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Nuevo capítulo de la trama de la decapitación de Castro Urdiales. Está vez más breve que los anteriores. En la cuarta de las once sesiones previstas para el juicio que se sigue frente a Carmen Merino –que se enfrenta a una pena de 25 ... años de cárcel por un supuesto delito de asesinato con alevosía– comparecieron los dos técnicos de la ambulancia que trasladaron a Ana Mendoza (hermana de la mujer que encontró el cráneo) y a la acusada, después de que se destapara el macabro crimen, en la madrugada del 28 de septiembre de 2019.
El primero de los sanitarios en declarar advirtió de que tenía «un vago recuerdo» de lo ocurrido aquella noche «porque ha pasado tiempo». Aun así relató que el día de autos les requirieron para un servicio por una crisis de ansiedad en una vivienda de Castro. «Entré en la vivienda con mi compañero, pero me aparté y me quedé con uno de los dos agentes de la Guardia Civil que se encontraban allí y que me comentó que había aparecido un cráneo en una caja». Entonces, dice que decidió atender a la persona que había sufrido la crisis de ansiedad. «Se llamaba Ana. Hablé con ella, la intenté tranquilizar un poco y luego bajamos a la ambulancia». ¿Recuerda que decía esta persona?, preguntó el fiscal. «Es que tengo un recuerdo vago», respondió.
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Después, cuenta que su compañero bajo con la acusada y las trasladaron hasta el centro de salud del municipio. «Una vez dentro de la ambulancia hubo una situación un poco violenta, ya que fue cuando Ana le preguntó a la acusada: '¿Cómo has podido hacerme esto?'. En ese momento pensé que igual teníamos que haber solicitado otra ambulancia», añadió el sanitario. ¿Y qué contestó la acusada?, cuestionó el fiscal. «No puedo asegurar lo que dijo, pero creo recordar que contestó: 'Lo siento'. Escuché algo más pero no lo recuerdo. Ana estaba un poco agitada y le recriminaba a la acusada que le hubiese puesto en esa situación». Preguntado por el estado de Carmen Merino en ese momento, el técnico del 061 detalló que tenía «un perfil tranquilo y medicado».
En la primera sesión del juicio, celebrada el viernes 4 de noviembre, se seleccionó el jurado popular que emitirá un veredicto y que está integrado por ocho mujeres y un hombre (más dos mujeres suplentes).
En la segunda sesión, celebrada este pasado lunes, tuvo lugar la primera parte de la declaración de la acusada, quien afirmó que le entregó a Carmen Mendoza una caja con juguetes sexuales, «no con un cráneo».
En la tercera sesión, celebrada el martes, continuó la declaración de la acusada y después comparecieron los testigos principales del caso, que desmontaron la versión de Merino. «Miente», afirmó Mendoza.
El abogado de la defensa recordó a este sanitario que en su testifical del 25 de febrero de 2021 declaró que, cuando Ana reprochó a Carmen Merino que cómo podía haber hecho eso, «la acusada agachó la cabeza y no respondió». Sin embargo, tal y como consta en el sumario, este sanitario también apuntó en esa declaración que recuerda que contestó que «lo sentía», pero que no lo podía asegurar «porque ha pasado mucho tiempo».
A continuación, compareció su compañero de ambulancia aquella noche, que recuerda que el aviso lo recibieron a las 22.45 horas. «Cuando accedí a la vivienda los agentes me explicaron lo que le había pasado a la paciente y al pasar por el pasillo vi a una mujer (Carmen Merino) en el salón, sentada, con la mirada perdida en el suelo. En principio pensé que era la mujer que había sufrido el ataque de ansiedad, pero me dijeron que no, que era la que estaba en la cocina sentada». Según relata este sanitario, la paciente no quería ser atendida porque decía que se encontraba mejor, «pero en base a nuestro criterio profesional la convencimos para trasladarla al centro de salud porque la crisis había sido muy fuerte».
Testigo 1
Técnico de ambulancia
Testigo 1
Técnico de ambulancia
Una vez asistida, dice que los agentes informaron a su compañero sobre lo sucedido, pero él se quedo un «poco preocupado» por cómo había visto a la mujer que se encontraba en el salón. «Le pregunté si se encontraba bien y me dijo que estaba cansada. Le pregunté si había tomado alguna medicación porque la vi perdida, distante, abstraída totalmente de la situación. Dijo que estaba con un tratamiento ansiolítico y medicación para dormir. No me gustó lo que vi, me dio una sensación rara y le dije a los agentes que nos la íbamos a llevar también al centro de salud».
