cuanto antes, mejor».
A falta de que se confirme en las próximas reuniones del grupo de trabajo, porque el foro nace con vocación de permanencia para informar de cada uno de los pasos –esa es la penitencia que se pone Transportes–, en mayo podría estar acabado el diseño sobre plano para empezar la fabricación en verano. Marcano también confirmó que está asegurada «la nada trivial cuestión financiera» porque el Banco Europeo de Inversiones no pondrá problemas en adelantar los 258 millones de euros del contrato pese al esperpento. El tercer punto tenía que ver más con las formas que con el fondo. Y en eso el consejero también salió satisfecho: «Nos ha hablado con meridiana claridad. Sin tapujos». Sí lamentó el tiempo perdido porque «si se hubieran reconocido los errores inmediatamente, habríamos ganado capacidad de actuación».
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«Podemos entender la situación, pero también que hay que sacar conclusiones para que esta situación no se produzca de nuevo», reconoció el consejero asturiano, que sí valoró el esfuerzo del Gobierno de Pedro Sánchez en avanzar «de verdad» en la renovación de las Cercanías tras «décadas de abandono». Una vez reconocido el error, pidió hacer el máximo esfuerzo para acortar los plazos y «una compensación». En el caso del Principado, con la revisión al alza del número de nuevos trenes. Una petición que no descarta el Ministerio y en la que trabajará durante el proceso de revisión del contrato que ahora inicia con la empresa. No negociará Renfe como hasta ahora, sino Transportes, que tras la sucesión de «chascarrillos y risas» que han provocado los trenes que no entraban por los túneles, quiere coger el toro por los cuernos.
Hasta este miércoles el Ministerio no había hablado de 2026 como fecha para la entrega, pero tiene todo el sentido del mundo. El plazo de ejecución de 45 meses empezará a contar ahora de nuevo, cuando se cierre la revisión del contrato, que habrá que ver cómo soporta el aumento de los costes de las materias primas. En ese punto, Flores no se atrevió a confirmar que no habrá un sobrecoste real.
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