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Alfredo Mira cuenta cada año la historia de su bisabuelo, el primero que llegó de Alicante para vender. Al fondo, la cola en la tienda Alberto Aja
Un turrón casi casi cántabro

Un turrón casi casi cántabro

Monerris vende sus dulces clásicos en Santander desde 1893. La cola es un clásico de las historias navideñas

Álvaro Machín

Santander

Lunes, 18 de diciembre 2017, 17:30

Yolanda envuelve paquetes mientras Alfredo cuenta una historia de dulces y almendras. Ella, de cría, trabajó para el abuelo de él cuando venían de Jijona todos los inviernos para vender. Alquilaban un par de habitaciones en casa de la familia de Yolanda y, con poleas, ... bajaban la mercancía del desván hasta el portal. Allí despachaban. «No tenían ni caja registradora», cuenta él con el cariño cálido de quien describe algo muy suyo. Es un relato que mezcla turrón y familia. Ingredientes de Navidad pura. Como la cola que se ve ante la tienda. Un goteo permanente en la calle Amós de Escalante para comprar en Monerris. Una postal, un clásico santanderino. Es un turrón casi casi de aquí.

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