Este sanitario asegura que la acusada accedió a acompañarles a la ambulancia. «Las senté una en frente de la otra, porque en ese momento yo no sabía lo que había pasado. Entonces la paciente del ataque de ansiedad (Ana) levantó la cabeza y le dijo: 'Valiente amiga, en menuda situación me has metido'. Y Carmen Merino no dijo nada, simplemente agachó la cabeza y miró al suelo».
Fue en ese momento cuando su compañero le puso en situación y le comentó lo que le había trasladado uno de los agentes de la Guardia Civil que se encontraba en la casa donde apareció el cráneo. «Miraba a una, miraba a la otra y pensaba que todo era surrealista porque a lo largo de mis 35 años como profesional he vivido situaciones muy dantescas, pero lo que estaba pasando solo se ve en la televisión. Era algo fuera de lo habitual. Sin embargo, en ese momento la acusada no estaba detenida y nosotros no estamos para juzgar nada».
Testigo 2
Técnico de ambulancia
Testigo 2
Técnico de ambulancia
Cuando llegaron al centro de salud, dice que Ana Mendoza se «soltó» algo, pero Carmen Merino «no dijo nada, salvo que se encontraba bien y que quería el alta para irse».
Preguntado por la defensa sobre si llegó a ver el paquete que contenía el cráneo, este técnico del 061 aseguró que «no». ¿Y llegó a entrar en la cocina? «Sí, porque estuve hablando con Ana y con el marido». ¿En la cocina no estaba el paquete? «Que yo sepa no». Esta afirmación difiere de la versión que ofreció el martes Carmen Mendoza, quien aseguró que abrió el paquete «en la cocina, sobre la encimera». También su hermana Ana y el marido de esta manifestaron que la caja se encontraba en la cocina. Pero en lo que no coincidieron fue en si olían o no los restos de Jesús Mari. Mientras que Ana apuntó que no, su hermana dijo que «olía según se iba abriendo». Por eso la defensa preguntó este miércoles a este técnico de ambulancia sobre si notó algún olor llamativo. «Ese día no tenía olfato porque estaba constipado», contestó.
En la sesión de este miércoles también comparecieron dos agentes de la Benemérita, uno que fue quien recogió la denuncia de la desaparición de Jesús Mari, interpuesta por su primo Alfonso Ricondo, y el que tomó declaración a Carmen Merino posteriormente. El primero aseguró, a preguntas del fiscal, que antes de la denuncia «la acusada no se había personado en el cuartel» para advertir de la desaparición de su pareja. ¿Y les trasladó que tenía miedo a que alguien estuviese entrando en casa y que quería cambiar la cerradura? «No». ¿Y la vio preocupada? «No, estaba normal».
Por su parte, el segundo agente relató que él se encargo de recoger manifestación a la acusada tras la denuncia de la desaparición. ¿Se mostró preocupada porque alguien estuviese entrando en su vivienda?, preguntó la letrada de la acusación particular. «No, simplemente se limitó a decir que la última vez que vino a su casa la víctima dio de baja su teléfono y cogió otro». ¿Y explicó por qué dio de baja el móvil habitual de Jesús?, cuestionó la letrada. «No», respondió.
La quinta sesión de las once previstas para el juicio de la decapitación de Castro se celebra este jueves y en ella comparecerán nuevos testigos. Por un lado, testificará otro agente de la Guardia Civil propuesto por las acusaciones. Después, será el turno de los testigos que propone la defensa. Este miércoles, el abogado de la acusada, Eduardo García, renunció a varios testigos, como los hijos de la acusada y la hija del fallecido, además de una amiga de ambos y una mujer que tenía previsto declarar este miércoles. Hace un mes también la defensa renunció a la testifical del hijo de Jesús Mari, que ejerce la acusación particular junto a su hermana en este procedimiento. Así, este jueves comparecerán cuatro vecinos de la acusada. Por su parte, un guardia civil, propuesto como testigo por la defensa para comparecer este miércoles, y como perito por la acusación, declará finalmente la semana que viene (el 15 de noviembre), cuando se practicarán ambas pruebas de forma conjunta, según la propuesta de la defensa.
Otro de los amigos de la pareja, que conocía a Jesús Mari desde hacía más de veinte años y a su novia desde que empezaron a salir juntos (unos siete años), declaró este miércoles que vio a la víctima por última vez aproximadamente una semana antes de empezar a llamarle sin que le contestara. Después de estos intentos infructuosos, contactó con la sospechosa, que le explicó que a su novio se le había «caído el teléfono al váter» y no «funcionaba», por lo que le facilitó un nuevo número, a través del que no pudo hablar con él, aunque tras realizar alguna llamada recibió mensajes de WhatsApp.
«Habitualmente me decía si se iba de viaje con la cuadrilla del banco, y solía llamar por teléfono. Pero en esta ocasión no dijo nada», relató el hombre.
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