![La consagración de Mboula](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2023/02/26/Racing23-U190334448629ihD--1200x840@Diario%20Montanes-DiarioMontanes.jpg)
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Tal vez porque todas las miradas estaban puestas en la mediapunta, con el gran duelo entre Pombo e Íñigo Vicente por encabezar el juego creativo del equipo, el visitante Andorra también debió de realizar el mismo análisis y se olvidó de que buena parte del ... potencial ofensivo del Racing pasa por la banda diestra. Por esa banda, y por el rendimiento particular de un Jordi Mboula que parece encarnar como nadie el espíritu que José Alberto quiere infundir en los suyos.
En pleno estado de gracia, Mboula ha sabido mantener el desborde y la velocidad que ya demostrase en la primera fase de la temporada, pero además sumarle una capacidad de sacrificio y una implicación defensiva que no se vio con Romo en el banquillo. Y, sobre todo, una verticalidad inapelable, que nada tiene que ver con aquellos primeros encuentros en los que parecía embarcarse en un carrusel de regates que casi nunca llegaban a buen puerto.
El guión del partido iba a variar respecto a anteriores duelos en los Campos de Sport, así que con un rival empeñado en tocar y tocar, Jordi tuvo que retrasar bastante su posición en fase defensiva, que otras veces era la misma línea de centro. En ataque, sin embargo, su velocidad le convertiría en el principal argumento verdiblanco, que fiaba sus opciones a cazar una contra. Mucho más tarde, y con el marcador a favor, en defensa le veríamos caer al centro para alinearse con Íñigo y Aldasoro, pero en los ataque posicionales, en cambio, acompañaría a Baturina en punta, en campo contrario, mientras los otros dos miembros del tridente, Íñigo Vicente y Pombo, se retrasaban mucho metros para iniciar el juego.
Sin embargo, se diría que ayer daba igual dónde colocasen a Mboula, porque acabaría por hacer daño al rival. Y no tardaría demasiado. Tras un par de aproximaciones infructuosas, en el icónico minuto trece un contragolpe espectacularmente lanzado por Alves dejaría a Roko Baturina camino del área, lanzado y con el balón en los pies. El balcánico tuvo tiempo de levantar la cabeza y ver llegar a Jordi por el costado, que entraría como una exhalación para rematar a bocajarro. Quinto gol de la temporada. Y una celebración por todo lo alto, con el Sardinero en pleno delirio: minuto trece, ciento diez aniversario... Un gol para la historia. Jordi lo celebró con una rabia inusitada, junto a la Gradona.
Aunque lo mejor estaba por llegar: veinte minutos más tarde, con el Racing buscando la contra con descaro, una contragolpe que parecía atascarse lo rescató Íñigo Vicente con un poco de su magia habitual: un globo teledirigido que dejó a Mboula solo ante Ratti. El balón pasó entre sus piernas y de nuevo se desató el delirio. Sexto gol de la temporada y un estadio entregado al extremo. ¿Se puede pedir más?
Hacia el final de la primer parte, trocó posiciones con Pombo, tal vez buscando cazar alguno de los saques en largo de Parera. En la reanudación, con el Racing decidido a mantener el balón mucho más alejado de su área, sería para Jordi un continuo pulso con el central Mika Mármol, quien no se anduvo con contemplaciones para frenarle en seco. Incluso muy lejos de su portería: en la línea divisoria le propinó un codazo en la nuca, y en la siguiente jugada le golpeó en el tobillo, le derribó con los brazos y pasó por encima de él para armar el contragolpe. Aunque el árbitro no apreció infracción, Mboula, muy inspirado también en el 'otro fútbol', se quedó en el suelo, provocando que el griterío ensordecedor obligara al colegiado a interesarse por su estado. Las airadas protestas del míster rival, Eder Sarabia, le valieron la segunda amarilla y la expulsión.
A partir de ahí, su rendimiento iría mermando por el desgaste físico. Le daría tiempo a servir un par de buenos balones que no pudo convertir en gol Matheus Aiás. Muy correoso hasta el final, solo le faltó haber aprovechado una gran oportunidad en el descuento, pero ya le faltaba gasolina. Se había vaciado, pero la ocasión lo merecía.
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